Sobre la guerra en Ucrania: por una “bifurcación internacionalista”

Elias Vola//

“Quizás lo más sorprendente de muchos de estos debates sobre la guerra ruso-ucraniana es que se desconoce la opinión de las y los ucranianos. En algunas discusiones de izquierda, los ucranianos todavía se presentan a menudo como víctimas pasivas con las que hay que simpatizar o como nazis que hay que condenar. Sin embargo, la extrema derecha constituye una clara minoría de la resistencia ucraniana, mientras que la mayoría absoluta de las y los ucranianos apoya la resistencia y no quieren ser simples víctimas pasivas”.  Taras Bilous /1

Las divisiones en torno a la guerra en Ucrania marcarán de forma duradera el paisaje de la izquierda mundial e iniciarán profundas recomposiciones políticas e ideológicas.

El estilo Putin de las negociaciones de paz

Desde el comienzo de la sangrienta invasión decidida por Putin, no deja de aparecer en la superficie un extraño estribillo: Rusia daría pruebas de buena voluntad, las y los ucranianos de un peligroso extremismo. Últimamente, el jueves 2 de febrero de 2023, Putin declaró que estaba listo para iniciar negociaciones de paz si los ucranianos tomaban nota de las “nuevas realidades territoriales” derivadas de la invasión. Una propuesta obviamente inaceptable para la parte ucraniana, en la medida en que equivaldría a aceptar la pérdida de los cuatro oblasts fraudulentamente anexionados mediante un referéndum militarizado, es decir, alrededor del 20% del territorio ucraniano. Sin embargo, incluso vale la pena dudar de este supuesto paso adelante del régimen ruso. Al mismo tiempo, los informes militares tienden a indicar que el ejército ruso está preparando una nueva ofensiva a gran escala a lo largo de toda la línea de frente. Entre 300.000 y 500.000 hombres habrían sido agolpados para un asalto a todos los niveles y según una estrategia que tiene muy poco en cuenta la vida de los soldados rusos /2.

No es la primera vez que el Kremlin usa este método del policía bueno y el policía malo, incluso es habitual. A finales de marzo de 2022, la reunión de Estambul, en la que ambas partes habían comenzado a plantear públicamente sus demandas de paz, coincidió con una reorganización de la ofensiva rusa en el sur y el este de Ucrania tras la derrota en campaña en el asalto a Kiev. Noviembre de 2022, cuando el G20 reunido en Bali pidió a Rusia que cesara los bombardeos para demostrar su voluntad de iniciar las negociaciones de paz, fue el comienzo de una ola de bombardeos masivos en todo el territorio ucraniano, con el objetivo de destruir la infraestructura energética y privar a millones de personas de calefacción y electricidad al borde del invierno. Dimitri Medvedev, vicepresidente del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, declaró al mismo tiempo que “Kiev es simplemente una ciudad rusa cuyos habitantes siempre han pensado y hablado en ruso. […] Esto es para que todo esté completamente claro, en cuanto a lo que debe recuperarse y cómo lo será ”.

Este posicionamiento belicoso del régimen ruso, indiscutiblemente opuesto a la paz, contrasta claramente con la claridad de las reivindicaciones del lado ucraniano. Recordemos, en primer lugar, que Zelensky fue elegido con el 73% de los votos sobre la base de un programa de reconciliación con Rusia que se comprometió a poner fin al conflicto larvado que afectaba a las regiones de Donbass y Crimea ilegalmente ocupadas. Si bien, obviamente, esta orientación no se encontró con la simpatía putiniana, la movilización popular y militar masiva de los ucranianos para defender su derecho a la existencia democrática no ha llevado al gobierno de Zelensky a formular desde entonces propuestas extravagantes. Las exigencias son claras: negociaciones de paz en público, restauración de la integridad territorial sobre la base de las fronteras de 2013, indemnizaciones por los daños infligidos, el enjuiciamiento de los criminales de guerra y la organización de referéndums en los territorios de Donbas y Crimea, de forma transparente y bajo los auspicios de la ONU /3. Estas son las condiciones para una paz justa y duradera.

Si, por tanto, hay dos racionalidades opuestas que se enfrentan, la voluntad real de lograr la paz está en un solo lado, y es lógicamente la que sufre de lleno y casi en su totalidad las consecuencias de esta guerra. ¿El extremismo de Putin se explicaría por la locura de este? Si bien la hipótesis es tan preocupante como tentadora, despolitiza las dinámicas que están en marcha en Rusia. En su reciente artículo, El Putinismo es el fascismo, Ilya Budraitskis, militante ruso, abre pistas de interpretación mucho más convincentes: “Todo cambió a finales de 2011, cuando Putin anunció su deseo de volver a la presidencia, marcando así el punto de inflexión del régimen hacia un poder explícitamente personalista. A finales de 2011 y principios de 2012, Moscú y otras grandes ciudades del país fueron sacudidas por manifestaciones masivas […] Sin embargo, una vez asegurada su reelección y aplastadas las protestas, Putin continuó perdiendo el apoyo de la población.[ …] En estas condiciones, la respuesta agresiva de Putin al Maidán de Kiev no solo tenía objetivos externos, sino también objetivos internos. El derrocamiento del régimen en Ucrania por protestas callejeras creó un peligroso precedente que, debido a la proximidad de los países, atrajo la atención de gran parte de la sociedad rusa. […] La política interior ha sido reemplazada por la política exterior, cuyo guía nacional y comandante en jefe se convierte en el único actor, mientras que el deber cívico de todos los demás es apoyarlo pasivamente” /4.

En esta carrera infernal, la política de agresión del Kremlin se ha convertido en una palanca fundamental de la política interior rusa, destinada a domesticar cualquier deseo de protesta. A partir de ahí, las negociaciones de paz son una preocupación secundaria para Putin, y esta es la sensación que predomina para cualquier persona que esté mínimamente atenta a lo que se dice en la esfera político-mediática rusa /5.

¿Cómo, entonces, explicar el posicionamiento de una parte de la izquierda mundial, que se opone a las entregas de armas a Ucrania y está convencida de que son la OTAN y Zelensky quienes bloquean el proceso de paz, mientras que Putin, a pesar de sus errores, buscaría proteger a las poblaciones de habla rusa del Donbass /6?  Al principio, la pregunta parece absurda. ¿Cómo hacer pasar seriamente a Putin, que inició por su cuenta una sangrienta agresión, devastando de paso los territorios que se suponía que debía defender, por un potencial partidario de la paz?

Son muchos los análisis que denuncian este escollo, en particular los que nos vienen de Ucrania y Rusia, como la notable declaración conjunta publicada a principios de abril de 2022 por el Movimiento Socialista Ruso y el Movimiento Social de Ucrania /7. Entre la miríada de argumentos desplegados en este debate que agita a la esfera progresista, quiero llamar la atención sobre un punto en particular: la relativización del peligro fascista y sus implicaciones para la izquierda mundial.

Según la retórica que justifica la invasión de Putin como reacción legítima al imperialismo estadounidense, estaríamos de hecho asistiendo al advenimiento de un “mundo multipolar”. Por el contrario, consideramos, junto con otros /8, que este “mundo multipolar” corresponde más bien al del ascenso de los regímenes neofascistas, y es una urgencia la derrota militar y política de Putin, punta avanzada del fascismo en el siglo XXI. Negar esto es borrar las diferencias entre la democracia burguesa-liberal y el régimen autoritario-fascista, en particular en lo que respecta a los posibles espacios de resistencia para las poblaciones y las condiciones de actividad de las organizaciones progresistas.

Cuando las y los ucranianos se movilizan en masa contra el imperialismo ruso y piden armas para defender su derecho a la existencia democrática y a la autodeterminación, es porque obviamente, para ellos, hay una diferencia muy concreta con el espacio no democrático encarnado por la Rusia putiniana. Y esta lucha hoy pasa principalmente por una correlación de fuerzas militar, independientemente del origen de las armas obtenidas, y por incómodo que pueda ser para la izquierda mundial asumir tal posición /9.

En palabras de Ilya Budraitskis, el régimen ruso de Putin es la expresión de un nuevo fascismo surgido de la crisis del capitalismo y cuyo objetivo “es [enterrar] definitivamente toda forma de participación democrática y [dar] definitivamente al capital la forma de un Estado” /10. Y mientras que son cada vez más numerosas las voces de nuestros camaradas de Rusia y Ucrania que evocan una nueva forma de fascismo para caracterizar el régimen vigente en el Kremlin, la ceguera de las organizaciones de izquierda y extrema izquierda que se niegan a ver que el principal obstáculo para la paz no es otro que el mismo Putin es, como mínimo, preocupante. Algunos y algunas siguen viendo un conflicto entre “grandes potencias” en el que hay que proporcionar una puerta de salida honorable a Rusia, sin que se entienda claramente lo que significa “un verdadero esfuerzo diplomático” para Putin. Otros y otras ponen en pie de igualdad el neoliberalismo de Zelensky y la fascistización del régimen ruso, y oponen a los “juegos sucios de la OTAN” una confraternización de los pueblos bajo el fuego de la artillería. Cuando la ideología prevalece sobre el análisis de la situación real, la acción política se convierte implacablemente en abstracción. En esto, nos enfrentamos a una gran bifurcación para el campo progresista, frente a la cual el desafío es adoptar la orientación internacionalista capaz de trazar un surco emancipador, por delgado que sea, en el peligroso período que atraviesa el mundo.

