Basura: cuando África se convierte en el basurero del capitalismo

Paul Martial//

Como consecuencia de un modelo económico consumista, los países ricos se enfrentan a una masa cada vez mayor de residuos. Para tratarlos a un costo menor, es muy tentador enviarlos a África con graves consecuencias ambientales y sanitarias para las poblaciones.

Hace unas semanas, las aduanas españolas pusieron fin a un comercio ilegal de desechos informáticos hacia África. Este desmantelamiento pone de relieve la forma en que los países ricos se deshacen de sus residuos a menor coste.

Eludir la normativa internacional

Los contenedores llenos de RAEE (residuos de aparatos eléctricos y electrónicos) fueron enviados a África desde las Islas Canarias. Un tráfico que duró dos años. Recaudó 1,5 millones de euros por casi 5000 toneladas esparcidas por el continente.

Los RAEE se consideran peligrosos debido a la presencia de mercurio, cadmio, plomo, fósforo o arsénico. El Convenio de Basilea, que data de 1992, prohíbe la exportación de estos RAEE a países pobres.

Para eludir esta convención, basta con notificar que se trata de aparatos de segunda mano. Así es como se envían miles de toneladas de hardware informático a Ghana. El sistema está bien probado. Los compradores al por mayor suministran a las tiendas del país, se vende el equipo informático que funciona o es reparable, y el resto, generalmente el 70%, se encuentra en el vertedero de d’Agbogbloshie cerca de la capital Accra.

Contaminación de la tierra y los mares

Los residuos son tratados por miles de personas que, para recuperar los metales preciosos, quemarán los componentes que emiten humos espesos tan peligrosos para las y los trabajadores como para el medio ambiente. Los análisis del suelo revelan una contaminación por metales pesados cien veces superior al límite permitido.

Otro factor de contaminación son los textiles. Provienen de las recogidas de ropa usada en los países ricos o son enviadas directamente por las empresas. De hecho, el 40% de la producción es tirada. Estas prendas, a menudo de mala calidad, responden sobre todo al modelo económico de la moda rápida. Independientemente de la calidad, la idea es producir novedades lo antes posible para impulsar las compras. Al igual que con los productos informáticos, los lotes se ceden a los minoristas, pero sólo se puede vender una pequeña cantidad. Las demás prendas, desgastadas, dañadas o sucias, se envían a los vertederos. Con el tiempo, se encuentran en los océanos formando como orugas que pueden alcanzar los diez kilómetros y que impiden las actividades de pesca artesanal. Otros tejidos acaban en las alcantarillas y provocan inundaciones que favorecen la propagación de los mosquitos que causan la fiebre amarilla.

Una política irresponsable

Hace unos veinte años, algunos periodistas revelaron que la mafia calabresa descargaba contenedores llenos de productos tóxicos y radiactivos en las costas somalíes. Producto de ello se da una contaminación masiva con consecuencias dramáticas para las poblaciones, en particular el aumento de las malformaciones en los nacimientos. Una práctica que continúa. Así, Trafigura, una de las primeras empresas de corretaje de petróleo, no dudó en verter productos tóxicos en la laguna de Abiyán, la capital de Costa de Marfil.

Desde que países asiáticos como China, Malasia o Filipinas se negaron a aceptar los residuos de las empresas occidentales, las empresas han recurrido a África. Así, el American Chemistry Council, que reúne a las grandes compañías petroleras de Estados Unidos, hace un trabajo de lobby en la Casa Blanca para exportar los millones de toneladas de residuos plásticos a Kenia, un país que ya no tiene la capacidad de tratar adecuadamente sus propios residuos. Tanto para los traficantes y la mafia como para los “ honorables” líderes empresariales, la exportación de residuos a África es una forma de ganar o ahorrar dinero. Pero también y sobre todo es una forma de mantener un sistema de consumo excesivo que genera ganancias, independientemente de sus consecuencias para el medio ambiente.

20/01/2023

Jubilaciones: una movilización histórica que hay que convertir en una victoria contra Macron

NPA//

Las cifras de huelgas y manifestaciones son históricas, con 1,2 millones de manifestantes según la policía, más de dos millones según la intersindical, altísimos índices de huelga (más del 70% en educación), movilizaciones masivas en las ciudades. 50.000 en Burdeos y Toulouse, 20.000 en Le Mans, 3.500 en Alençon, 4.000 en Compiègne, 20.000 en Niza, 7.000 en Agen y Montauban, 4.000 en Gap, 15.000 en Avignon, 50.000 en Nantes, 15.000 en Saint-Nazaire, 20.000 en Rouen , 35.000 en Le Havre, 15.000 en Bayona y Pau, 13.000 en Quimper, 13.500 en Brest, 11.000 en Angoulême, 10.000 en Poitiers, 13.000 en Angers, y por supuesto varios cientos de miles en París (muy lejos de los 80.000 anunciados por el Ministerio de El interior)…

