Irán: el régimen islámico en crisis acentúa la represión

Iran: krisian dagoen erregimen islamikoak errepresioa areagotu du

Dominique Lerouge

50 egun baino gehiagoko protesten ondoren, mobilizazioak aurrera jarraitzen du Iranen, bere neurri errepresiboak egunero indartzen dituen erregimen ezegonkortu baten aurrean.

1979an ezarri zenean, erregimen islamikoak adierazi zuen mendebaldeko potentziek herrialdea menperatzeari utzi nahi ziola. Behartsu eta oinordetzarik gabekoen boterea zela ere aldarrikatu zuen. Baina, 43 urte geroago:

– Iranek ekonomikoki nazioarteko kapitalaren mende jarraitzen du, baita atzerriko potentzien politikaren mende ere, hala nola Estatu Batuak, Txina eta Errusia;

– Aberatsak gero eta aberatsago bihurtu dira, batez ere erregimen teokratikoarekin lotutakoak.

Beren nortasuna berresten saiatzeko, erregimenak beste oinarri bati eusten dio neurotikoki: emakumeak menderatzea beloaren erabilera-baldintzak gogortuz.

Borrokarako borondate iraunkorra

Pribilegiatuek beren aberastasuna erakusteak areagotu egiten du gazteen amorrua. Aldi berean, emakumeen zapalkuntzak okerrera egin duenez, neurri misogino eta patriarkal guztiekin amaitzeko borondatea dute.

Gainera, krisi ekonomikoaren larritasunarekin batera, gizarte-mobilizazioek gora egin dute udaberriaz geroztik.

Horrek guztiak azaltzen du zergatik, duela 50 egun baino gehiagotik, protestak ez diren ahultzen. Aitzitik, teokraziaren amaiera eskatzen duten kontsignen nonahikotasunak eta Gida Gorenaren, milizia paramilitarren eta Iraultzaren Zaindarien (Pasdaran) aurka zuzenki zuzendutakoek erakusten duten bezala erradikalizatzen dira.

Zer hipotesi etorkizunerako?

Greben bidez herrialdea blokeatzeak bakarrik ahalbidetuko luke molasen diktadurarekin amaitzea. Baina gaur egungo etapan, ekonomiaren funtsezko sektoreetan greba-mugimendu bat ez da gertagarria berehala. Langileen mugimenduaren egituraketa ahulak, Sahren diktadurek eta mulasek hainbat hamarkadatan iraun ondoren, eta sindikalista askoren kartzelatzeak (maiatzetik hona kasu batzuetan), greben orokortzeak denbora beharko duela azaltzen du neurri handi batean. Baina ez dugu ahaztu behar bi urteko borroka behar izan zela Shah agintetik kentzeko.

Yassamine Mather ikertzaile iraniar-britainiarrarentzat, oraindik urrun gaude erregimenaren beherakadatik, nahiz eta Irango Errepublika Islamikoak erronka garrantzitsu bati aurre egin behar dion, inoiz baino larriagoa azken 44 urteetan.

Itxura guztien arabera, gaur egun botereak ez du emakidarik egiteko asmorik. Badirudi konpromiso posibleak bilatzeak ahultasun-aitorpena ekarriko lukeela, baita mobilizazioetarako pizgarria ere. Beloaren gaian atzera egiteak erregimenaren korronte fundamentalistenen babesa galtzea eragingo lioke.

Baldintza horietan, errepresioa gogortzea espero daiteke, eta horrek gutxienez 273 heriotza eragin ditu, haurrak eta hogei bat nerabe, milaka pertsona zauritu eta 14.000 atxiloketa inguru barne.

Horren aurrean, Irango herritarren borrokarekiko nazioarteko elkartasuna inoiz baino beharrezkoagoa da/2.

10/11/2022

L’Anticapitaliste – 636 (10/11/2022)

https://lanticapitaliste.org/actualite/international/iran-le-regime-islamique-en-crise-accentue-la-repression

Traducción: F.E. para antikapitalistak.org

NOTAS

1/ Yassamine Mather, “Quelque chose doit changer”. Se pueden encontrar artículos de Yassamine https://www.sinpermiso.info/autores/Yassamine-Mather Mather en

2/ Artículos sobre Irán se pueden leer también en https://vientosur.info/category/geografico/asia/iran/  ndt.

Dominique Lerouge

Después de más de 50 días de protestas, la movilización continúa en Irán, frente a un régimen desestabilizado que refuerza cada día sus medidas represivas.