Luchas y resistencias en territorios fascistas

De hecho, existen diferencias muy concretas entre el neoliberalismo de Zelensky y el fascismo del régimen ruso para las formas de protesta y la actividad de las organizaciones progresistas, y a fortiori en los territorios ocupados o en su esfera de influencia directa. Si esta conciencia es aguda entre quienes resisten, es porque no faltan ejemplos, empezando por la evolución de la situación en las repúblicas “autoproclamadas” de Louhansk y Donetsk. Ocho años después del comienzo de la guerra, hay una degradación masiva de los derechos sociales y políticos, del nivel de vida y, finalmente, de cualquier forma de expresión democrática.

Estas regiones, consideradas prósperas para Ucrania antes de la intervención rusa, ahora están destrozadas. Estas zonas anexionadas perdieron entre el 45% y el 70% de su población antes de 2014; las pérdidas de empleo fueron masivas y el salario promedio cayó, desde 2016, a menos del 40% de su nivel de antes de la anexión; la mayoría de las fábricas que se encontraban allí producían en 2020 entre el 15% y el 20% de su nivel de antes de la guerra dado que muchas máquinas habían sido transferidas a Rusia o sencillamente robadas; los sindicatos independientes fueron prohibidos en 2014; los grupos feministas y LGTBQI+ cayeron bajo el impacto de la represión que prevalece contra ellos en Rusia; la práctica de detenciones ilegales, tortura y asesinatos se ha convertido en algo común; las manifestaciones han sido de forma sistemática severamente reprimidas, como en la mina Komsomolskaya donde, en junio de 2020, treinta y ocho personas fueron detenidas, tres de las cuales desaparecieron y no fueron encontradas /11. Este panorama no exhaustivo da una visión aterradora de lo que puede ser el futuro concebido por Putin.

Desde la segunda fase de la guerra, iniciada el 24 de febrero de 2022, la situación se ha deteriorado aún más. Taras Kobzar, militante anarcosindicalista originario de Donetsk, primero voluntario en la defensa territorial y luego en el ejército, cuenta: “En el plano político, se ha establecido un régimen autoritario, haciendo imposible cualquier actividad política y social libre. Las personas pueden, por ejemplo, ser detenidas en la calle y enviadas al frente. Conocemos la historia de un grupo de músicos de la Orquesta Filarmónica de Donetsk que fue movilizado por la fuerza y enviado al combate a Mariupol, directamente después de un ensayo. La mayoría de estos músicos han muerto. El orden ruso domina todas las esferas de la vida. Se infiltra en las escuelas, envenenando la mente de los niños y niñas, atiborrándoles de propaganda chovinista. Las “organizaciones infantiles” militarizadas más horribles se establecieron en los territorios ocupados: recuerdan a las “juventudes hitlerianas”, pero a la manera estalinista soviética. Desde septiembre, muchos videos realizados por soldados ucranianos en el óblast de Kharkiv liberado muestran a civiles que aclaman al ejército ucraniano. Como soldado, soy testigo directo de ello. Después de sufrir la ocupación y los bombardeos, los ucranianos ordinarios acogen con alegría a los libertadores, a sus compatriotas, a los soldados del ejército ucraniano. Esta es la reacción normal de personas que se respetan y aman su tierra, personas que han visto en la práctica que la “paz rusa” es  un verdadero “fascismo ruso”” /12.

Desde los suburbios de Kiev hasta los de Kherson, pasando por las fosas comunes de Izioum, Irpin o Boutcha, la “paz rusa” ha sido sinónimo de asesinatos, saqueos, violaciones masivas. También es la humillación diaria para todas las minorías enemigas del orden de Putin. Las y los activistas políticos, las feministas, las minorías de género, las y los sindicalistas y demás activistas son los primeros objetivos /13. Y el horror pasa un nuevo nivel cuando se acumulan las pruebas de las deportaciones masivas de niñas y niños ucranianos para ser adoptados en Rusia /14.

Recordar esta realidad, violenta y cruda, no significa sucumbir a las sirenas de la emoción como a veces se escucha en la boca de gentes de la izquierda, buscando así justificar su real politik de la abstracción. Es ser realista sobre lo que espera a la población local en caso de victoria rusa, y ninguna elucubración geopolítica hecha a miles de kilómetros de distancia la protegerá. ¿Quién aceptaría esto para sí mismo, para sí misma? Tomar las armas, implicarse en la defensa territorial, rechazar la “paz rusa” es, lamentablemente, la única posibilidad que se le ofrece en el estado actual.

Además, aquellos y aquellas, fuera de Ucrania, que lo han entendido mejor, son todas las personas comprometidas contra Putin en la propia Rusia. En este país donde la palabra guerra está prohibida y donde las cárceles están llenas de verdaderos pacifistas, la oposición solidaria con la población ucraniana se reduce a formas de resistencia “silenciosa”: escribir consignas en los billetes; hacer grafitis con el símbolo de la paz; atar cintas verdes a las farolas; reemplazar las etiquetas de precios por el número de personas muertas /15

En Rusia, la destrucción de los derechos sociales y políticos, la represión de todas las formas de asociación no integradas en el aparato estatal, se aceleran día a día, a imagen de lo que sucedió en estas famosas repúblicas populares que Putin “defiende” a los ojos del resto del mundo. Sean cuales sean las legítimas críticas al neoliberalismo en tiempos de guerra de Zelensky, la actividad política y sindical, los grupos y movimientos LGBTQI + y feministas, las organizaciones estudiantiles y otras formas de activismo, existen, critican, actúan, gracias a salvaguardas democráticas. El balance político de 2022 publicado por nuestros compañeros y compañeras de Sotsialnyi Rukh (Movimiento Social) es rico en enseñanza sobre los márgenes de maniobra persistentes en Ucrania /16. Como activista por la emancipación, olvidar esto es en parte olvidar lo que somos.

La urgencia de un compromiso internacionalista más fuerte

A medida que aumenta la presión para silenciar la voz de las y los ucranianos en favor de las abstracciones, es más necesario que nunca que nuestra acción internacionalista se escuche más ampliamente. Las organizaciones que han optado por un internacionalismo que se coloca decididamente al lado de la población ucraniana se distinguen desde el comienzo del conflicto por la multiplicación de vínculos y contactos con nuestros compañeros y compañeras en el lugar. Esta intensa actividad de circulación de la palabra, en parte coordinada por el RESU, donde participa el NPA, ha permitido obtener información de campo lo más cerca posible de quienes están en lucha, armadas o no, comprender mejor las relaciones de fuerzas y los problemas político-sociales que agitan a estas poblaciones, y poder transmitir sus decisiones sobre este conflicto sobre el que muchas personas, en otras partes tienen una opinión bien definida. Solo a partir de este trabajo se puede construir un internacionalismo desde abajo tal como lo defendemos, un internacionalismo que se construye con las y los primeros concernidos y en el que la solidaridad debe traducirse en actos concretos. Este fue el objetivo de las delegaciones del RESU que fueron a Ucrania y de los múltiples convoyes de solidaridad, de los sindicales en particular. Este es también el sentido de las manifestaciones y eventos organizados en Francia.

Para responder a esta emergencia internacionalista, ¡sumémonos a este compromiso!

Revista L’Anticapitaliste n° 143 (febrero de 2023)

https://lanticapitaliste.org/opinions/international/sur-la-guerre-en-ukraine-pour-une-bifurcation-internationaliste

Traducción: F.E.

Notas

1/  Taras Bilous “Soy un socialista ucraniano: he aquí por qué lucho contra la invasión rusa” artículo publicado en https://vientosur.info/soy-un-socialista-ucraniano-he-aqui-por-que-lucho-contra-la-invasion-rusa/     el 30/07/2023. Taras Bilous es historiador, redactor jefe de Commons y miembro de Sotsialnyi Rukh (movimiento social). Actualmente está incorporado a las fuerzas armadas en la Defensa Territorial.

2/ Ver los blogs de Michel Goya (presse@legrandcontinent.eu) y de Cédric Mas (https://www.mediapart.fr/biographie/cedric-mas), especialistas en cuestiones militares.