En la gran mayoría de las ciudades (hasta las más modestas), las cifras son superiores a las de las grandes huelgas de 1995, a veces con un habitante de cada 7 u 8 en la calle. En el sector privado, la participación es excepcional, con huelguistas procedentes de la industria agroalimentaria, metal, automoción, electrónica…

Una ira general

El desencadenante de este movimiento es la reforma de las pensiones, que obligaría a las y los trabajadores a trabajar dos años más, con una duración de cotización más larga… y, por tanto, pensiones reducidas. Todo esto para que se trasvasen decenas de miles de millones de euros a las grandes empresas e intentar dar un paso adelante en la creación de fondos de pensiones, pensiones complementarias que se volverían necesarias para no envejecer en la miseria.

Sin embargo, sabemos que poner la jubilación a 60 años y 37,5 anualidades, con el retorno a los 10 mejores años de cálculo tanto en el sector público como en el privado, supone alrededor del 3,5% del PIB, que podría recuperarse para la mayoría de la población gravando realmente a las y los ricos y las grandes empresas y deteniendo los regalos fiscales a las y los más acomodados. Por lo tanto, las “soluciones” violentas de Macron no son inevitables.

Más allá del rechazo de esta contrarreforma, se expresa un verdadero hartazgo ante a la situación económica y social global: las pensiones ya eran bajas tras las anteriores contrareformas, y la inflación actual, con la explosión de los precios, está reduciendo el poder adquisitivo de las categorías populares. El hartazgo, la ira, están ahí, contra Macron, contra este gobierno, contra su altivez, contra sus políticas injustas.

Construir un movimiento para ganar

La amplitud de la movilización da enormes responsabilidades a toda la izquierda social y política. Macron debe retirar su reforma, hay que restablecer la jubilación a los 60 años y aumentar los salarios. Este poder se niega y, por lo tanto, tendremos que elevar el nivel de movilización, pasar de un día de huelga, incluso muy exitoso como hoy, a una huelga indefinida hasta la victoria, aún más masiva, con la participación de nuevos sectores.

Las organizaciones sindicales acordaron una nueva convocatoria de huelga el martes 31. Está muy lejos, demasiado lejos: ciertamente habría sido necesario confiar en este primer éxito para anunciar una fecha más cercana durante la próxima semana, acelerar el ritmo, organizar un aumento de potencia para que el movimiento pase a la velocidad superior.

Ahora se trata de organizar asambleas generales de discusión en los lugares de trabajo y de estudio para reforzar y ampliar la movilización, construir asambleas interprofesionales, de discutir la necesidad de poner el listón más alto preparando la extensión de la huelga a partir del martes 31 de enero, desde el 1 de febrero, y hasta entonces movilizarse, construir desde ahora la huelga allí donde sea posible.

Esto también requiere combinar diferentes marcos y formas de movilización porque no podemos permitirnos el lujo de la competencia en nuestro campo social. Por eso formamos parte de la manifestación nacional de este sábado 21 de enero en París (a las 14 horas en la Bastilla), respondiendo a la convocatoria de las organizaciones de jóvenes.

Esta movilización es una prueba: todas las organizaciones sindicales y partidos, toda la izquierda social y política, la gran mayoría de la población, se oponen a la reforma. Si se aprueba, el gobierno se sentirá con el viento a favor y acelerará los ataques. Por el contrario, si ganamos, podemos dar marcha atrás, arrancar el regreso de la jubilación a los 60 años, los aumentos de salarios, dar confianza para ir hacia la construcción de una alternativa política que rompa con Macron y su mundo, por un poder del mundo del trabajo contra este sistema.

19/01/2023d

https://lanticapitaliste.org/actualite/politique/retraites-une-mobilisation-historique-transformer-en-victoire-contre-macron

Traducción: F.E. para antikapitalistak.org

El ejército de Ben-Gvir en Cisjordania

<Gideon Levy /Haaretz>/

Estas elecciones deberían poner fin a la mentira de que las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) son un ejército moral. Las y los soldados y comandantes que votan masivamente por un partido que, en Europa, se consideraría neo-nazi, definen la imagen del ejército. Desde que los colonos tomaron el control de los puestos de mando del ejército, principalmente en Cisjordania, las FDI, que siempre han sido políticas, se han vuelto más de derechas que nunca.

Dos de cada 10 soldados votaron a favor del sionismo religioso, la lista que incluye al partido Otzma Yehudit de Itamar Ben-Gvir. Dos de cada 10 soldados son kahanistas. Dos de cada 10 soldados están a favor de la transferencia, la anexión, la muerte a los terroristas, la muerte a las y los árabes.