Cuando se estableció en 1979, el régimen islámico declaró que quería poner fin al dominio del país por parte de las potencias occidentales. También había proclamado ser el poder de los pobres y desheredados. Pero, 43 años después:

– Irán sigue dependiendo económicamente del capital internacional, así como de la política de potencias extranjeras como Estados Unidos, China y Rusia;

– Las y los ricos se han vuelto cada vez más ricos, principalmente los asociados con el régimen teocrático.

Para intentar reafirmar su identidad, el régimen se aferra neuróticamente a otro de sus fundamentos: el dominio de las mujeres a través del endurecimiento de las condiciones de uso del velo.

Una voluntad de lucha que permanece

La exhibición ostentosa de su riqueza por parte de las y los privilegiados exacerba la rabia de la juventud. Al mismo tiempo, el empeoramiento de la opresión de las mujeres conduce a su voluntad de acabar con todas las medidas misóginas y patriarcales.

Además, la gravedad de la crisis económica se ha acompañado desde la primavera de un aumento de las movilizaciones sociales.

Todo esto explica por qué, desde hace más de 50 días, las protestas no se debilitan. Por el contrario, se radicalizan como lo demuestra la omnipresencia de las consignas que exigen el fin de la teocracia y las dirigidas directamente contra el Guía Supremo, las milicias paramilitares y los Guardianes de la Revolución (Pasdaran) de los que dependen.

¿Qué hipótesis para el futuro?

Solo un bloqueo del país mediante huelgas permitiría acabar con la dictadura de los molás. Pero en la etapa actual, un movimiento de huelga en los sectores clave de la economía no es probable en lo inmediato. La débil estructuración del movimiento obrero después de décadas de dictaduras del Shah y luego de los mulás, así como el encarcelamiento de muchos sindicalistas (desde mayo en algunos casos), explica en gran medida por qué la generalización de las huelgas llevará tiempo. Pero no debemos olvidar que se necesitaron dos años de lucha para derrocar al Shah.

Para la investigadora iraní-británica Yassamine Mather, “todavía estamos lejos de la caída del régimen”, aunque “la República Islámica de Irán se enfrenta hoy a un desafío importante, más grave que nunca en los últimos 44 años” /1.

Todo indica que hoy el poder no tiene intención de hacer concesiones. Parece considerar que cualquier búsqueda de posibles compromisos constituiría una confesión de debilidad, así como un estímulo a las movilizaciones. Retroceder en el tema del velo también le haría perder el apoyo de las corrientes más fundamentalistas del régimen.

En tales condiciones, se puede esperar un endurecimiento de la represión que ya ha causado al menos 273 muertes, incluidos niños y niñas y una veintena de adolescentes, miles de personas heridas y alrededor de 14.000 detenciones.

Ante esto, la solidaridad internacional con la lucha de la población de Irán es más indispensable que nunca /2.

10/11/2022

L’Anticapitaliste – 636 (10/11/2022)

https://lanticapitaliste.org/actualite/international/iran-le-regime-islamique-en-crise-accentue-la-repression

Traducción: F.E. para antikapitalistak.org

NOTAS

1/ Yassamine Mather, “Quelque chose doit changer”. Se pueden encontrar artículos de Yassamine https://www.sinpermiso.info/autores/Yassamine-Mather Mather en

2/ Artículos sobre Irán se pueden leer también en https://vientosur.info/category/geografico/asia/iran/  ndt.

 

Israel: lecciones de las elecciones legislativas

Yoav Haifawi

De nuevo sobre las elecciones parlamentarias que tuvieron lugar el 1 de noviembre en Israel, con el triunfo de Netanyahu y la extrema derecha.

La oposición liderada por el Likud de Netanyahu ha concentrado toda su retórica racista contra la idea de un gobierno apoyado por partidos árabes. A cambio, la coalición gubernamental saliente liderada por Yair Lapid y Benny Gantz trató de hacer que el público olvidara su difícil período al frente del país, agitando la amenaza del ascenso de Bezalel Smotrich/1, Itamar Ben-Gvir/2 y la extrema derecha abiertamente fascista.

El resultado fue que el matón Ben-Gvir fue el héroe del día, con la Lista Sionista Religiosa que se convirtió en la tercera fuerza del país, y Netanyahu ha obtenido la mayoría que había soñado durante mucho tiempo. Netanyahu puede ahora subir a su montura racista para escapar de las puertas de la prisión que amenazaban con cerrarse sobre él.