3/  Estas condiciones encuentran el apoyo muy mayoritario de la población ucraniana. Ver a propósito de esto el artículo de Denys Bondar et Zakhar Popovych “La izquierda y las perspectivas de negociaciones de paz” el 22/12/2022 en https://vientosur.info/la-izquierda-y-las-perspectivas-de-negociaciones-de-paz/

4/ Ilya Budraitskis, “Le Poutinisme c’est le fascisme. Pourquoi est-il nécessaire de le dire aujourd’hui ?”, Inprecor, n°701/702, octobre-novembre 2022.

5/ L’Ukraine en toutes lettres, Brigades éditoriales de solidarité , éditions Syllepse, 2023.

6/ Sobre este tema ver el artículo de Daria Saburova, https://vientosur.info/preguntas-sobre-ucrania/ que repasa las demasiado numerosas falsedades que circulan. 

7/  Contra el imperialismo ruso, declaración conjunta del Movimiento Socialista Ruso y del Movimiento Social de Ucrania, en https://vientosur.info/contra-el-imperialismo-ruso/

8/  Ver en particular los artículos del militante ucraniano Zakhar Popovitch, « Vers le fascisme », trad. Patrick Le Tréhondat, Soutien à l’Ukraine résistante, vol. 15, Brigades éditoriales de solidarité , y de la feminista marxista india Kavita Krihsnan, “La multipolarité, le mantra de l’autoritarisme”, trad. AplutSoc, décembre 2022.

9/  Ver Catherine Samary, Contra la guerra de agresión rusa, la urgencia de una izquierda radicalmente descolonial, en https://vientosur.info/contra-la-guerra-de-agresion-rusa-la-urgencia-de-una-izquierda-radicalmente-descolonial/

10/ Ilya Budraitskis, art. citado.

11/ Ver Natalia Savelyeva, Eight Years of War before the War, Rosa Luxemburg Stiftung. La autora ha sido profesora adjunta en la Escuela de Estudios superiores de la Universidad de Tiumen en Rusia entre 2017 y 2019.

12/ « Face à la contre-offensive ukrainienne, l’impuissance russe », entrevista con Taras Kobzar, en Soutien à l’Ukraine résistante, vol. 12, Brigades de solidarité éditoriale.

13/ Ver  Syndicalistes dans la guerre en Ukraine : témoignages, sur le blog Syndicollectif.

14/  Ver la investigación “Pour chaque soldat tué, nous prendrons 10 enfants” realizada por el medio Les Humanités.

15/ Vanessa Rodríguez, « Protester en silence », Soutien à l’Ukraine résistante, vol. 6, Brigades éditoriales de solidarité.

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p style=”text-align: justify;”>16/  Ver https://www.antikapitalistak.org/damos-la-palabra-a-sotsialnyi-rukh-movimiento-social/

Ucrania – El regreso del sindicato estudiantil ucraniano Acción Directa

Una buena noticia para los estudiantes ucranianos. El sindicato de lucha estudiantil Acción Directa (Pryama diya) está de regreso. Tras varios años de ausencia, ha estado presente en los últimos meses durante la movilización de los estudiantes de Lviv contra el cierre de su academia de imprenta. Este renacimiento en medio de la guerra es una muestra de la voluntad de los estudiantes ucranianos de defender sus derechos frente a las políticas neoliberales del gobierno ucraniano, estudiantes que participan ampliamente en la resistencia antiimperialista contra la agresión rusa. Le corresponde al movimiento sindical estudiantil internacional brindarles su apoyo.

Declaración del sindicato (9 de febrero de 2023)

Acción directa: ¿Por qué un sindicato de estudiantes es más oportuno que nunca?

En estos difíciles meses de guerra, en los que los estudiantes estamos ahora separados no por los muros de nuestras aulas, sino por las fronteras de nuestras regiones y países, en los que muchos de nosotros hemos tenido que buscar refugio en ciudades desconocidas y buscar todos los medios posibles para continuar nuestros estudios, y en los que se ha hecho mucho más difícil unirnos y ayudarnos unos a otros, el sindicato estudiantil independiente Acción Directa retoma su trabajo activo.

Nos esforzamos por crear un espacio panucraniano de cooperación, ayuda mutua y solidaridad entre los estudiantes, con el fin de facilitar el proceso educativo para todas las personas involucradas. Para nosotros, es importante crear condiciones de vida seguras para los grupos vulnerables en el ámbito educativo, apoyar a los estudiantes que se han quedado en la línea del frente o en otras zonas peligrosas y ayudar a los estudiantes desplazados a adaptarse en las nuevas ciudades.

Por otra parte, todos los peligros que existían antes del 24 de febrero de 2022 permanecen: abuso de poder por parte de las administraciones universitarias, discriminación, corrupción, acciones hostiles por parte del Ministerio de Educación y de las Ciencias hacia los estudiantes, exigencias de matrículas adicionales o excesivas, etc. En los últimos meses, como consecuencia de estas amenazas, las tensiones sociales entre los estudiantes han dado lugar a varias campañas de protesta, las más destacadas de las cuales fueron la acción pacífica de los estudiantes de la Academia Ucraniana de Imprenta contra la reorganización de la universidad y el movimiento Students UA, que lucha por el derecho de los estudiantes ucranianos en universidades extranjeras a viajar al exterior. En ambas campañas participaron militantes de Acción Directa.

Creemos que debido a la guerra ruso-ucraniana, por una parte, y a la política neoliberal y fundamentalista de mercado de las autoridades ucranianas, por otra, la situación social de los estudiantes seguirá agravándose. Al mismo tiempo, los mayores movimientos estudiantiles ucranianos existentes hacen la vista gorda ante el componente social del problema educativo y apoyan la privatización, la comercialización y la “optimización” de la enseñanza superior en nombre de una eficiencia abstracta. Asimismo, no entienden por qué un rumbo similar en Europa Occidental durante los últimos treinta años ha provocado sistemáticamente protestas a gran escala en la enseñanza superior (a menudo con el apoyo entusiasta de los cuerpos docentes)

Acción Directa se basa en los principios de solidaridad con los grupos oprimidos y explotados. En cuanto a la cooperación internacional, Acción Directa se ha sumado a Youth 4 Ukrainian Resistance, una red de jóvenes que apoya la resistencia ucraniana a la ocupación rusa y que incluye organizaciones juveniles y estudiantiles de Polonia, Reino Unido, España, Brasil y Bélgica. Creemos que el éxito de los movimientos estudiantiles ucranianos depende de la solidaridad, de la comunicación y de la coordinación entre los participantes de estos movimientos, y Acción Directa propone un espacio de este tipo a cualquier estudiante que comparta nuestros principios fundamentales:

Anticapitalismo: luchamos contra la mercantilización de la educación y de la ciencia, nos oponemos a la transformación del conocimiento en una mercancía y de su posesión en un privilegio. En particular, apoyamos la idea del libre acceso a los documentos científicos. Para nosotros, la educación anticapitalista es una educación que promueve el desarrollo creativo global del individuo, en lugar de encerrar a los seres humanos en la maquinaria engorrosa e impersonal del capital.

Igualdad de género: nos esforzamos por ofrecer las mismas oportunidades de desarrollo y expresión a los representantes de todos los géneros dentro de la organización, para crear un entorno que propicie la experimentación o incluso el abandono de su identidad de género. A través de sus actividades, buscamos difundir este discurso en la sociedad.

Educación ecológica: Abogamos por una educación que fomente una actitud ética hacia el medio ambiente. Por la creación de espacios seguros para la naturaleza, los estudiantes y todos los implicados en el trabajo de las instituciones de enseñanza.

Antidiscriminación: Estamos en contra de la discriminación por motivos de clase, sexo, edad, etnia, religión, orientación sexual, región de origen, salud y condición social.

¿Por qué necesitas un sindicato de estudiantes?

Solidaridad: ante una injusticia en tu universidad o en circunstancias difíciles, puedes contar con la ayuda de otros miembros del sindicato, estén donde estén en el mundo.

Autodesarrollo político: hacer realidad tu pasión por la lucha política y defender sus derechos elaborando campañas políticas, organizando secciones sindicales, etc.

Competencias en gestión de medios y comunicación: un campo de experimentación y de práctica en materia de gestión de eventos, relaciones públicas, redes sociales, redacción de artículos, reportajes y entrevistas, intervención en público, debates, etc. La participación directa en el trabajo de los medios de comunicación os ayudará a abordar sin obstáculos las cuestiones mundiales y locales y a dirigir de manera eficaz una lucha de información contra la arbitrariedad de las administraciones universitarias.

Personas que comparten las mismas ideas: un círculo de personas que comparten las mismas ideas, un mínimo de burocracia, una comunicación informal y creación de equipos.

Si eres estudiante de un centro de enseñanza superior o profesional, no pierdas tiempo: ¡únete al sindicato de Acción Directa!