Dos de cada 10 soldados creen que pertenecen a una nación superior y que las y los palestinos no tienen aquí ningún derecho. También piensan que todo les está permitido a los soldados, que siempre tienen derecho a disparar para matar, que los árabes solo entienden la fuerza y la humillación, que no son seres humanos. Dos de cada diez soldados son kahanistas, pero entre los soldados que sirven en Cisjordania, este número es mucho mayor. En la brigada Kfir, y en particular en su batallón Netzah Yehuda, ciertamente hay más kahanistas que en la policía fronteriza, la unidad 8200 de inteligencia militar o el escuadrón Golden Eagle de la Fuerza Aérea israelí.

No es irrazonable pensar que aproximadamente la mitad de las y los soldados que sirven en la ocupación votaron por Otzma Yehudit al depositar su papeleta favorable al Sionismo religioso.  Para ellos, la decisión no es solo teórica. No solo creen en Ben-Gvir, sino que practican lo que predica. Esto es lo que hace que su elección sea tan horrible. La ventaja, sin embargo, del éxito electoral de Ben-Gvir es que hace que la verdad salga a la superficie. Se acabó el tiempo de las historias de soldados atormentados por sus acciones. Todo lo que siempre hemos sospechado sobre el comportamiento brutal, a veces bárbaro, de los soldados de las FDI, los miembros de la policía fronteriza y la policía israelí ha sido confirmado por el recuento de votos. Los votantes de Ben-Gvir en las FDI son una de sus mayores fuentes de apoyo.

Cualquiera que ve el comportamiento de las y los soldados en los territorios solo puede sorprenderse de que Otzma Yehudit no haya obtenido el 100% de sus votos. Ben-Gvir les insta a conducirse como miembros de unidades de asalto [Ndlt: referencia a las secciones de asalto alemanas de la 1a Guerra Mundial y a las SA de la 2a Guerra Mundial] y se lo agradecen en las urnas. No necesitan entrenamiento, no ven nada malo en ser un soldado de asalto, especialmente cuando las reacciones de sus comandantes a sus acciones van desde la indiferencia hasta el aliento.

No hay que equivocarse: las y los soldados rasos no fueron los únicos que votaron por Ben-Gvir, algunos de sus comandantes también lo hicieron. El intento de afirmar que los soldados votaron en contra de sus comandantes (Yoav Limor, Israel Hayom, 4 de noviembre) sigue siendo un esfuerzo desesperado para dar un carácter aséptico y embellecer al alto mando, tan brillante e iluminado.

Coged, por ejemplo, al comandante de la brigada regional Menashe, el coronel Arik Moyal, un colono de Tapuah que pidió golpear a los “maleantes” del campo de refugiados de Jenin a puñetazos en la cara, ¿a favor de quién ha votado?.  ¿Y el ex comandante de la brigada regional de Samaria, el coronel Rey Zweig, que dijo a los estudiantes de la Yeshiva Alon Moreh que el movimiento de colonización y el ejército son “una y la misma cosa”? No importa cómo votaron, su espíritu es el de Ben-Gvir; el tiempo, como decía el eslogan de su campaña, es, entre todas las unidades FDI en los territorios, el tiempo de Ben-Gvir. Las y los soldados que se mantienen preparados durante los pogromos, e incluso ayudan a los autores de estos actos, son prueba del espíritu de las FDI. El hecho de que el Alto Mando acepte tranquilamente los acontecimientos de los últimos meses, incluidos los asesinatos de decenas de adolescentes y niños pequeños, al conformarse con las mentiras y los intentos de encubrimiento de la unidad portavoz de las FDI, solo demuestra que Ben-Gvir es la verdadera cara de las FDI en Cisjordania. Las elecciones lo confirmaron.

Estas elecciones deberían poner fin a la mentira de que las FDI son un ejército moral. Las y los soldados y comandantes que votan masivamente por un partido que, en Europa, se consideraría neo-nazi, definen la imagen del ejército. Desde que las y los colonos tomaron el control de los puestos de mando del ejército, principalmente en Cisjordania, las FDI, que siempre han sido políticas, se han vuelto más de derechas que nunca.

El hecho de que quienes están en la cúspide no hayan levantado un dedo durante todos estos años – y mucho menos después del caso Elor Azaria, el último soldado que fue sometido a juicio  en las FDI por homicidio involuntario, no les exonera de su responsabilidad en este deslizamiento hacia la derecha. Cuando las o los soldados no son procesados por homicidio, incluso cuando las pruebas lo reclaman a gritos, y cuando las reglas de intervención no solo se relajan, sino que en la práctica se cancelan por completo – cuando matar está permitido e incluso es deseable – se fomenta el espíritu de Meir Kahane. El jefe de Estado Mayor Aviv Kochavi y el resto del alto mando puede mirar a otro lugar y recitar nobles declaraciones sobre los principios, pero son responsables del establecimiento de un nuevo ejército en los territorios, el ejército de Ben-Gvir, el ejército más peligroso de Israel.