¿Qué pasó realmente en las elecciones?

El electorado israelí ha proseguido su larga trayectoria unidireccional hacia la derecha racista religiosa. Estamos viendo la combinación de varias tendencias a largo plazo:

– El crecimiento de las comunidades religiosas judías ortodoxas y la alianza entre los líderes ortodoxos y la derecha secular;

– El creciente número de colonos judíos en Cisjordania, donde el conflicto con los palestinos es mucho más violento;

– El secuestro, por una comunidad de colonos políticamente dinámicos, del ejército y del aparato estatal, con el tranquilo consentimiento de las antiguas élites apáticas;

– Finalmente, la ilusión de la existencia de una izquierda sionista que se desvanece lenta pero seguramente.

De hecho, no hubo un gran cambio por parte de las y los votantes en estas elecciones. En mayo de 2021, un partido de extrema derecha, Yamina, aceptó unirse al campo anti-Bibi, a cambio del nombramiento de su líder, Naftali Bennett, como primer ministro, y la posibilidad de dictar el programa racista, neoliberal e antisocial del gobierno. Ahora que este gobierno se ha disuelto, los votantes de Yamina han vuelto a su lugar natural. Los demás cambios en los resultados se deben a los golpes que se han dado los propios líderes del campo “alternativo”.

Sigue siendo la misma vieja política racista israelí, en la que las y los palestinos no se consideran una parte legítima del juego político; no se permite ninguna reflexión sobre una solución política y ningún árabe puede compartir la menor parcela de poder. Es una repetición amplificada del fiasco de 2020, cuando el general Benny Gantz rechazó la perspectiva de dirigir un gobierno apoyado por los miembros árabes de la Knesset y aceptó apoyar a un gobierno Netanyahu cuando había prometido oponerse a él. Esta vez, todo el gobierno de Lapid huyó de su propia sombra para evitar la acusación de “izquierdismo” o de “confiar en los árabes”, hasta autodestruirse.

¿Es peligroso el nuevo gobierno?

Según un informe publicado por la ONU el día de las elecciones, en 2022 se produjeron más asesinatos de personas palestinas por parte de las fuerzas de ocupación y los colonos israelíes que cualquier otro año desde que la ONU comenzó a contabilizar estos asesinatos en 2005.

¿El nuevo gobierno de extrema derecha de Netanyahu matará más? Obviamente, esto es posible. Pero no es la opinión pública israelí la que limita las atrocidades contra los palestinos. El hecho fundamental es que Israel necesita el apoyo militar, económico y político de Estados Unidos (y, en menor medida, de Europa Occidental) para seguir beneficiándose de la impunidad en sus crímenes de lesa humanidad. La principal fuerza que puede frenar los crímenes de guerra israelíes es la presión ejercida por las potencias occidentales, motivada por el temor a una reacción brutal de las masas árabes. Una señal alentadora es que los donantes internacionales de Israel ya han emitido señales de advertencia tras los resultados de las elecciones.

También tenemos razones personales para preocuparnos. Si Ben-Gvir se convirtiera en ministro de Seguridad Nacional, como se informó, podría enviar a la policía a llamar a mi puerta. Esta es la amenaza adicional con los fascistas: no solo la ocupación militar, sino también la persecución de las y los opositores políticos.

Al mencionar esta amenaza directa, no puedo evitar recordar que la última vez que vinieron a llevarme a un interrogatorio del Shabak en abril de 2021, no llamaron a mi puerta, sino que literalmente la hundiron. Por lo tanto, la opresión política tampoco es nueva. Pero tal vez bajo el nuevo gobierno, más personas entenderán finalmente que la “democracia israelí” no existe y, por lo tanto, no puede ser defendida o salvada.

Traducción: F.E. para antikapitalistak.org

Versión completa (en inglés) en mondoweiss.net.

NOTAS

1/ Diputado de extrema derecha (Partido Sionista Religioso).

2/ Diputado de extrema derecha (Otzma Yehudit, “Poder judío”).

 

Italia: un proyecto reaccionario y liberal de restauración conservadora

Franco Turigliatto

Giorgia Meloni, líder del partido de extrema derecha Fratelli d’Italia (“Hermanos de Italia”), dirige el nuevo gobierno italiano con una fuerte mayoría parlamentaria, a pesar de que la coalición de derechas obtuvo solo el 44% de los votos. Está decidida a lograr una verdadera restauración conservadora e identitaria utilizando los poderes políticos e institucionales de los que dispone.