Acción Directa (Пряма Дія)

https://www.facebook.com/priama.diia

RSISL,10-2-2023 https://laboursolidarity.org/fr/n/2531/le-syndicat-etudiant-ukrainien-action-directe-est-de-retour

Damos la palabra a Sotsialnyi Rukh (Movimiento Social)

PRIMER BALANCE DEL AÑO 2022

El año 2022 ha abierto una nueva página trágica en la historia de Ucrania y del mundo. Al mismo tiempo, fue un año de increíble heroísmo y solidaridad frente al imperialismo ruso. En Ucrania se han recrudecido los procesos de neoliberalización económica y los ataques a los vestigios de los derechos laborales, lo que ha supuesto un verdadero desafío para las fuerzas de izquierda, pero también ha abierto espacios de lucha antes impensables. Os proponemos terminar 2022 con una revisión de los logros de Sotsialnyi Rukh en el campo de la lucha por una Ucrania libre y justa.

Las y los activistas de Sotsialnyi Rukh han logrado recaudar fondos, encontrar y entregar equipos militares para los soldados, generadores para el personal médico, recaudar fondos con éxito para beneficiarse de las conexiones a Internet Starlink y mucho más. Los viajes a las regiones de Ucrania con toda la ayuda necesaria se han vuelto regulares. En particular, Sotsialnyi Rukh ha ayudado a muchas familias a obtener acceso a una fuente estable de agua y electricidad en Mykolayev. Activistas de Sotsialnyi Rukh se unieron a las filas de las Fuerzas Armadas y la Defensa Territorial de Ucrania, donde todavía sirven, crearon sistemas de navegación innovadores para drones del ejército y proporcionaron a las y los soldados todo lo necesario para acercarse a la victoria.

Ayuda humanitaria. La guerra determinó las principales orientaciones de las actividades de la organización. La máxima prioridad era ayudar a las víctimas de la agresión rusa, así como a quienes defendían su patria. Partiendo de una labor humanitaria esporádica, hemos puesto en marcha actividades de apoyo regular y sistemático al ejército ucraniano y a las personas afectadas por la guerra, especialmente en las regiones de primera línea. Además, Sotsialnyi Rukh ha participado en la organización de más de 10 convoyes humanitarios de sindicatos y organizaciones de izquierda. Esta ayuda se ha canalizado a Zaporiyia, Kryvyi Rih, Mykolayev y otras ciudades de primera línea. Cooperamos con organizaciones sociales y de izquierda ucranianas, como Taller Feminista, Colectivos de Solidaridad, Bilkis y muchas otras, para brindar la ayuda y la protección más efectivas posibles.

Solidaridad internacional. La guerra a gran escala ha colocado a Ucrania en el centro de la atención internacional. Para Sotsialnyi Rukh, este año ha estado marcado por la lucha contra la ideología pseudopacifista, cuyos representantes se han opuesto al apoyo a Ucrania. Hemos hecho todo lo posible para unir a los movimientos de izquierda y progresistas en torno a las demandas de apoyo total a Ucrania, sanciones efectivas y serias a Rusia y el suministro de todas las armas necesarias para completar la victoria de Ucrania. Nuestras y nuestros activistas han establecido contactos con la mayoría de los partidos verdes y de izquierda influyentes en todos los continentes, han publicado más de 100 documentos y entrevistas para una audiencia internacional, tanto en plataformas de izquierda (Jacobin, The Real News Network) como en medios de comunicación influyentes ( Guardian, BBC, Business Insider, Elle, Mirror of the Week y otros). Se han llevado a cabo tres conferencias internacionales. Nuestras y nuestros activistas han viajado a Gran Bretaña, Irlanda, Finlandia, Brasil, Alemania, Polonia, Georgia, Francia, Holanda, Suecia, Dinamarca y en otros países para promover el apoyo a Ucrania. Se han realizado conferencias en línea con el tema de Ucrania para personas residentes en Hong Kong y Corea. Sin exagerar, Sotsialnyi Rukh se ha convertido en el rostro de la izquierda ucraniana en el mundo. Logramos organizar a estudiantes de todo el mundo para apoyar a Ucrania y participar en la formación de la Red Europea de Solidaridad con Ucrania y la Red Americana de Solidaridad. Gracias a nuestras actividades, la deuda externa de alrededor de 1.800 billones de UAH fue congelada durante dos años. Es un gran éxito, pero nuestras actividades no se detienen ahí.

Campaña por la cancelación de la deuda internacional. La manifestación más significativa de solidaridad internacional fue la campaña internacional liderada por Sotsialnyi Rukh para cancelar la deuda externa de Ucrania, que terminó con su suspensión temporal. Sotsialnyi Rukh, junto con el partido de izquierda polaco Razem, comenzó en las primeras semanas de la guerra a defender la demanda de la cancelación de la deuda externa de Ucrania para aumentar las capacidades de defensa del país y asegurar un futuro justo para el país, que no debe verse perjudicado por enormes pagos. Hablamos en el Parlamento polaco y luego en el Parlamento del Reino Unido, y también planteamos este tema en la mayoría de los parlamentos nacionales de Europa a través de partidos de izquierda que respaldaron las demandas de alivio de la deuda y apoyo a Ucrania. Durante la campaña, Sotsialnyi Rukh estableció contactos con conocidos financieros y economistas en estructuras internacionales, organizaciones públicas y partidos gobernantes de izquierda, como el Partido Socialdemócrata de Suiza o la Alianza de Izquierda en Finlandia. Trabajar con miembros del Congreso del Partido Demócrata dio lugar a un proyecto de ley en el Congreso de los Estados Unidos, lo que provocó que Estados Unidos abogara por la congelación de la deuda externa.

La sociedad civil se ha visto obligada a cumplir el papel del Estado y, en lugar de esperar una ayuda más específica, a asumir la práctica totalidad de sus funciones sociales. La política estatal en el campo socioeconómico ha llevado al declive, la desigualdad social y, en algunos lugares, al debilitamiento de las capacidades de defensa. Sotsialnyi Rukh se solidariza con las tesis de los economistas de la London School of Economics y Adam Toose: esta guerra no debería ser el momento para realizar experimentos ideológicos y promover políticas de desigualdad.

Contra el neoliberalismo militar”. A pesar de la guerra, las autoridades decidieron continuar el curso de la neoliberalización de la economía, lo que naturalmente condujo al deterioro de las condiciones de vida de las y los ciudadanos ucranianos. Sotsialnyi Rukh ha realizado fuertes campañas contra la aprobación de leyes antilaborales y por el despido de su principal lobysta en la Verkhovna Rada, la diputada Halyna Tretyakova. Se elaboró ​​una lista negra de empresarios que abusaron de la posición vulnerable de los trabajadores a causa de la guerra. Se han publicado muchos documentos analíticos sobre las causas y posibles consecuencias de los ataques a los derechos laborales durante la guerra. Sotsialnyi Rukh ha subrayado e insistido en que la guerra no es el momento para experiencias socioeconómicas dañinas. La reducción de impuestos para la parte más rica de la población contribuyó a la inestabilidad social, la transferencia de responsabilidades y la contribución desigual de las diferentes capas sociales a la victoria.

Asistencia legal. Con el fin de proteger a las y los trabajadores contra el abuso patronal, se creó el proyecto #LABOR DEFENSE, en el que se brindó asistencia jurídica gratuita a más de 80 trabajadores y trabajadoras. El proceso de solicitud de ayuda se ha simplificado mucho gracias al desarrollo del bot de Telegram. Las actividades de derechos humanos estuvieron marcadas, entre otras cosas, por victorias judiciales en el caso de un trabajador ferroviario de Vinnytsia, Vyacheslav Manchuk (se recobró una indemnización a favor del demandante como víctima de un accidente) y una enfermera de la región de Poltava, Lyudmila Pukha (la demandante fue reintegrada a su trabajo y recibió una indemnización a su favor debido a su absentismo forzoso). Decenas de personas han logrado obtener un resultado en los procedimientos previos al juicio. Sotsialnyi Rukh también ha publicado y difundido un manual sobre la protección del derecho al salario, que tiene como objetivo aumentar el conocimiento legal de los trabajadores.

Nuestras y nuestros activistas también ganaron dos juicios contra la policía en relación con una detención ilegal el 19 de enero de 2021. Incluso a pesar de la guerra, Sotsialnyi Rukh sigue siendo una organización que continúa participando en actividades de defensa de los derechos humanos.

Sotsialnyi Rukh cooperó activamente con miembros de las confederaciones sindicales KVPU, FPU, etc. y sindicatos para brindar ayuda humanitaria, apoyo legal y político. En este momento estamos involucrados en la defensa de las reivindicaciones de las y los conductores de trolebuses de Kyiv y Kharkiv, así como de las enfermeras del KNP Clinical Hospital 15 Podilsky distrito de Kyiv.

Fortalecimiento de los sindicatos. Durante el año, Sotsialnyi Rukh apoyó activamente al movimiento sindical ucraniano: desde apoyar las protestas de médicos de ambulancia en Kyiv a la protesta de los operadores de grúas en la región de Lviv. [Ha realizado] un informe escrito para los activistas de “Be Like Nina” sobre la reducción de personal, dada la evolución de las leyes laborales. Activistas de Sotsialnyi Rukh, en cooperación con activistas sindicales, ayudaron a organizar una reunión internacional de operadores de grúas sindicales de Ucrania, Polonia e Israel.

