El ejército de Ben-Gvir en Cisjordania

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<Gideon Levy /Haaretz>/

Estas elecciones deberían poner fin a la mentira de que las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) son un ejército moral. Las y los soldados y comandantes que votan masivamente por un partido que, en Europa, se consideraría neo-nazi, definen la imagen del ejército. Desde que los colonos tomaron el control de los puestos de mando del ejército, principalmente en Cisjordania, las FDI, que siempre han sido políticas, se han vuelto más de derechas que nunca.

Dos de cada 10 soldados votaron a favor del sionismo religioso, la lista que incluye al partido Otzma Yehudit de Itamar Ben-Gvir. Dos de cada 10 soldados son kahanistas. Dos de cada 10 soldados están a favor de la transferencia, la anexión, la muerte a los terroristas, la muerte a las y los árabes.

Dos de cada 10 soldados creen que pertenecen a una nación superior y que las y los palestinos no tienen aquí ningún derecho. También piensan que todo les está permitido a los soldados, que siempre tienen derecho a disparar para matar, que los árabes solo entienden la fuerza y la humillación, que no son seres humanos. Dos de cada diez soldados son kahanistas, pero entre los soldados que sirven en Cisjordania, este número es mucho mayor. En la brigada Kfir, y en particular en su batallón Netzah Yehuda, ciertamente hay más kahanistas que en la policía fronteriza, la unidad 8200 de inteligencia militar o el escuadrón Golden Eagle de la Fuerza Aérea israelí.

No es irrazonable pensar que aproximadamente la mitad de las y los soldados que sirven en la ocupación votaron por Otzma Yehudit al depositar su papeleta favorable al Sionismo religioso.  Para ellos, la decisión no es solo teórica. No solo creen en Ben-Gvir, sino que practican lo que predica. Esto es lo que hace que su elección sea tan horrible. La ventaja, sin embargo, del éxito electoral de Ben-Gvir es que hace que la verdad salga a la superficie. Se acabó el tiempo de las historias de soldados atormentados por sus acciones. Todo lo que siempre hemos sospechado sobre el comportamiento brutal, a veces bárbaro, de los soldados de las FDI, los miembros de la policía fronteriza y la policía israelí ha sido confirmado por el recuento de votos. Los votantes de Ben-Gvir en las FDI son una de sus mayores fuentes de apoyo.

Cualquiera que ve el comportamiento de las y los soldados en los territorios solo puede sorprenderse de que Otzma Yehudit no haya obtenido el 100% de sus votos. Ben-Gvir les insta a conducirse como miembros de unidades de asalto [Ndlt: referencia a las secciones de asalto alemanas de la 1a Guerra Mundial y a las SA de la 2a Guerra Mundial] y se lo agradecen en las urnas. No necesitan entrenamiento, no ven nada malo en ser un soldado de asalto, especialmente cuando las reacciones de sus comandantes a sus acciones van desde la indiferencia hasta el aliento.

No hay que equivocarse: las y los soldados rasos no fueron los únicos que votaron por Ben-Gvir, algunos de sus comandantes también lo hicieron. El intento de afirmar que los soldados votaron en contra de sus comandantes (Yoav Limor, Israel Hayom, 4 de noviembre) sigue siendo un esfuerzo desesperado para dar un carácter aséptico y embellecer al alto mando, tan brillante e iluminado.

Coged, por ejemplo, al comandante de la brigada regional Menashe, el coronel Arik Moyal, un colono de Tapuah que pidió golpear a los “maleantes” del campo de refugiados de Jenin a puñetazos en la cara, ¿a favor de quién ha votado?.  ¿Y el ex comandante de la brigada regional de Samaria, el coronel Rey Zweig, que dijo a los estudiantes de la Yeshiva Alon Moreh que el movimiento de colonización y el ejército son “una y la misma cosa”? No importa cómo votaron, su espíritu es el de Ben-Gvir; el tiempo, como decía el eslogan de su campaña, es, entre todas las unidades FDI en los territorios, el tiempo de Ben-Gvir. Las y los soldados que se mantienen preparados durante los pogromos, e incluso ayudan a los autores de estos actos, son prueba del espíritu de las FDI. El hecho de que el Alto Mando acepte tranquilamente los acontecimientos de los últimos meses, incluidos los asesinatos de decenas de adolescentes y niños pequeños, al conformarse con las mentiras y los intentos de encubrimiento de la unidad portavoz de las FDI, solo demuestra que Ben-Gvir es la verdadera cara de las FDI en Cisjordania. Las elecciones lo confirmaron.

Estas elecciones deberían poner fin a la mentira de que las FDI son un ejército moral. Las y los soldados y comandantes que votan masivamente por un partido que, en Europa, se consideraría neo-nazi, definen la imagen del ejército. Desde que las y los colonos tomaron el control de los puestos de mando del ejército, principalmente en Cisjordania, las FDI, que siempre han sido políticas, se han vuelto más de derechas que nunca.

El hecho de que quienes están en la cúspide no hayan levantado un dedo durante todos estos años – y mucho menos después del caso Elor Azaria, el último soldado que fue sometido a juicio  en las FDI por homicidio involuntario, no les exonera de su responsabilidad en este deslizamiento hacia la derecha. Cuando las o los soldados no son procesados por homicidio, incluso cuando las pruebas lo reclaman a gritos, y cuando las reglas de intervención no solo se relajan, sino que en la práctica se cancelan por completo – cuando matar está permitido e incluso es deseable – se fomenta el espíritu de Meir Kahane. El jefe de Estado Mayor Aviv Kochavi y el resto del alto mando puede mirar a otro lugar y recitar nobles declaraciones sobre los principios, pero son responsables del establecimiento de un nuevo ejército en los territorios, el ejército de Ben-Gvir, el ejército más peligroso de Israel.

05/01/2022

https://www.france-palestine.org/L-armee-de-Ben-Gvir-en-Cisjordanie

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p style=”text-align: justify;”>Traducción: F.E. para antikapitalistak.org

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