Es un gobierno de mediocres, reaccionarios y postfascistas declarados, de personajes (11 de 24) ya presentes en los gobiernos anteriores que corresponden en su mayor parte a la realidad política, ideológica y material de la derecha, de esta “pequeña Italia” mezquina y pequeño burguesa que viene de lejos pero que al mismo tiempo está bien arraigada en los dispositivos del poder capitalista tanto nacional como internacional.

El Ministerio de Economía ha sido confiado a Giorgetti, de la Lega (la Liga de Salvini), un hombre de confianza de los patronos del Norte; el Interior va a Piantedosi, que inmediatamente hizo aporrear a las y los estudiantes de la Universidad de Roma. El nombramiento de Eugenia Roccella, enemiga jurada de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, para el “Ministerio de Familia, Natalidad e Igualdad de Oportunidades”, es una verdadera declaración de guerra dirigida a los derechos de las mujeres; Marina Calderoni, asesora de empresas en materia de políticas laborales, se convierte en la nueva ¡ministra de Trabajo! El líder de la Liga, Matteo Salvini, el perseguidor de las y los migrantes, es ahora el vicepresidente del gobierno; el otro vicepresidente es Antonio Tajani de Forza Italia, un colaborador de Berlusconi; en Justicia, es Carlo Nordio, un magistrado conservador elegido en las listas de Fratelli de Italia.

Meloni completa su obra maestra nombrando a su alter ego, Guido Crosetto, presidente de las industrias militares y espaciales y gran comerciante de armas, como ministro de Defensa. Su otro hombre de confianza, que es su cuñado, Francesco Lollobrigida, hereda la Agricultura.

“Dios, patria, familia y empresa”

En el debate parlamentario que precedió al voto de confianza en el nuevo gobierno, el líder del M5S (Movimiento de 5 estrellas), Giuseppe Conte, declaró que el discurso de Giorgia Meloni constituía un “plan ambicioso de restauración de la identidad de la sociedad tanto en el terreno de los derechos civiles como en el de volver a los modelos sociales reaccionarios expresados por la tríada “dios, patria, familia””.  Es una afirmación verdadera aunque reductora porque, en el proyecto de la derecha post-fascista, no solo encontramos un grave ataque a los derechos civiles sino también una amenaza contra los derechos económicos y sociales de la clase trabajadora.

Se debe añadir una cuarta deidad a la tríada: la empresa. Esta diosa impone la continuidad total con las políticas económicas neoliberales, asegurada por la propia Giorgia Meloni, que aclaró que las actividades empresariales de los patronos no deben verse obstaculizadas y que el lema del gobierno será “no molestar a los que quieran hacer”. La lista de medidas a favor de las y los capitalistas, ya sean pequeños, medianos o grandes, es muy larga: desde el “impuesto plano” hasta los recortes de impuestos y cotizaciones, pasando por la liberalización de la circulación de dinero líquido, lo que abre la puerta a la evasión fiscal y todo tipo de fraudes.

“Libertad, libertad, libertad”, recitó Meloni; debería haber añadido “para explotar”.

No hay atención, por el contrario, para los cinco millones de muy pobres, para la magnitud del desempleo y la precariedad, por los bajos salarios y las pensiones diezmadas por la inflación que subió al 12%. En cambio, se proponen los ingresos del presidencialismo y de la “autonomía diferenciada” de las regiones que harán que el sistema sea aún más desigual.

El papel imperialista de Italia se confirma, apoyándose en la presencia de tropas italianas en muchos países del mundo para defender sus intereses. Sin embargo, este papel está estrechamente relacionado con la coalición imperialista occidental liderada por Estados Unidos, y el nuevo gobierno garantiza una adhesión completa a la OTAN y un apoyo total a los proyectos de rearme.

En continuidad con los valores del fascismo, se trabaja no solo para fortalecer la patria sino también la familia, en particular con un apoyo y una protección enérgicos de la familia tradicional y “un plan masivo para redescubrir la belleza de la paternidad”.

Después de una experiencia inédita de tres años de pandemia que ha causado 180.000 víctimas y con un sistema de salud nacional colapsado, el gobierno no está planteando ninguna inversión en el sector de la salud y parece querer renunciar a cualquier medida significativa para combatir una epidemia que sigue presente mientras los procesos de privatización del hospital público continúan acelerándose.