Educación. A pesar de las dificultades técnicas, las y los activistas de nuestra organización han organizado seminarios y eventos en línea dedicados a la teoría y la práctica de la organización laboral, la política energética, los fundamentos políticos de la resistencia ucraniana, etc. Con la participación de activistas de Sotsialnyi Rukh y la revista Commons, se organizó la conferencia anual regular Feuerbach 11, durante la cual se discutieron temas actuales de la reconstrucción de Ucrania en la posguerra. Se han publicado muchos artículos académicos analíticos sobre política económica y de vivienda, perspectivas de negociaciones de paz, teoría marxista y socialista, sociedad poscapitalista, la historia de la izquierda ucraniana y mundial, y el análisis del imperialismo ruso. Con base en los resultados de una encuesta, se publicó un artículo con consejos para mantener la salud mental. La guerra no impidió la realización de otra escuela de Perspectivas de Izquierda, que reunió a más de 80 participantes, en la que activistas del Sotsialnyi Rukh realizaron diversos informes.

Trabajo en los medios. La organización ha alcanzado un nuevo nivel en el trabajo en los medios. Hemos aprendido a manejar activamente las nuevas plataformas sociales: Twitter, que ya tiene más de mil seguidores, filmamos videos para YouTube y TikTok. Se realizaron y distribuyeron muchos materiales impresos de Sotsialnyi Rukh  : folletos, manuales, llamamientos, pegatinas. Se organizaron cursos de carteles políticos y multicopistas. El trabajo de Katya Gritseva[1], quien hizo un esfuerzo considerable para formar el estilo visual de la organización, recibió un merecido reconocimiento internacional en exposiciones en Francia.

Actividades públicas. La invasión a gran escala ha impedido temporalmente el activismo de calle, pero la guerra no ha impedido los procesos democráticos. Durante el año, se llevaron a cabo una serie de acciones exitosas, incluso contra la “optimización” destructiva de la Academia de Imprenta de Lviv, un flash mob para el Día de Acción por el Trabajo decente y acciones contra el sexismo. Junto con la organización feminista Bilkis[2], Sotsialnyi Rukh se opuso a la campaña de desinformación e intimidación liderada por la diputada de derecha radical Ihor Choltys.

Desarrollo de centros regionales. Durante este año el número de miembros de la organización ha aumentado considerablemente. Se desarrolló una rama en Lviv, donde los activistas participaron en acciones, organizaron conferencias públicas sobre derechos laborales y talleres creativos, movilizaron a estudiantes progresistas, etc.

Resistencia a las tendencias autoritarias y chovinistas. La guerra aumenta los riesgos del aumento de la popularidad de las opiniones de derecha y la propaganda de odio. Incluso antes de la guerra, Sotsialnyi Rukh apoyó a los colectivos de mujeres y LGBTQ+ y abogó por la ratificación más rápida posible de la Convención de Estambul. También condenamos las tendencias discriminatorias en la legislación ucraniana, incluida la adopción de nuevas leyes de inmigración o las declaraciones chovinistas de algunos parlamentarios. A fines de 2022, Sotsialnyi Rukh apoyó la campaña contra la Ley 7633 (censura de fuentes científicas basada en el idioma), que muy rápidamente llamó la atención de las y los científicos ucranianos y recibió un apoyo considerable de la comunidad científica de todo el mundo.

Este año ha sido difícil para todas y todos nosotros. Esperamos que el próximo año sea mejor. Trabajaremos igual de duro por una Ucrania social, independiente y justa, y deseamos a todos y todas seguridad, victoria y progreso social en el nuevo año.

Publicado en la web de SOTSIALNYI RUKH (https://rev.org.ua), el 1/1/2023. Traducido al francés por Patrick Le Tréhondat para  solidarite—avec-lukraine-re–sistante-n-deg-15.pdf

Traducido del francés por F.E. para antikapitalistak.org

[1] Ver algunos ejemplos en https://www.instagram.com/cmrd_grits/?hl=es  y https://ar.pinterest.com/cmrd_grits/товарища-овсянки-скромный-склад/ ndt.

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p style=”text-align: justify;”>[2] Ver https://www.antikapitalistak.org/dossier/

¿DELIBERADAMENTE O POR DESPISTE? LAS PARADOJAS DE LA IZQUIERDA, LA GUERRA DE UCRANIA Y LA SOLIDARIDAD

Bernard Dreano//[1/

¿Por qué los movimientos que dicen ser de izquierdas, libertarios, radicales o reformistas, por la justicia social, la ecología, el feminismo, la no violencia y otros, son tan ignorantes de sus contrapartes en Ucrania y Rusia?

Las izquierdas, los ecologistas y otros movimientos supuestamente progresistas en general no apoyan (o lo hacen poco) a sus homólogos ucranianos, rusos y bielorrusos…

A principios del año 2023, cuando nos acercamos al primer aniversario del estallido de la guerra de agresión de Putin, quedan varias preguntas sin respuesta sobre la actitud de las y los progresistas en Francia, en Europa, en el mundo respecto a esta guerra y a las fuerzas progresistas de los países afectados.

¿IGNORAR LA GUERRA? IGNORAR A LOS ACTIVISTAS LOCALES…

Una parte de la izquierda social y ecológica en Europa y más aún en otras partes del mundo, en América, en Asia, en Oriente Medio, en África, ha adoptado más o menos la “narrativa” putiniana según la cual Ucrania es considerada como simple peón pasivo de Occidente, que sería (puesto que es “potencialmente agresor”) el responsable de esta guerra.

Fuerzas más numerosas aún se contentan con “mantener sus distancias” con esta guerra y, mientras condenan la agresión de Putin, permanecen más o menos pasivas en la lucha contra ella, pasivas también en cuanto a la solidaridad con las fuerzas antibélicas en Rusia y Bielorrusia, y abrumadoramente indiferentes, incluso hostiles, a las fuerzas progresistas ucranianas.

Ciertos movimientos de izquierda y activistas ecologistas, sindicales y asociativos, son sin embargo muy activos, en Europa central y occidental, apoyando la resistencia armada y no armada del pueblo ucraniano y la solidaridad concreta con las y los progresistas ucranianos y las y los pacifistas rusos o bielorrusos, esto es el caso, por ejemplo, de la red internacional ENSU/RESU[2] y su rama francesa apoyada por varios movimientos asociativos, sindicales y políticos, pero estas fuerzas siguen siendo de hecho una minoría en Europa tanto entre las izquierdas socialdemócratas como entre quienes quieren ser más radicales, tanto entre las y los ecologistas como en los movimientos feministas o en la mayoría de las organizaciones sindicales. Por desgracia, esto es aún más cierto si hablamos de movimientos no europeos.

SOBRE LAS Y LOS PROGRESISTAS EN UCRANIA[3]

En Ucrania, las derechas son mayoritarias.  El Parlamento elegido en 2019 es muy generalmente “de derechas”, el que le precedió en 2014 lo era aún más. El partido Servidor del Pueblo, con una mayoría muy amplia en el Parlamento (pero solo el 43% de los votos), es un partido liberal-demócrata sin una línea política muy concreta, formado tras las elecciones presidenciales de 2019, en torno al presidente Zelensky (elegido en la segunda vuelta con el 73% de los votos con un programa de paz y lucha contra la corrupción). La oposición parlamentaria, principalmente los llamados partidos “naranja”, Patria, liderado por Yulia Tymoshenko, y Solidaridad Europea, liderado por Petro Poroshenko (alrededor del 16% de los votos), está claramente en posiciones que son a la vez ultraneoliberales y nacionalistas. Recuérdese que la ultraderecha (2,15% de los votos para Svoboda en 2019) ha tenido un solo diputado desde 2019. Hoy no hay representación de izquierda en la Verkhovna Rada (Asamblea Nacional de Ucrania).

El antiguo partido “azul” supuestamente prorruso, el Partido de la Vida, heredero del Partido de las Regiones, obtuvo el 13% de los votos en 2019. Este movimiento fue globalmente tan neoliberal y clientelista como los demás; ahora ha sido disuelto por las autoridades ucranianas al igual que otras organizaciones consideradas rusas o prorrusas. Pero la mayoría de sus diputados todavía se sientan en el parlamento (donde han formado dos grupos separados) y apoyan la defensa nacional contra la agresión rusa, algunos incluso se dedican a la defensa territorial como ocurre con numerosos electos regionales y locales “azules” del este del país (por ejemplo, el alcalde de Kharkiv).