05/01/2022

https://www.france-palestine.org/L-armee-de-Ben-Gvir-en-Cisjordanie

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p style=»text-align: justify;»>Traducción: F.E. para antikapitalistak.org

UKRANIA:Carta de Vitaliy, conductor de trolebús en Kharkiv/Járkov

Me dirijo a ustedes en nombre de las y los conductores de trolebuses de Kharkiv/Jarkov

Le escribo en nombre de los conductores de trolebuses de las cocheras 2 y de las cocheras de Saltovsky de Jarkov. Durante muchos años ha habido problemas de violaciones masivas de las normas de seguridad, la legislación laboral y los salarios en nuestras empresas. Los conductores de trolebuses de Járkov tienen los salarios más bajos de Ucrania, unas 45 grivnas (1,15 euros) por hora. Las repetidas reuniones con los responsables de las cocheras no han dado resultados positivos. Las y los trabajadores se ven obligados a hacer horas extraordinarias, violando las normas sobre descanso y trabajo por turnos, para ganar al menos un poco más. Las horas extraordinarias se anotan en una segunda hoja de horas. Algunos conductores trabajan de 14 a 16 horas diarias, lo cual es inaceptable, sobre todo porque transportan pasajeros.

Muchos conductores se han marchado a otras ciudades, como Odessa, Kiev, Dnipro y Chernivtsi, porque los salarios de los conductores de trolebuses en estas ciudades son mucho más altos que en Járkov.

El incumplimiento del régimen de trabajo y descanso provoca accidentes, y el conductor del trolebús se ve obligado a pagar las reparaciones a su costa. La ley ucraniana sobre el seguro obligatorio de vehículos no se aplica a los trolebuses y tranvías. En muchas ciudades, a excepción de Járkov, los trolebuses y tranvías están asegurados, lo que puede comprobarse fácilmente mediante el sistema Prozorro.gov.ua.

La organización sindical de nuestras cocheras no protege nuestros derechos de ninguna manera, sólo pagamos cuotas y sólo podemos contar con apoyo financiero en caso de emergencias familiares.

Los conductores de trolebuses se ven obligados a asumir riesgos e incumplir las tareas adscritas a su puesto de trabajo debido a la falta de equipos de protección personal, como chalecos de señalización, guantes aislantes y guantes de protección combinada, que el gerente tiene que proporcionar a sus empleados a su costa.

Desde el comienzo de la agresión armada de la Federación Rusa, muchos de nuestros conductores de depósito han trabajado en los almacenes de HOVA como cargadores y conductores de carretillas elevadoras. En mayo de 2022 empezó a funcionar el transporte eléctrico de la ciudad, una decisión del Ayuntamiento de Járkov estableció la gratuidad de las tarifas y los salarios de los conductores se mantuvieron al nivel de antes de la guerra.

Los conductores de trolebuses estaban obligados a trabajar sólo con camisas blancas o azules, que no nos daban y teníamos que comprar a nuestra costa. Se les entregaron chalecos antibalas, uno por cada material rodante, y el uso de chalecos antibalas también fue controlado y obligatorio.

En caso de ataque aéreo o amenaza de fuego de artillería, estamos obligados a detenernos y dejar bajar a los pasajeros, pero de hecho este requisito no se cumple y el vehículo sigue circulando. Al principio, sólo unos pocos conductores cumplían este requisito, los pasajeros se indignaban porque los demás conductores seguían adelante y se producían situaciones conflictivas. Hasta la fecha, el transporte eléctrico urbano sigue funcionando durante el ataque aéreo y ni las fuerzas del orden ni las autoridades de la empresa y la ciudad han tomado medida alguna.

Pedimos ayuda a la opinión pública, a los sindicatos independientes, a los periodistas y a los activistas internacionales. A pesar del aplazamiento de la movilización de los trabajadores de infraestructuras críticas, muchos conductores se han ofrecido voluntarios para ir al frente.

Queremos que se resuelvan nuestros problemas y un salario decente por nuestro duro trabajo y gran responsabilidad ante los pasajeros.

9 de enero de 2023

 

“Una verdadera red de explotación”: trabajadores indocumentados en las obras de los Juegos Olímpicos de París

Mientras la ciudad de París promovía el pasado otoño el boicot a la copa del mundo de fútbol  de Qatar, preocupándose en particular por la suerte de miles de extranjeros empleados para la construcción de estadios qatarís, los sin-papeles trabajan en condiciones lamentables en las obras de los Juegos Olímpicos (JO) de 2024 organizados por París.