El intento de borrado de la historia y de las luchas emancipadoras

Meloni realiza una recreación descabellada de la temida década de 1970, olvidando por completo los terribles atentados perpetrados por los fascistas para detener el auge del movimiento obrero. Quiere borrar la historia de las grandes luchas sociales y democráticas y hacer desaparecer el pensamiento antifascista y los ideales de libertad e igualdad que han constituido un sentido común ciudadano en la opinión pública italiana, una cultura social y política que las derechas siempre han odiado y combatido.

Durante años, la clase dirigente y los medios de comunicación a sueldo de sus intereses han tratado de hacer olvidar la historia de las luchas sociales y obreras para hacerlas retroceder y derrotar al movimiento de las y los trabajadores; al unirse a las doctrinas neoliberales, las fuerzas de centro-izquierda también han contribuido a realizar este propósito.

Hoy en día, la historia exige rendir cuentas ante el ascenso de la extrema derecha que, beneficiándose de un proceso de banalización, cree que puede reunir las condiciones para su propia venganza: la de una restauración identitaria, “soberanista” y nacionalista del país. Todo lo que queda es luchar hasta el final contra este gobierno de los patronos.

2/11/2022

Hebdo L’Anticapitaliste – 635 (03/11/2022)

https://lanticapitaliste.org/actualite/international/italie-un-projet-reactionnaire-et-liberal-de-restauration-conservatrice

Traducción: F.E. para antikapitalistak.org

¿Lula III: “una nueva esperanza”?

Un nuevo impulso para la izquierda brasileña, que tendrá que recuperar el tiempo perdido, porque no habrá una segunda oportunidad.

Hoy, 30 de octubre de 2022, en el minuto cuarenta y cinco del segundo tiempo, Luís Inácio Lula da Silva (PT) fue elegido nuevamente Presidente de la República de Brasil. Después de semanas de tensión y zozobra política tras la primera vuelta -como no podía ser de otra manera, porque desde el golpe jurídico-parlamentario de 2016, lo que hemos visto es una sucesión de derrotas para el campo progresista.

La victoria fue amarga, porque la ultraderecha ha crecido institucionalmente, eligiendo parlamentarios y gobernadores, además de que Bolsonaro (PL) se consolidó como el líder de la oposición a nivel nacional. Ahora, debemos luchar para garantizar la investidura de Lula, a pesar del intento de golpe de Bolsonaro. Se abrirá entonces una vía de retos y oportunidades de una envergadura y calidad inéditas desde las Jornadas de junio de 2013.

El mayor de estos retos será enfrentarse a la oposición, compuesta por políticos profesionales de los sectores del Centrão y de la extrema derecha, empoderados y armados, a un nivel de provocación nunca visto en la historia de la Nueva República. Por lo tanto, el primer desafío para la izquierda será garantizar la presidencia de Lula en los próximos años, para que no sea destituido por un golpe jurídico-parlamentario, como Dilma Rousseff (PT) en 2016, o víctima de un golpe de Estado, o incluso de un ataque físico.

La realización de este reto está ligada al espacio político que seamos capaces de arrebatar a Lula a lo largo de su gobierno y que, dialécticamente, dinamice una base social hambrienta, cansada, desilusionada y desempleada. ¿Hacia dónde puede ir un movimiento de masas antisistema en la izquierda?

En 2019 se produjo el levantamiento estudiantil contra las políticas educativas de Bolsonaro, y las movilizaciones contra la destrucción del Amazonas. En 2020, en medio de la pandemia de Covid-19, las jornadas antifascistas del movimiento negro brasileño, de los aficionados organizados y de los trabajadores de la app se tradujeron en campañas electorales relativamente victoriosas para el campo progresista. Ahora, en 2022, tuvimos una campaña electoral difusa, pero que posibilitó el levantamiento de agendas en la carrera de la buena votación de Lula en la primera y segunda vuelta – en esta última etapa, posibilitando la construcción de núcleos de base, dada la urgencia de parar a Bolsonaro, y elegir a Lula.