LA FALSA IZQUIERDA” POPULISTA POST-SOVIÉTICA ES MARGINADA

Después de la independencia de Ucrania en 1991, hubo una corriente autodenominada de “izquierda”, principalmente el Partido Comunista de Ucrania (KPU), que reunió una cuarta parte de los votos en las elecciones legislativas de 1998, pero que se derrumbó electoralmente después de 2004 (aunque todavía con un13,2% en 2012). Un electorado generalmente anciano, esencialmente del este y centro industrial del país, a menudo víctima del período de “privatización” (saqueo por parte de los oligarcas) de la década de 1990, nostálgico de la Unión Soviética. Un partido populista, conservador en lo social, opuesto (de palabra) al neoliberalismo, corroído por la corrupción como los otros partidos, y dentro del cual algunos se decían estalinistas. Después de Maidan, la invasión de Crimea y el inicio de la guerra en Donbass, el partido consiguió solo el 3,9% en las elecciones legislativas, antes de ser privado, en 2015, del derecho a participar en las elecciones por parte del gobierno Poroshenko, para ser luego simplemente prohibido durante la agresión rusa de 2022 y la huida de su líder Petro Symonenko a Rusia. Otros partidos han seguido la misma trayectoria, entre ellos el Partido Socialista y el Partido Socialista Progresista de Ucrania, escindidos del anterior y cuyo candidato había obtenido el 11 % de los votos en las elecciones presidenciales de 1999 (pero el partido sólo había conseguido el 4 % en las elecciones legislativas de 1998), nacionalista paneslavista populista y prorruso, marginado gradualmente en la década de 2000. Él también fue formalmente prohibido en 2022, igual que ciertas organizaciones puramente rusas (como la organización de juventud putininana fascistoide Nachi),  activas en los territorios ucranianos ocupados después de 2014.

Probablemente, la mayoría de las y los ucranianos equiparan la “izquierda” con estos partidos más o menos postsoviéticos y más o menos prorrusos, y con el “socialismo real” del antiguo régimen soviético. Este es en todo caso el discurso de los neoliberales de la derecha ucraniana (en particular la de Poroshenko) y por supuesto, de la extrema derecha, una de cuyas principales actividades antes de 2022 fue atacar verbal y a veces físicamente a los grupos progresistas de los que voy a hablar ahora.

MOVIMIENTOS PROGRESISTAS EN UCRANIA HOY

Existen en varias formas, sin que siempre existan vínculos entre ellos.

Sindicatos

La FPU, Federación de Sindicatos de Ucrania, heredera del antiguo sindicato único de la época soviética. Bastante pasiva en términos reivindicativos y a menudo burocrática, sigue siendo la principal confederación. La KVPU, Confederación de Sindicatos Libres de Ucrania, es mucho más militante, implantada en particular en las grandes empresas (ferrocarriles, transporte urbano, metalurgia, minería, energía, incluida la nuclear, etc.). Algunos de sus activistas y, a veces, las y los líderes de algunos de sus sindicatos se dicen anarcosindicalistas. Hay activistas progresistas en los sindicatos de maestros y un movimiento estudiantil militante, Pryama Diya (Acción Directa). También hay dos pequeñas confederaciones de derecha y extrema derecha, que son muy minoritarias. La ley marcial, a causa de la guerra, prohíbe manifestaciones y huelgas. Los sindicalistas de la FPU, KVPU y estudiantes aceptan en general esta situación, y muchos de ellos están en el frente, lo que no ha impedido que estos sindicatos lleven a cabo ciertas luchas a veces victoriosas.

Asociaciones

Especialmente las de defensa de derechos. Dada la situación en Ucrania, las deficiencias de las autoridades públicas, la corrupción, las prácticas de autoorganización se han desarrollado en todo el país, especialmente después de 2014. Así, por ejemplo, para la acogida y defensa de los derechos de las poblaciones desplazadas por la guerra en Donbass, con el creación de la asociación Vostok SOS. El Centro para las Libertades Civiles (co-Premio Nobel de la Paz 2022) es otro ejemplo bien conocido.

A nivel local, a pesar de la guerra, todavía existen asociaciones y redes antirracistas y antifascistas, por los derechos LGBT+, por las minorías nacionales y grupos feministas activos, como Bilkis[4], que creó su “espacio anticapitalista” en Lviv, lo que exaspera a la extrema derecha.

A partir de 2014, y de manera más general, aparecieron diversas formas de autoorganización solidaria local, un tejido asociativo de resistencia civil[5]. Y más aún desde la guerra actual. Plataformas como la Kherson Public Platform o el Center for United Action, que, con o sin el apoyo de las autoridades locales según las ciudades y regiones, se esfuerzan para que la ayuda humanitaria se dirija hacia las necesidades reales, las poblaciones más necesitadas y no sea confiscada por corruptos locales ni desperdiciada por el “negocio caritativo” de las ONG o estructuras externas.

Ecologistas

Si bien el Partido Verde, creado en 1990, ya no representa mucho (obtuvo el 5,43 % de los votos en 1998, el 0,66 % en 2019), existen movimientos locales, algunos agrupados en particular en la red Ecoaction, en particular con la cooperativa Longo Maï, activa en Ucrania desde hace más de treinta años.

Grupos y movimientos políticos que reivindican el socialismo

Las redes anarquistas o anarcocomunistas como Unión Autónoma de Trabajadores, el grupo de Resistencia Autónoma de Ucrania Occidental (Avtonomy Ovpir), proveniente del nacionalismo (y que conserva algunas ambigüedades del mismo) y especialmente el pequeño pero muy activo Sotsialnyi Rukh, estrechamente vinculado a otros movimientos eco-socialistas de izquierda en Europa Central y en otros lugares, y la revista Commons. Estos movimientos y sus miembros están casi todos involucrados, de diversas maneras, en la defensa del país contra la agresión de Putin. Varios activistas murieron en el frente, otros están presos, entre ellos Maksym Buktevytch, figura del antirracismo, el antifascismo y la lucha por los derechos humanos, a quien los medios rusos presentaron como un “cómplice de los nazis”.

Esta unión por la defensa de la patria transforma la sociedad ucraniana, crea nuevos lazos de solidaridad, una voluntad colectiva de resistencia, lo que no significa que haya un consenso sobre la evolución de la sociedad y la gestión de la Ucrania futura.

UNA DOBLE AMENAZA

La de los neoliberales.  

Si los oligarcas pierden influencia, si la corrupción retrocede, algunos aprovechan la situación de guerra para impulsar su agenda neoliberal. Como señala Philippe Askenazy en Le Monde[6], la ley marcial suspendió secciones enteras del derecho laboral, una suspensión que está destinada a durar después de la guerra si hemos de creer en las leyes n° 5388 y n° 5371 votadas por la Rada a fines de la primavera de 2022 , creando en un caso mecanismos para contratos de “cero horas” siguiendo el modelo de las impresentables leyes británicas (e inspirado por los asesores conservadores ingleses), y en el otro privando al 70% de las y los trabajadores en Ucrania (de empresas con menos de 250 empleados) beneficiarse de los convenios colectivos. La KVPU y la FPU llamaron al rechazo de estos textos, la Confederación Internacional y la Confederación Europea de Sindicatos se conmovieron, algunos sindicatos nacionales de varios países protestaron, por ejemplo, en Francia, la CGT, Solidaires y la FSU, reacciones que provocaron alguna vacilación de Volodymir Zelensky que luego, notando que estas protestas seguían siendo limitadas, finalmente las promulgó.

De hecho, muchas organizaciones sindicales occidentales han permanecido pasivas, y más aún la izquierda política europea socialdemócrata, ecologista o supuestamente radical, que ha permanecido, deliberadamente o por despiste, ausente, tanto en cada uno de los países como en el Parlamento Europeo, cuando una mínima presión podría haber hecho retroceder a las autoridades ucranianas.

Como resultado, estos textos fueron aprobados, incluso si la cuestión de su prolongación después de la guerra permaneció… Por desgracia, eso no es todo: la ofensiva neoliberal todavía está en pleno apogeo, la ley que, desde la independencia, protegió las tierras ucranianas del apetito de las multinacionales, se está desmantelando, y para que la Ucrania del mañana sea “atractiva”, las autoridades no ocultan su voluntad de destruir los “bloqueos”, al seguir desmantelando el Código del Trabajo, destruyendo las garantías colectivas y el “poder de los sindicatos”, sin olvidar “privatizar” las propiedades de la FPU en nombre de la ” descomunización”. Estas directrices cuentan con el pleno apoyo del FMI (con el que Ucrania está muy endeudada), así como de los gobiernos occidentales (incluido el de Francia), como vimos durante la Conferencia Internacional de Lugano sobre “la reconstrucción de Ucrania” a principios de el verano de 2022, y como hemos visto luego… Y aquí de nuevo, si efectivamente hay algunas acciones sindicales en apoyo de la FPU y la KVPU y protestas de pequeños movimientos en Europa, los principales partidos de la izquierda política europea , socialdemócratas, ecologistas o supuestamente radicales han estado, de forma deliberada o inadvertida, ausentes, en cada uno de los países así como en el Parlamento Europeo, defraudando a las y los progresistas ucranianos.