“Desde que llegué a Francia hace siete años, siempre he trabajado en la construcción. A veces, basta con presentarse por la mañana ante una obra. El capataz pasa y elige a los que quiere contratar”, dice a Middle East Eye un trabajador sin papeles.

En la ciudad olímpica (diseñada para acoger a 14,000 atletas y su personal) en Seine-Saint-Denis, cerca de París, las y los sinpapeles de diversas nacionalidades africanas ocupan los puestos de trabajo más precarios.  Por unos 80 euros al día trabajado. No se pagan las horas extras ni los días libres, y cuando las y los trabajadores se vuelven un poco reivindicativos y piden nóminas, son despedidos, según Jean-Albert Guidou, miembro del colectivo confederal “migrantes” de la CGT (Confederación General del Trabajo), el segundo sindicato más grande de Francia, en una conversación con el periódico Middle East Eye, MEE.

Además de su salario de miseria, trabajan sin ninguna medida de seguridad. No hay ropa y zapatos de construcción y, a veces, no hay cascos. También tienen que soportar cadencias infernales, que pueden ser de hasta trece horas de trabajo al día.

La CGT ha alertado a la Inspección General de Trabajo, que identificó a una decena de extranjeros empleados ilegalmente durante una operación de control en el sitio.

Según Jean-Albert Guidou, trabajadores sin papeles fueron reclutados por KMF, una empresa de la construcción dirigida por turcos y con sede en Francia. La empresa es subcontratista del gran grupo de la construcción GCC Construction (más de mil millones de euros en facturación) que trabaja bajo los auspicios de Solido (Sociedad de Entrega de Obras Olímpicas), una entidad pública cuyo consejo de administración está presidido por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.

En junio, el caso dio un giro judicial con la apertura de una investigación por parte del tribunal de Bobigny, cerca de París, por “empleo de extranjeros sin documentación”, “recurrir al trabajo clandestino” y “ejecución en banda organizada de un trabajo clandestino”. Mientras las investigaciones aún están en curso, la CGT sigue siendo solicitada por trabajadores indocumentados de las obras olímpicas.

Entre enero y junio de 2022, 28 trabajadores se pusieron en contacto con el sindicato. Gracias a su ayuda, 16 pudieron ser regularizados por los servicios de la prefectura. Un motivo de esperanza para sus compañeros aún indocumentados, como Djibril.

Forjado por su experiencia como sindicalista, Jean-Albert Guidou tampoco espera un milagro. Según él, los indocumentados seguirán siendo empleados en las obras de los Juegos Olímpicos, a pesar de las inspecciones. “Estas son prácticas comunes en el sector de la construcción”, lamenta.

“Oficialmente, las autoridades quieren detener la llegada de los extranjeros pero toleran, de hecho, el empleo en negro de esta mano de obra barata que realiza las tareas más ingratas en varios sectores abandonados por los franceses y no reubicables, como la construcción, la restauración, la hostelería, los servicios personales, la logística…”, ironiza Jean-Albert Guidou.

Hoy en día, la proliferación de clientes y actividades de subcontratación en la construcción fomenta aún más las prácticas de empleo oculto.

En una pregunta el pasado 29 de diciembre al ministro del Interior, Gérald Darmanin, sobre la explotación de los sans-papiers en las obras de los Juegos Olímpicos, Fabien Gay, senador comunista de Seine-Saint-Denis, denunció un “árbol complejo y opaco [que] promueve las prácticas ilícitas y la estructuración de lo que ahora se asemeja a una verdadera red de explotación de trabajadores y trabajadoras sin papeles”.  Agregó que “la vulnerabilidad de los trabajadores indocumentados incluso parecía haberse convertido en una matriz de rentabilidad para las numerosas empresas de la construcción”. Y demandó su regularización

ONG como la Cimade también se han puesto del lado de los migrantes empleados clandestinamente en las obras olímpicas y en otros sectores, pidiendo su regularización. Con motivo del Día Internacional de los Migrantes, el 18 de diciembre de 2022, participaron en marchas por varias ciudades de Francia junto a los trabajadores indocumentados.

(Esta nota es un resumen del artículo publicado en francés en https://www.middleeasteye.net/fr/actu-et-enquetes/france-travailleurs-sans-papiers-jeux-olympiques-2024-exploitation    Muy recumendable su lectura que se puede leer perfectamente con la ayuda del traductor automático de cualquier navegador).