La movilización de la segunda vuelta, al estilo «todo o nada», pudo ofrecer a la izquierda la oportunidad de reorganizarse a partir de sectores desmovilizados, pero que vieron en la campaña por Lula el momento de reagruparse, aunque sea temporalmente. De estos amplios grupos formados en apoyo del Presidente electo, sólo una parte permanecerá activa, pero si proponemos un trabajo concreto dentro de la realidad de los territorios, será posible organizar a estas personas. Colectivos que puedan vincular las propuestas más progresistas de Lula con las demandas locales,

Los colectivos pueden vincular las propuestas más progresistas de Lula a las demandas locales, discutidas durante la campaña, y oponerse a los gobiernos de derecha y extrema derecha que están surgiendo en todo Brasil.

Por lo tanto, el nuevo Presidente necesitará la movilización de la calle para mantenerse en el cargo. Sin embargo, Lula es, sobre todo, un gestor del capitalismo brasileño. Qué tan dispuesto estará a entrar en choques con la burguesía que apoya a Bolsonaro -o, no se ha opuesto abiertamente a su gobierno- es uno de los puntos neurálgicos de la coyuntura de corto y mediano plazo.

Mientras tanto, la coyuntura internacional juega a dos bandas. En América Latina, a través de la elección de Gustavo Petro, en Colombia, y Gabriel Boric, en Chile, la izquierda está mostrando una mayor comprensión de la discusión en torno a la emergencia climática, destacando el discurso del primero en la Asamblea General de las Naciones Unidas en septiembre de 2022. Esto puede empujar a Lula hacia una defensa más enfática de la Amazonia, y cuestionar no sólo la deforestación ilegal, sino también la teóricamente legal, a pesar de la proximidad del punto de no retorno, es decir, el punto en el que la Amazonia entrará en una espiral de destrucción que culminará en un daño irreversible para la vida humana en la Tierra.

Por otro lado, incluso antes de la toma de posesión de Lula, a finales de este año, 2022, Europa experimentará una posible falta de combustible para la calefacción doméstica en invierno, en este caso, de gas, de origen ruso, en el contexto del ataque ruso a Ucrania, lo que puede agudizar los ánimos y potenciar la extrema derecha, reforzada por el ascenso al poder del llamado «postfascismo» en Italia en las últimas elecciones.

En Brasil, pues, hay un nuevo aliento para la izquierda brasileña, que correrá por el tiempo perdido, porque no habrá una segunda oportunidad. Tenemos que inspirarnos en las mejores experiencias de organización de base del Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST), y también en las campañas de solidaridad sobre el hambre durante y después de la pandemia del Covid-19 en América Latina, en los movimientos vinculados a la agroecología y a los alimentos sin veneno, en los jóvenes por el clima, en los grupos de base partidarios y suprapartidarios que se organizan en torno a los territorios -como, por ejemplo, las experiencias del Frente Pueblo Sin Miedo en la ciudad de São Paulo.

No nos engañemos: nuestro espacio no se ofrecerá en bandeja. Será decisiva la posible resistencia de Lula y su gobierno a las discusiones en torno a las luchas antirracistas, anti-LGBTQIA+fóbicas, contra la emergencia climática y del movimiento feminista, y a las propuestas económicas que enfrentan la organización histórica de Brasil. El Centrão garantiza los votos en el parlamento, pero no moviliza a amplios sectores – la extrema derecha lo hace, y Podemos vuelve a hacerlo. En cualquier caso, esta noche es una noche de celebración del gobierno de Lula III, de una nueva esperanza para la izquierda brasileña.

São Paulo, 30 de octobre 2022

Carlos N., militante ecologista de Insurgencia-PSOL.

Conferencia nacional del Sotsialny Rukh (Movimiento Social)

Conferencia nacional del Sotsialny Rukh (Movimiento Social) el 15/09/2022.

Saludos de Catherine Samary, miembro de la red europea Solidaridad con Ucrania (ENSU), de la Cuarta Internacional (FI) y del NPA francés.

Queridos amigos y compañeros,

Estoy muy conmovida e impresionada al participar en esta conferencia en el complejo contexto que acaba de ser subrayado y que plantea importantes desafíos para Sotsialny Rukh.

Estoy aquí, como Alfons que intervino antes que yo y otros dos camaradas de Italia y Polonia, como miembro activo de ENSU (Red Europea de Solidaridad con Ucrania). No repetiré el mensaje colectivo de la ENSU que Alfons expresó, centrado en las campañas sindicales y los derechos de los trabajadores. Solo añadiría que estoy particularmente involucrada en la ENSU en las actividades de apoyo al Manifiesto Feminista Ucraniano y en las campañas específicas sobre el aborto en el contexto de la guerra. Espero que, al igual que con las actividades sindicales, también podamos volver de su conferencia con otros planes de acción conjunta para la defensa de los derechos de las mujeres y, en general, para apoyar su valioso esfuerzo de construir una alternativa de izquierda en la sociedad ucraniana.

