Mientras la ciudad de París promovía el pasado otoño el boicot a la copa del mundo de fútbol de Qatar, preocupándose en particular por la suerte de miles de extranjeros empleados para la construcción de estadios qatarís, los sin-papeles trabajan en condiciones lamentables en las obras de los Juegos Olímpicos (JO) de 2024 organizados por París.
“Desde que llegué a Francia hace siete años, siempre he trabajado en la construcción. A veces, basta con presentarse por la mañana ante una obra. El capataz pasa y elige a los que quiere contratar”, dice a Middle East Eye un trabajador sin papeles.
En la ciudad olímpica (diseñada para acoger a 14,000 atletas y su personal) en Seine-Saint-Denis, cerca de París, las y los sinpapeles de diversas nacionalidades africanas ocupan los puestos de trabajo más precarios. Por unos 80 euros al día trabajado. No se pagan las horas extras ni los días libres, y cuando las y los trabajadores se vuelven un poco reivindicativos y piden nóminas, son despedidos, según Jean-Albert Guidou, miembro del colectivo confederal “migrantes” de la CGT (Confederación General del Trabajo), el segundo sindicato más grande de Francia, en una conversación con el periódico Middle East Eye, MEE.
Además de su salario de miseria, trabajan sin ninguna medida de seguridad. No hay ropa y zapatos de construcción y, a veces, no hay cascos. También tienen que soportar cadencias infernales, que pueden ser de hasta trece horas de trabajo al día.
La CGT ha alertado a la Inspección General de Trabajo, que identificó a una decena de extranjeros empleados ilegalmente durante una operación de control en el sitio.
Según Jean-Albert Guidou, trabajadores sin papeles fueron reclutados por KMF, una empresa de la construcción dirigida por turcos y con sede en Francia. La empresa es subcontratista del gran grupo de la construcción GCC Construction (más de mil millones de euros en facturación) que trabaja bajo los auspicios de Solido (Sociedad de Entrega de Obras Olímpicas), una entidad pública cuyo consejo de administración está presidido por la alcaldesa de París, Anne Hidalgo.
En junio, el caso dio un giro judicial con la apertura de una investigación por parte del tribunal de Bobigny, cerca de París, por “empleo de extranjeros sin documentación”, “recurrir al trabajo clandestino” y “ejecución en banda organizada de un trabajo clandestino”. Mientras las investigaciones aún están en curso, la CGT sigue siendo solicitada por trabajadores indocumentados de las obras olímpicas.
Entre enero y junio de 2022, 28 trabajadores se pusieron en contacto con el sindicato. Gracias a su ayuda, 16 pudieron ser regularizados por los servicios de la prefectura. Un motivo de esperanza para sus compañeros aún indocumentados, como Djibril.
Forjado por su experiencia como sindicalista, Jean-Albert Guidou tampoco espera un milagro. Según él, los indocumentados seguirán siendo empleados en las obras de los Juegos Olímpicos, a pesar de las inspecciones. “Estas son prácticas comunes en el sector de la construcción”, lamenta.
“Oficialmente, las autoridades quieren detener la llegada de los extranjeros pero toleran, de hecho, el empleo en negro de esta mano de obra barata que realiza las tareas más ingratas en varios sectores abandonados por los franceses y no reubicables, como la construcción, la restauración, la hostelería, los servicios personales, la logística…”, ironiza Jean-Albert Guidou.
Hoy en día, la proliferación de clientes y actividades de subcontratación en la construcción fomenta aún más las prácticas de empleo oculto.
En una pregunta el pasado 29 de diciembre al ministro del Interior, Gérald Darmanin, sobre la explotación de los sans-papiers en las obras de los Juegos Olímpicos, Fabien Gay, senador comunista de Seine-Saint-Denis, denunció un “árbol complejo y opaco [que] promueve las prácticas ilícitas y la estructuración de lo que ahora se asemeja a una verdadera red de explotación de trabajadores y trabajadoras sin papeles”. Agregó que “la vulnerabilidad de los trabajadores indocumentados incluso parecía haberse convertido en una matriz de rentabilidad para las numerosas empresas de la construcción”. Y demandó su regularización
ONG como la Cimade también se han puesto del lado de los migrantes empleados clandestinamente en las obras olímpicas y en otros sectores, pidiendo su regularización. Con motivo del Día Internacional de los Migrantes, el 18 de diciembre de 2022, participaron en marchas por varias ciudades de Francia junto a los trabajadores indocumentados.