Sin papeles en lucha :No pararemos hasta que todo el mundo esté regularizado

Édouard Gautier entrevista a El Hadji Dioum, delegado del piquete de DPD en Coudray-Montceaux,Salouf Kante y Aboubacar Dembele, ambos delegados del piquete de Chronopost en Alfortville, después de más de un año de lucha.

¿Podéis presentarnos vuestra trayectoria, antes de trabajar en las instalaciones de La Poste?

El Hadji: Vengo de Senegal. De 2014 a 2018, hice estancias regulares en Francia, en el marco de exposiciones, como la feria internacional de Marsella, ya que soy escultor de madera. En 2018, me encontré sin permiso de residencia y al mismo tiempo se perdió el contenedor en el que se encontraban todas mis obras. Me encontré en una situación muy complicada, sin medios para regresar a Senegal y obligado a hacer pequeños trabajos para sobrevivir, en la restauración, la construcción y finalmente en la logística, en DPD (asociación de empresas de mensajería; en el Estado español trabaja con Seur).

Salouf: Soy maliense, vine a Francia en 2018 porque mis padres ya no podían pagar mi escolaridad. Conocí el paso por Marruecos y luego la travesía del Mediterráneo en zodiac, antes de cruzar España y una solicitud de asilo en Francia, que fue rechazada. Oí que Derichebourg interino estaba reclutando sin-papeles, así es como comencé a trabajar en la agencia Chronopost (empresa dedicada al transporte de paquetería para otras empresas y particulares) de Alfortville.

Aboubacar: Como Salouf, vengo de Malí. Tengo un máster en derecho, pero no tenía los contactos necesarios en la administración maliense para encontrar trabajos temporales, y mucho menos un trabajo fijo. Tampoco tenía los medios para solicitar un visado. Seguí el mismo camino que mi compañero: Marruecos, donde tuvimos que evitar a los policías que nos cazaban, la travesía entre Marruecos y España, durante la cual fuimos rescatados por los pelos por la Cruz Roja Española ya que la zodiac estaba destrozada. Pienso en ello cada vez que en una manifestación se grita “el Mediterráneo es un cementerio”. Una vez en Francia logré, después de varias dificultades, matricularme en una universidad (en Saint-Brieuc) y obtener alojamiento. El primer confinamiento en marzo de 2020 lo cuestionó todo, no tenía un ordenador para continuar mis estudios. Así que me fui a Île-de-France y me contrataron en Alfortville a través de Derichebourg interino.

¿Cómo transcurre vuestro día a día como trabajadores indocumentados, en el lugar de trabajo y más en general?

Ya sea en DPD o Chronopost, la realidad es la misma: nos vemos obligados a trabajar al ritmo de la máquina, es decir, la cinta transportadora que lleva los paquetes a cargar en los camiones, o en la que dejamos los paquetes que descargamos. El ritmo es infernal: 2000 paquetes para cargar o descargar en cuatro horas. Varios de estos paquetes son muy pesados, especialmente en DPD, que maneja los paquetes extraordinarios. Pueden ser llantas de coches, neumáticos de camiones, por ejemplo. Si la cadencia no se mantiene, las luces se encienden y los jefes de equipo intervienen de inmediato. Si se discute diciendo que la cadencia es insostenible, te quedas sin trabajo inmediatamente. Se produce el mismo resultado si reclamamos las horas que no se pagan. Nuestra contratación temporal está justificada por un supuesto aumento temporal de la actividad, pero este sistema es en realidad permanente. La Oficina de Correos es tan hipócrita como el Estado que empuja a trabajar ilegalmente para poder ser regularizado.

No solo están las condiciones de trabajo en el centro de trabajo, también está el problema del transporte. Los centros de trabajo están lejos de los centros urbanos y mal atendidos, y nuestros horarios de trabajo lo hace aún más difícil, ya que empezamos muy tarde por la noche o terminamos muy temprano por la mañana. Por no hablar de que nuestros horarios pueden cambiarse en el último minuto, mediante un mensaje en un grupo de WhatsApp. Se nos puede pedir que vengamos una hora antes y, por lo tanto, que salgamos del sitio antes de los primeros RER (trenes de cercanías). A veces se tarda más de una hora a pié para coger un autobús nocturno. Como resultado, solo tenemos unas horas para descansar antes de volver al trabajo. Es la agencia temporal que trabaja para el subcontratista la que nos envía las instrucciones, pero sabemos que tanto los cadencias como los horarios provienen de los clientes, que son las filiales de La Poste (empresa pública privatizada).

¿Cómo mantenéis la conexión con vuestros seres queridos en el país?