También estoy aquí como “veterana” de la Cuarta Internacional (FI), para expresar en nombre de su órgano dirigente, toda la solidaridad y los más cálidos saludos para su conferencia.

En definitiva, resumiré mi mensaje utilizando una especie de “utopía concreta”:

¡Necesitamos la resistencia popular ucraniana para ganar contra la guerra imperial rusa!

“Nosotros”, es decir, vosotros y nosotros, toda la izquierda ucraniana e internacional que lucha toda forma de relaciones (neo)coloniales: como hicimos contra la guerra imperialista estadounidense en Vietnam; o contra la guerra colonial francesa (que hasta hace poco nunca se ha llamado una “guerra” sino una especie de “operación especial”…); pero también contra las tropas del Pacto de Varsovia dirigidas por Moscú en Hungría, Polonia o Checoslovaquia…

Putin reclamó explícitamente, contra la Ucrania independiente, el legado neocolonial del Imperio ruso y de Stalin – contra el reconocimiento por parte de Lenin del derecho a la autodeterminación de las naciones dominadas. Sabemos – como Lenin – que es imposible construir una unión socialista coherente y fuerte sobre la base de relaciones de dominación.

Pero la resistencia popular ucraniana no puede ganar y consolidarse realmente sin aumentar la dignidad y los derechos de toda la población ucraniana, de sus trabajadores (hombres y mujeres): es una responsabilidad y un desafío especial para Sotsialny Rukh y para la izquierda internacionalista. Porque quienes se oponen a esta dignidad y a estos derechos sociales son fuerzas dominantes no solo en Ucrania sino también en Europa y en el mundo.

Es nuestra tarea y nuestro compromiso comunes: luchar contra todas estas fuerzas reaccionarias a todos los niveles de su poder de decisión.

https://lanticapitaliste.org/actualite/international/conference-nationale-de-sotsialny-rukh-mouvement-social-le-15-septembre

Luego de las elecciones: es hora de comenzar a construir la resistencia

(Artículo de Kjell Östberg publicado en Internationalen)

¿Podrán los políticos suecos mirarse al espejo después del año electoral de 2022? La cuestión más importante para los votantes era la salud, pero una derecha agresiva y una socialdemocracia pasiva consiguieron que la campaña electoral hiciera hincapié en los crímenes y el castigo, que la conexión entre inmigración y crimen apareciera como una cuestión obvia y lograron reducir la cuestión climática a una cuestión de construcción de energía nuclear. El resultado ha sido un brusco giro a la derecha.

Según la encuesta electoral VALU de la televisión el 43 por ciento de los votantes se ubican a la derecha en contra de un 37 por ciento a la izquierda. Esto se confirma con la caída del gobierno socialdemócrata que será reemplazado por un gobierno burgués. Pero también ha habido un fuerte giro hacia la derecha dentro del bloque de derecha. El éxito electoral se puede atribuir completamente a los Demócratas de Suecia (SD), los otros partidos del equipo de Kristersson retrocedieron con un total de 10 escaños.

Por otro lado, los Demócratas de Suecia aumentaron en más del tres por ciento y son, con mucho, el partido más grande de la derecha, y un futuro gobierno burgués dependerá completamente de su apoyo. Esto es, ni más ni menos, un terremoto político. Durante mucho tiempo, sobre todo en la izquierda, ha existido la opinión de que el éxito de los Demócratas de Suecia se debió fundamentalmente a los trabajadores descontentos, que en realidad todavía son socialdemócratas, que votaron por SD para protestar y que podrían ser ganados rápidamente con una política socialdemócrata un poco más radical. Esto es subestimar enormemente al partido político más exitoso de Suecia.

Los Demócratas de Suecia tienen un liderazgo excepcionalmente cohesionado y decidido. Han construido sistemáticamente el partido desde abajo. Desde el principio han utilizado a los movimientos racistas y fascistas de los que provienen y han usado los recursos económicos proporcionados por el apoyo del partido a nivel municipal para darle fuerza organizativa al partido. Los Demócratas de Suecia también se convirtieron rápidamente en los que más impulsaron la utilización de las redes sociales con la xenofobia como principal mensaje unificador. También han sabido combinar hábilmente el apoyo de entornos racistas y de extrema derecha al deshacerse de racistas locos y demasiado hocicones.