Y la de la fiebre nacionalista

En guerra, es el tiempo del nacionalismo. Estamos bien situados para saber esto con nuestra experiencia histórica en Francia. Con la brutalidad de la agresión de Putin y la política llevada a cabo en los territorios ocupados reciente o anteriormente, los sentimientos antirrusos en la población ucraniana están aumentando. Ya en 2014 se podría decir que Putin, al recuperar Crimea, había perdido Ucrania, donde, sin embargo, hasta entonces la influencia cultural rusa había sido fuerte (no solo en el Este de habla rusa). Desde 2022, esta influencia se ha derrumbado a medida que se construye la unidad nacional de las y los ucranianos contra Rusia. Los monumentos y símbolos rusos o ruso-soviéticos, percibidos como signos históricos de dominación y opresión colonial, son destruidos o desplazados (por ejemplo, estatuas de Pushkin, o nombres de calles). Esta es, por desgracia, una realidad clásica frente a la agresión. La derecha ucraniana, una parte de la mayoría y, por supuesto, la extrema derecha están empujando en este sentido. Estas personas, por ejemplo, le pidieron a Oleksandra Matviitchouk, líder de la CLC, que “renunciara” a su Premio Nobel de la Paz, con el pretexto de que se lo otorgaron junto con la ONG rusa Memorial y el activista bielorruso Ales Bialiatski; afortunadamente ésta no cedió.

Se denuncia a las y los progresistas ucranianos por haberse mostrado junto a las y los antiguerra rusos, situación que hemos conocido en otros conflictos –afortunadamente esos contactos existen, pero no siempre son públicos.

El Proyecto de Ley No. 7633 prevé la prohibición del uso, en el marco de programas educativos, científicos y de investigación, de “fuentes de información en ruso y de ciudadanos del Estado agresor”, en contradicción con la Constitución de Ucrania y con la Convención europea de Derechos Humanos (de la que Ucrania forma parte) y con la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. Muchos académicos e investigadores ucranianos, europeos y otros protestaron contra este texto. Pero los principales partidos de la izquierda política europea socialdemócrata, ecologista o supuestamente radical han permanecido, deliberadamente o por despiste, hasta ahora, ausentes, tanto en cada uno de los países como en el Parlamento Europeo.

¿APOYO DE PALABRA A LAS Y LOS ANTIGUERRA RUSOS?

El propósito de este texto no es analizar las reacciones de la sociedad rusa ante la guerra, y las diversas formas de disociación, cuando no de rechazo, frente a ella. Baste decir que la oposición pública a la guerra se manifiesta principalmente entre una oposición liberal-democrática, hoy ferozmente reprimida, así como en los círculos intelectuales y las clases medias de las grandes ciudades (principalmente San Petersburgo y Moscú). Nótese de paso que otra parte de estas mismas clases medias es nacionalista y ferozmente pro-Putin. Los movimientos de defensa de los derechos humanos, incluido el emblemático Memorial, pero hay otros, obviamente también son reprimidos pero apoyados a nivel internacional por organizaciones de derechos humanos como la FIDH y otras.

Se estima que un millón de rusos han abandonado su país, o se han desplazado (temporalmente a sus ojos), partiendo en particular hacia el sur del Cáucaso, Turquía, Serbia y Asia Central. Probablemente principalmente gente de las clases medias y parte de la élite intelectual y técnica.

La Rusia “periférica” y popular está en gran medida aislada de estos círculos más o menos liberales, y en las barriadas de las grandes ciudades, los pueblos medianos o el campo, las actitudes hacia la guerra parecen ser, en su mayor parte, “de evitarla” al menos en la medida de lo posible porque la presión de las autoridades va en aumento.

Ha habido, hay, varias formas de “izquierdas” en Rusia. El Partido Comunista postsoviético de la Federación Rusa, sobre todo, sirvió como coartada para Putin, es un partido nacional-populista “leal oposición a Su Majestad”. Sin embargo, dentro de él, o desde él, se han creado localmente núcleos progresistas no siempre muy claros en la cuestión del nacionalismo y el imperialismo ruso, como el Levy Front (Frente de Izquierda), creado en 2008, pero algunos de cuyos fundadores se unirá a Putin en 2014 y 2022. La actitud a tener hacia la guerra creó nuevas divisiones, y los más decididos de los “izquierdistas contra la guerra” buscan reagruparse en Rusia y en el extranjero, por ejemplo, en el Movimiento Socialista Ruso (RSD). También hay redes más o menos activas que se dicen anarquistas, decididamente antibelicistas. Y en especial los sindicalistas de la KPR, la segunda confederación sindical del país, hoy reprimidos. Cabe señalar que la “gran” FNPR, la confederación post-soviética, que tiene más bien la configuración de un  “sindicato vertical fascista”, es ferozmente pro-guerra.

Al contrario de lo que sucedía hace treinta años, los diversos grupos de madres de soldados no juegan (¿todavía?) un papel importante; por otro lado, la Red de Resistencia Antiguerra feminista (FAS), compuesta esencialmente por jóvenes, es sin duda el movimiento antiguerra más efectivo del país. También juega un papel esencial hoy en día en términos de información sobre lo que está sucediendo en toda la Federación Rusa, incluso con respecto a la resistencia a la militarización en ciertas repúblicas autónomas (Yakutia, Buryatia, Daguestán, Bashkiristán, etc.).

En Bielorrusia, si hablamos sobre todo de la oposición democrática liberal en el exilio, la oposición a la guerra se manifestó primero a través de las acciones del sindicato independiente BKDP, que es objeto de una intensa represión. Este es también el caso del Centro de Defensa de los Derechos Humanos de Viasna y su líder, Alès Bialiastky (co-Premio Nobel de la Paz).

Todo esto permanece más o menos fuera de los radares de las organizaciones homólogas en los países europeos, sindicalistas, izquierdistas diversos, ecologistas, libertarios, feministas, movimientos pacifistas y no violentos, ONG y asociaciones, deliberadamente o por despiste, han estado hasta ahora con demasiada frecuencia ausentes, demasiado a menudo sin ninguna relación con quienes deberían ser sus socios naturales, ucranianos o rusos… El apoyo a los medios independientes sigue siendo limitado, los contactos para la información a Rusia y Bielorrusia, o desde Rusia y Bielorrusia, igualmente limitados, la lucha para que las y los opositores exiliados gocen de condiciones de estancia prolongada, en Francia por ejemplo, insuficiente.

Como hemos visto, afortunadamente hay excepciones, como la RESU/ENSU ya mencionada, como la solidaridad sindical efectiva (por ejemplo, con convoyes organizados regularmente por una red de pequeños sindicatos, incluido en Francia el sindicato Union Syndicale Solidaires, o convoyes de la intersindical francesa con las principales confederaciones). Y ausencias preocupantes, porque aunque Jean-Luc Mélenchon y el grupo parlamentario LFI (La Francia Insumisa) han dado su apoyo a ciertos militantes de la izquierda socialista rusa, LFI sigue sin tener relaciones con la izquierda ucraniana… Porque si los Verdes Europeos, o EELV en Francia , se han posicionado firmemente contra la agresión de Putin y por la defensa de Ucrania, apenas se han comprometido en acciones políticas y concretas de solidaridad que les conciernen en relación con los movimientos ucranianos. Las principales organizaciones libertarias en Francia siguen ignorando a sus camaradas ucranianos… Y así podríamos multiplicar los ejemplos.

Mientras tanto, en las diferentes condiciones, por supuesto, de la Ucrania agredida, por un lado, y las dictaduras rusa y bielorrusa, por el otro, las y los progresistas necesitan apoyo político y acciones concretas de parte de sus pares !ahora!.

20/01/2023

Artículo publicado en el dossier de las Brigades Éditoriales de Solidarité. Soutien á l´Ukraine Résistante. Se puede bajar el conjunto del dossier de https://www.syllepse.net/syllepse_images/articles/solidarite—avec-lukraine-re–sistante-n-deg-15.pdf

Traducción: F. E. para antikapitalistak.org

[1]  Miembro de las redes de solidaridad europea y francesa con Ucrania, presidente del Centro de Estudios e Iniciativas de Solidaridad Internacional Cédétim y cofundador de la Asamblea de Ciudadanos Europeos AEC/HCA-Francia. Es autor de Días grises y Nubes de acero, París, Syllepse, 2023.

[2] La mayor parte están activos en la Red Europea de Apoyo a Ucrania (RESU/ENSU) (https://ukraine-solidarity.eu/).

[3] Se puede encontrar un análisis detallado del paisaje político ucraniano, en particular desde 2014, en el excelente artículo de Daria Saburova,  Preguntas sobre Ucrania en https://vientosur.info/preguntas-sobre-ucrania/   

[4] Ver información sobre Bilkis en https://www.antikapitalistak.org/ucrania-solidaridad-con-la-asociacion-feminista-bilkis/   ndt.