Usamos el móvil y las aplicaciones de mensajería, pero obviamente esto no reemplaza el hecho de verse físicamente. Todos tenemos familias que no hemos visto en años. Quienes tienen hijos no los ven crecer. Es aún más difícil porque nuestras familias confían en nosotros, somos el apoyo de nuestros padres, nuestros cónyuges, nuestros hijos, nuestros hermanos y hermanas. No ser regularizado no sólo hace que nuestra situación sea precaria en el trabajo, sino que nos impide ver a nuestros seres queridos.

¿Cómo entrasteis en lucha y cómo se organiza ésta?

Nos unimos al Colectivo de Trabajadores Sans-papiers (sin-papeles) de Vitry, que había sido el origen de la primera lucha victoriosa de los Chronopost en 2019, que tuvo eco. Tres empresas querían ir a la lucha (además de DPD y Chronopost, había RSI, una agencia temporal especializada en la construcción, en Gennevilliers) pero no necesariamente al mismo ritmo. Así que hubo discusiones, y empezamos casi a la vez (2 de noviembre para RSI, 15 de noviembre para DPD, 2 de diciembre para Chronopost). No es fácil tener tres sitios en lucha al mismo tiempo, pero tenemos apoyo sindical, de Sud PTT y de Solidaires, que es esencial, especialmente en el 91 y el 94.

En un año de lucha, se han realizado más de 100 manifestaciones y reuniones frente a las sedes de las empresas a todos los niveles, frente a los Ministerios de Trabajo e Interior, frente a las prefecturas. Lo que permite mantener una movilización a este nivel, además del apoyo sindical y el de las y los electos, es el hecho de que mantenemos los piquetes. Todos tenemos viviendas. El hecho de sostener piquetes día y noche (para Chronopost ya que el municipio de Coudray-Montceaux ha aprobado una resolución contra el piquete permanente frente a DPD) es, por tanto, una decisión de lucha. Ahí es en gran parte donde se crea la solidaridad ya que nos organizamos a diario, en todos los aspectos como las comidas, por ejemplo.

¿Cuál es su opinión sobre el proyecto de ley de asilo e inmigración de Darmanin (Ministro del Interior de Francia desde 2020?

Darmanin dice que quiere regularizar a las y los trabajadores de las profesiones “en tensión”. Utiliza la división entre indocumentados. Este proyecto de ley está dirigido contra todas y todos los indocumentados y migrantes en general. Estamos totalmente en lucha contra el proyecto del gobierno, con otros colectivos de indocumentados y las organizaciones que luchan contra él. Después de un año estamos cansados, es cierto, tenemos al Estado y a la Oficina de Correos en contra nuestra, pero solo nos detendremos cuando todo el mundo esté regularizado.

https://lanticapitaliste.org/opinions/antiracisme/narretera-que-quand-tout-le-monde-sera-regularise

Hebdo L’Anticapitaliste – 643 (05/01/2023)

Traducción: F.E. para antikapitalistak.org

» Capitolio a la brasilera «

Enfrentarse a los fascistas, sin tregua ni amnistía. Además de la respuesta inmediata, es necesario ir más allá y tomar medidas para desbaratar a los agentes del golpe, ponerlos entre rejas y empezar a cortarlo de raíz

ISRAEL DUTRA Y ROBERTO ROBAINA

Las acciones del 8 de enero de 2023 imitan las de la horda de neofascistas estadounidenses de dos años después, casi como el mismo guión. La invasión de miles de bolsonaristas a los locales del Congreso Nacional, del Supremo Tribunal Federal (STF) y del Palacio del Planalto, transmitida en directo por la red nacional de televisión, es de la mayor gravedad. Coronan un itinerario golpista que, bajo la acusación de fraude en las urnas, promueve el desorden, la violencia y el vandalismo.

Tuvimos episodios de violencia en Brasilia, incluso en diciembre, cuando la graduación de Lula, seguido de la detención de Bolsonaristas con explosivos, frustrando un plan de supuesto atentado; siguieron los campamentos frente a los cuarteles – en el DF, no fue reprimido; y como se anunció, el acto culminante fue el «asalto» a los Tres Poderes, que después de tres horas, fue revertido, resultando en cerca de 300 detenidos in fraganti. La turba dejó un rastro de destrucción, dañando obras de arte, destrozando habitaciones y recintos, una acción típica de los lumpen, como los definió Marx, sectores marginados, descalificados que pueden servir de «carne de cañón» para las élites reaccionarias.

La indulgencia por parte del gobierno del Distrito Federal quedó clara, no sólo por el nombramiento del golpista Anderson Torres como Jefe de seguridad, sino por el trabajo en conjunto. El gobierno de Ibaneis Rocha (MDB) jugó un papel de omisión en la represión de la «alucinada» marcha der los bolsonaristas, anunciada a los cuatro vientos, con un centenar de autobuses llegando a Brasilia.