(Esta nota es un resumen del artículo publicado en francés en https://www.middleeasteye.net/fr/actu-et-enquetes/france-travailleurs-sans-papiers-jeux-olympiques-2024-exploitation Muy recumendable su lectura que se puede leer perfectamente con la ayuda del traductor automático de cualquier navegador).
Sin papeles en lucha :No pararemos hasta que todo el mundo esté regularizado
Édouard Gautier entrevista a El Hadji Dioum, delegado del piquete de DPD en Coudray-Montceaux,Salouf Kante y Aboubacar Dembele, ambos delegados del piquete de Chronopost en Alfortville, después de más de un año de lucha.
¿Podéis presentarnos vuestra trayectoria, antes de trabajar en las instalaciones de La Poste?
El Hadji: Vengo de Senegal. De 2014 a 2018, hice estancias regulares en Francia, en el marco de exposiciones, como la feria internacional de Marsella, ya que soy escultor de madera. En 2018, me encontré sin permiso de residencia y al mismo tiempo se perdió el contenedor en el que se encontraban todas mis obras. Me encontré en una situación muy complicada, sin medios para regresar a Senegal y obligado a hacer pequeños trabajos para sobrevivir, en la restauración, la construcción y finalmente en la logística, en DPD (asociación de empresas de mensajería; en el Estado español trabaja con Seur).
Salouf: Soy maliense, vine a Francia en 2018 porque mis padres ya no podían pagar mi escolaridad. Conocí el paso por Marruecos y luego la travesía del Mediterráneo en zodiac, antes de cruzar España y una solicitud de asilo en Francia, que fue rechazada. Oí que Derichebourg interino estaba reclutando sin-papeles, así es como comencé a trabajar en la agencia Chronopost (empresa dedicada al transporte de paquetería para otras empresas y particulares) de Alfortville.
Aboubacar: Como Salouf, vengo de Malí. Tengo un máster en derecho, pero no tenía los contactos necesarios en la administración maliense para encontrar trabajos temporales, y mucho menos un trabajo fijo. Tampoco tenía los medios para solicitar un visado. Seguí el mismo camino que mi compañero: Marruecos, donde tuvimos que evitar a los policías que nos cazaban, la travesía entre Marruecos y España, durante la cual fuimos rescatados por los pelos por la Cruz Roja Española ya que la zodiac estaba destrozada. Pienso en ello cada vez que en una manifestación se grita “el Mediterráneo es un cementerio”. Una vez en Francia logré, después de varias dificultades, matricularme en una universidad (en Saint-Brieuc) y obtener alojamiento. El primer confinamiento en marzo de 2020 lo cuestionó todo, no tenía un ordenador para continuar mis estudios. Así que me fui a Île-de-France y me contrataron en Alfortville a través de Derichebourg interino.
¿Cómo transcurre vuestro día a día como trabajadores indocumentados, en el lugar de trabajo y más en general?
Ya sea en DPD o Chronopost, la realidad es la misma: nos vemos obligados a trabajar al ritmo de la máquina, es decir, la cinta transportadora que lleva los paquetes a cargar en los camiones, o en la que dejamos los paquetes que descargamos. El ritmo es infernal: 2000 paquetes para cargar o descargar en cuatro horas. Varios de estos paquetes son muy pesados, especialmente en DPD, que maneja los paquetes extraordinarios. Pueden ser llantas de coches, neumáticos de camiones, por ejemplo. Si la cadencia no se mantiene, las luces se encienden y los jefes de equipo intervienen de inmediato. Si se discute diciendo que la cadencia es insostenible, te quedas sin trabajo inmediatamente. Se produce el mismo resultado si reclamamos las horas que no se pagan. Nuestra contratación temporal está justificada por un supuesto aumento temporal de la actividad, pero este sistema es en realidad permanente. La Oficina de Correos es tan hipócrita como el Estado que empuja a trabajar ilegalmente para poder ser regularizado.