[5] « Non-violence, résistance passive et désobéissance civile ». Sobre el informe del ’Institut international pour l’action non-violente (Barcelone, https://novact.org/wp-content/uploads/2022/10/InformeCAST.pnge) en Brigades éditoriales de solidarité, Solidarité avec l’Ukraine résistante, n° 13 (www.syllepse.net/syllepse_images/articles/brigades-e–dito- riales-de-solidarite—13.pdf).

<

p style=”text-align: justify;”>[6] www.lemonde.fr/idees/article/2022/12/07/en-ukraine-la-loi-mar- tiale-a-suspendu-des-pans-entiers-du-droit-du-travail-et-de-nouvelles- lois-ont-vocation-a-durer-au-dela-du-conflit_6153335_3232.html

Ucrania: el gobierno ucraniano sacudido por la corrupción

Jacques Babel //

Ante la invasión de Ucrania proseguida salvajemente por Putin, el pueblo ucraniano se levantó masivamente, de forma armada y no armada. El presidente ucraniano Volodymyr Zelensky consiguió encarnar esta resistencia, consolidando una gran popularidad. Sin embargo, su gobierno sigue estando, en primer lugar, al servicio de las clases poseedores, marcado por su lógica y sus aliados neoliberales. Las terribles consecuencias de la guerra hacen aún más insoportables los privilegios y comportamientos rapaces de los miembros de las capas gobernantes.

El país ya parecía fuertemente corrupto antes de la guerra. Ocupó el puesto 122 de 180 en el índice de percepción de la corrupción de la ONG Transparency International. Si bien la ley marcial promulgada al comienzo de la guerra sofocaba el derecho a la huelga, sin bloquear todos los movimientos de protesta, sigue habiendo una libertad de prensa que permite que estallen escándalos como la corrupción agobiante.

Trenes de vida fastuosos y privilegios

Así, a finales de enero, el medio de investigación en línea Nashi Groshi (“Nuestro dinero”) reveló que los contratos firmados por el Ministerio de Defensa sobrefacturaban de forma vergonzosa la compra de alimentos para el ejército, lo que provocó el despido de un viceministro de Defensa. En los días siguientes, el viceministro de Infraestructuras fue destituido de sus funciones, detenido por flagrante delito de recepción de sobornos relacionados con la compra de equipos, incluidos generadores eléctricos. En el proceso, otros altos funcionarios como el vice fiscal general, así como los gobernadores de las regiones de Dnipro, Kherson, Kiev, Soumy y Zaporijjia, e incluso el subjefe de la oficina del presidente, una persona muy cercana a Zelensky, fueron despedidos por sus fastuosos trenes de vida y sus comportamientos privilegiados, como unas vacaciones en el extranjero, en una total falta de sintonía con las privaciones que sufren sus compatriotas. Estas cuestiones son obviamente muy sensibles tanto para la opinión pública como para el mantenimiento de la cohesión en la resistencia a la invasión rusa, como desde el punto de vista de los aliados occidentales que brindan una ayuda masiva al Estado ucraniano en esta guerra. Estos promueven los intereses de los capitalistas y del sector privado frente a los derechos sociales de las y los trabajadores y de la población, pero saben que la corrupción directa y visible no es asumible para la ­credibilidad de su modelo.

Solidaridad con los movimientos sociales

En una situación muy difícil, los movimientos sindicales y sociales a veces han podido expresar su propia ira y sus propias aspiraciones. Así, los mineros de la mina n ° 9 de Novovolynsk en el oeste del país se movilizaron en agosto hasta obtener la invalidación del nombramiento de un nuevo director corrupto. Un movimiento ecologista actúa en contra de los planes de un oligarca para construir una estación de esquí en montañas protegidas; los estudiantes de Lviv y otras universidades se niegan a que éstas sean cerradas para convertirse en centros de acogida de refugiados, considerando que el cese de la educación superior sería una victoria enemiga. Los sindicatos también se movilizan por el pago de salarios atrasados y contra los despidos de trabajadores voluntarios para el frente. Todos estos movimientos sociales necesitan nuestra solidaridad al mismo tiempo que ésta debe expresarse contra la guerra de Putin.

Por su parte, el jefe de Estado ruso tiene una actitud muy especial frente a la corrupción. Cuando no la instrumenta, o incluso la inventa para eliminar a los opositores, ¡la legaliza! Así, firmó el pasado 30 de diciembre un decreto que exime de la declaración de impuestos a todos los funcionarios que hayan servido en la guerra en Ucrania, legalizó la recepción de “regalos” en esta ocasión. Y la Cámara de Diputados también debe aprobar una ley que exime a todas y todos los electos de presentar a las autoridades fiscales una declaración de ingresos. En cuanto a la libertad de prensa, ¡no hay necesidad de hablar de ella!

Hebdo L’Anticapitaliste – 647 (02/02/2023)

https://lanticapitaliste.org/actualite/international/ukraine-le-gouvernement-ukrainien-ebranle-par-la-corruption

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p style=”text-align: justify;”>Traducción: F.E. para antikapitalistak.org

UKRANIA:Carta de Vitaliy, conductor de trolebús en Kharkiv/Járkov

Me dirijo a ustedes en nombre de las y los conductores de trolebuses de Kharkiv/Jarkov

Le escribo en nombre de los conductores de trolebuses de las cocheras 2 y de las cocheras de Saltovsky de Jarkov. Durante muchos años ha habido problemas de violaciones masivas de las normas de seguridad, la legislación laboral y los salarios en nuestras empresas. Los conductores de trolebuses de Járkov tienen los salarios más bajos de Ucrania, unas 45 grivnas (1,15 euros) por hora. Las repetidas reuniones con los responsables de las cocheras no han dado resultados positivos. Las y los trabajadores se ven obligados a hacer horas extraordinarias, violando las normas sobre descanso y trabajo por turnos, para ganar al menos un poco más. Las horas extraordinarias se anotan en una segunda hoja de horas. Algunos conductores trabajan de 14 a 16 horas diarias, lo cual es inaceptable, sobre todo porque transportan pasajeros.

Muchos conductores se han marchado a otras ciudades, como Odessa, Kiev, Dnipro y Chernivtsi, porque los salarios de los conductores de trolebuses en estas ciudades son mucho más altos que en Járkov.

El incumplimiento del régimen de trabajo y descanso provoca accidentes, y el conductor del trolebús se ve obligado a pagar las reparaciones a su costa. La ley ucraniana sobre el seguro obligatorio de vehículos no se aplica a los trolebuses y tranvías. En muchas ciudades, a excepción de Járkov, los trolebuses y tranvías están asegurados, lo que puede comprobarse fácilmente mediante el sistema Prozorro.gov.ua.

La organización sindical de nuestras cocheras no protege nuestros derechos de ninguna manera, sólo pagamos cuotas y sólo podemos contar con apoyo financiero en caso de emergencias familiares.

Los conductores de trolebuses se ven obligados a asumir riesgos e incumplir las tareas adscritas a su puesto de trabajo debido a la falta de equipos de protección personal, como chalecos de señalización, guantes aislantes y guantes de protección combinada, que el gerente tiene que proporcionar a sus empleados a su costa.

Desde el comienzo de la agresión armada de la Federación Rusa, muchos de nuestros conductores de depósito han trabajado en los almacenes de HOVA como cargadores y conductores de carretillas elevadoras. En mayo de 2022 empezó a funcionar el transporte eléctrico de la ciudad, una decisión del Ayuntamiento de Járkov estableció la gratuidad de las tarifas y los salarios de los conductores se mantuvieron al nivel de antes de la guerra.

Los conductores de trolebuses estaban obligados a trabajar sólo con camisas blancas o azules, que no nos daban y teníamos que comprar a nuestra costa. Se les entregaron chalecos antibalas, uno por cada material rodante, y el uso de chalecos antibalas también fue controlado y obligatorio.

En caso de ataque aéreo o amenaza de fuego de artillería, estamos obligados a detenernos y dejar bajar a los pasajeros, pero de hecho este requisito no se cumple y el vehículo sigue circulando. Al principio, sólo unos pocos conductores cumplían este requisito, los pasajeros se indignaban porque los demás conductores seguían adelante y se producían situaciones conflictivas. Hasta la fecha, el transporte eléctrico urbano sigue funcionando durante el ataque aéreo y ni las fuerzas del orden ni las autoridades de la empresa y la ciudad han tomado medida alguna.

Pedimos ayuda a la opinión pública, a los sindicatos independientes, a los periodistas y a los activistas internacionales. A pesar del aplazamiento de la movilización de los trabajadores de infraestructuras críticas, muchos conductores se han ofrecido voluntarios para ir al frente.

Queremos que se resuelvan nuestros problemas y un salario decente por nuestro duro trabajo y gran responsabilidad ante los pasajeros.

9 de enero de 2023