Correctamente, al tomar el control de la situación, Lula tomó medidas como la intervención federal en el Distrito Federal, habló en cadena nacional denunciando a los golpistas, calificándolos de «fascistas fanáticos», y culpó de los incidentes a Bolsonaro, a quien se refirió como un «genocida». La posición de Lula llegó en el momento oportuno, ya que Flávio Dino, Ministro de Justicia, tardó en tomar medidas, aun sabiendo que las acciones de los golpistas se estaban anunciando «a cara descubierta». Además, quedó clara la inercia de José Múcio al frente del Ministerio de Defensa, que durante la semana calificó de «legítimas» las concentraciones frente a los cuarteles generales, afirmando que tenía familiares y amigos dentro de los campamentos, algo inadmisible para combatir a la extrema derecha.

La necesidad de un discurso más duro, como el de Lula, expresa que no hay forma de equiparar la lucha contra los golpistas con ceder terreno a ellos y a sus partidarios, dentro y fuera de las Fuerzas Armadas. Mucio adoptó una línea de conciliación con los radicales bolsonaristas. Esa línea ha fracasado por completo. Y en la medida en que el ministro de la Secretaría de Comunicación, Paulo Pimenta, dice que es probable que hubiera cooperación entre los responsables de la seguridad del Planalto y del Congreso, la permanencia de Múcio en el cargo se vuelve insostenible.

Además, las Fuerzas Armadas también se han debilitado a los ojos de la población, mostrándose incapaces de defender los intereses del país. Esto sólo nos pone aún más en la necesidad de hacer política sobre los rangos bajos y medios de las diferentes fuerzas de seguridad del país. Moraes tuvo más valor y acertó al destituir al gobernador Ibaneis Rocha durante 90 días.

La comunidad internacional condenó unánimemente al bolsonarismo y a los golpistas. Los principales países del mundo, incluidos los gobernantes de derechas, comunicaron públicamente su repudio a los golpistas. Las diferentes entidades y asociaciones de la sociedad civil salieron rápidamente a expresar su condena por lo ocurrido.

A la necesidad de salir a la calle se respondió con una convocatoria en todas las capitales del país el lunes 9 de enero. Necesitamos engrosar las filas de estos actos, ampliando y convenciendo a la gente para que salga a las calles, en una declaración popular de rechazo a las actitudes golpistas, de defensa del resultado de las urnas y de la legitimidad del gobierno de Lula.

Para ello se cuenta con la fuerza de las calles, con la organización popular, con la necesidad de masificar los actos y preparar su organización, con sus métodos, autodefensas y espacios democráticos para movilizar y convocar un calendario de luchas y acciones. Las acciones de calle deben tener un carácter democrático y amplio, con unidad de acción con todos los sectores democráticos.

Y esto abre un nuevo capítulo en la lucha contra el bolsonarismo, en el ámbito del movimiento de masas, en el que necesitamos disputar a los que votaron por Bolsonaro.

Además de la respuesta inmediata, es necesario ir más allá y actuar para desenmarañar a los agentes golpistas, ponerlos tras las rejas y comenzar a cortar el mal de raíz, aprovechando el enorme repudio en todas las capas de la sociedad brasileña e incluso en la comunidad internacional. Esto significa profundizar en la ruptura del sigilo de los implicados, la detención de los financiadores y otros implicados.

Deben tomarse medidas de inmediato. Detener a los dirigentes bolsonaristas, revocar a los parlamentarios que colaboraron, así como avanzar en las investigaciones sobre figuras como Carla Zambelli y Allan dos Santos, además de los responsables locales de las caravanas, que ya han comenzado a ser identificados.

Nos sumamos a la petición de la diputada Alejandra Ocasio-Cortez de extraditar a Bolsonaro. Este sería el primer paso hacia su detención, una tarea fundamental que el PSOL ya solicitó la semana pasada. Detener a Bolsonaro es un paso necesario, como eje de agitación. También hemos defendido una CPI, en el DF y en la Cámara Federal, para ampliar las investigaciones, combinada con la destitución definitiva de Ibaneis, gobernador del Distrito Federal.

Seguimos llamando a la solidaridad internacional y organizando disputas en las calles, con nuestros parlamentarios, evocando la lucha antifascista. Hoy saldremos a la calle con la bandera de que no habrá indulto para genocidas y golpistas. Sin amnistía y con la máxima movilización democrática.

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Israel Dutra Secretario General del PSOL, es sociólogo, miembro de la Dirección Nacional del partido y del Movimento Ezquerda Socialista (MES).

Roberto Robaina es dirigente del PSOL y del Movimento Esquerda Socialista (MES), director de la Revista Movimento y concejal de Porto Alegre.