No solo están las condiciones de trabajo en el centro de trabajo, también está el problema del transporte. Los centros de trabajo están lejos de los centros urbanos y mal atendidos, y nuestros horarios de trabajo lo hace aún más difícil, ya que empezamos muy tarde por la noche o terminamos muy temprano por la mañana. Por no hablar de que nuestros horarios pueden cambiarse en el último minuto, mediante un mensaje en un grupo de WhatsApp. Se nos puede pedir que vengamos una hora antes y, por lo tanto, que salgamos del sitio antes de los primeros RER (trenes de cercanías). A veces se tarda más de una hora a pié para coger un autobús nocturno. Como resultado, solo tenemos unas horas para descansar antes de volver al trabajo. Es la agencia temporal que trabaja para el subcontratista la que nos envía las instrucciones, pero sabemos que tanto los cadencias como los horarios provienen de los clientes, que son las filiales de La Poste (empresa pública privatizada).
¿Cómo mantenéis la conexión con vuestros seres queridos en el país?
Usamos el móvil y las aplicaciones de mensajería, pero obviamente esto no reemplaza el hecho de verse físicamente. Todos tenemos familias que no hemos visto en años. Quienes tienen hijos no los ven crecer. Es aún más difícil porque nuestras familias confían en nosotros, somos el apoyo de nuestros padres, nuestros cónyuges, nuestros hijos, nuestros hermanos y hermanas. No ser regularizado no sólo hace que nuestra situación sea precaria en el trabajo, sino que nos impide ver a nuestros seres queridos.
¿Cómo entrasteis en lucha y cómo se organiza ésta?
Nos unimos al Colectivo de Trabajadores Sans-papiers (sin-papeles) de Vitry, que había sido el origen de la primera lucha victoriosa de los Chronopost en 2019, que tuvo eco. Tres empresas querían ir a la lucha (además de DPD y Chronopost, había RSI, una agencia temporal especializada en la construcción, en Gennevilliers) pero no necesariamente al mismo ritmo. Así que hubo discusiones, y empezamos casi a la vez (2 de noviembre para RSI, 15 de noviembre para DPD, 2 de diciembre para Chronopost). No es fácil tener tres sitios en lucha al mismo tiempo, pero tenemos apoyo sindical, de Sud PTT y de Solidaires, que es esencial, especialmente en el 91 y el 94.
En un año de lucha, se han realizado más de 100 manifestaciones y reuniones frente a las sedes de las empresas a todos los niveles, frente a los Ministerios de Trabajo e Interior, frente a las prefecturas. Lo que permite mantener una movilización a este nivel, además del apoyo sindical y el de las y los electos, es el hecho de que mantenemos los piquetes. Todos tenemos viviendas. El hecho de sostener piquetes día y noche (para Chronopost ya que el municipio de Coudray-Montceaux ha aprobado una resolución contra el piquete permanente frente a DPD) es, por tanto, una decisión de lucha. Ahí es en gran parte donde se crea la solidaridad ya que nos organizamos a diario, en todos los aspectos como las comidas, por ejemplo.
¿Cuál es su opinión sobre el proyecto de ley de asilo e inmigración de Darmanin (Ministro del Interior de Francia desde 2020?
Darmanin dice que quiere regularizar a las y los trabajadores de las profesiones “en tensión”. Utiliza la división entre indocumentados. Este proyecto de ley está dirigido contra todas y todos los indocumentados y migrantes en general. Estamos totalmente en lucha contra el proyecto del gobierno, con otros colectivos de indocumentados y las organizaciones que luchan contra él. Después de un año estamos cansados, es cierto, tenemos al Estado y a la Oficina de Correos en contra nuestra, pero solo nos detendremos cuando todo el mundo esté regularizado.
https://lanticapitaliste.org/opinions/antiracisme/narretera-que-quand-tout-le-monde-sera-regularise
Hebdo L’Anticapitaliste – 643 (05/01/2023)
Traducción: F.E. para antikapitalistak.org