Los éxitos electorales han sido únicos. En su debut parlamentario en 2010 el partido recibió el 5,7 por ciento de los votos. Desde entonces el apoyo ha aumentado en forma consecutiva al 12,9 por ciento, 17,5 por ciento y este año al 20,6 por ciento. Ningún otro partido se mantiene tan fuerte y tan unido. Todos los intentos de ganar a los votantes de SD han fracasado. El 86 por ciento de los votantes del partido en 2018 también votaron por el partido este año. Hay una lealtad al partido excepcionalmente alta. Los conservadores lograron que votaran por ellos solo el 61 por ciento de sus votantes de 2018, los socialdemócratas el 74 por ciento.

Los Demócratas de Suecia han ganado ininterrumpidamente a nuevos grupos de votantes, sobre todo de conservadores y socialdemócratas. El partido también es políticamente homogéneo. El 70 por ciento de los votantes del partido se describen a sí mismos como de derecha, solo el 6 por ciento como de izquierda. Quien piense que es fácil ganar a los votantes de los SD manteniendo un bajo perfil en temas controvertidos y apuntando a las raíces racistas del partido está profundamente equivocado. Los votantes del partido se identifican con el credo nacional conservador y xenófobo de los SD. Hasta las elecciones de 2018 había una línea de demarcación sanitaria también dentro de la burguesía sueca contra la colaboración con un partido extremista xenófobo. Hace tiempo que se cruzó ese cordón sanitario.

Primero fue el mundo de la patronal que invitó con éxito a cenas de soborno para ganar a los SD para impedir la prohibición de ganancias en el sector público. Luego no pasó mucho tiempo hasta que Ebba Busch (la lider de los democratacristianos) ofreció albóndigas y abrió el campo de la derecha para la cooperación parlamentaria organizada. Rápidamente desaparecieron todas las líneas rojas. Pero no se trataba de una presa fácil de atrapar, todo lo contrario. En cambio el programa de los Demócratas de Suecia se convirtió en gran parte en el de la burguesía. “Ningún otro partido ha resistido contra viento y marea como el SD para que no aumentemos la inmigración si queremos tener la oportunidad de hacer frente a la integración”, declaró Kristersson. Los SD han sido un ejemplo en la lucha contra el crimen, dijo Johan Persson (lider de los liberales). Ahora vemos el resultado. Los Demócratas de Suecia son hoy el partido dominante de la derecha. Fuera de las grandes ciudades, en el “corazón del país” de Ebba Busch, son los SD los más grandes en todos los condados, a menudo con el 25-30 por ciento de los votos, a menudo pisándoles los talones a los socialdemócratas. Sí, en Skåne (sur de Suecia) ya los han sobrepasado. Los conservadores a menudo están a una distancia de un 10 por ciento, los democratacristianos en un 20 por ciento. Adivinen cómo se desarrollará este equilibrio de poder en las próximas negociaciones gubernamentales.

 

 

 

 

El giro a la derecha también es claro en la izquierda. A los socialdemócratas les ha ido mejor. Una socialdemocracia que se rindió frente a la ofensiva burguesa, rompió con 200 años de neutralidad para evitar una batalla desgastante por lo de la OTAN, aceptó un rearme único, se abrió a lo de una nueva energía nuclear, impulsó con orgullo más de 70 medidas de castigo y pescaron en  turbias aguas xenófobas a través de discursos excluyentes como los de “Somalitowns”. O para citar a Malin Ullgren de Dagens Nyheter: “enganchó su vagón a un tren que se adentra más en una oscuridad postdemocrática”. El resultado: la perdida del gobierno y el segundo peor resultado electoral en 111 años. Y una izquierda que decidió convertirse en los nuevos socialdemócratas, que bajó el tono de las cosas que pensaba podían inquietar a los “trabajadores de las zonas fuera de las ciudades” y que dedicó un esfuerzo interminable en exigir ingresar a un gobierno junto con el partido más neoliberal de Suecia. El resultado: Nada bueno. En el lugar modelo, Sandviken, el partido perdió la mitad del promedio nacional, mientras que SD aumentó en un 50 por ciento.

 

Pero es también en la izquierda donde se encuentran los destellos de luz. En donde la izquierda ha colaborado con activistas ecologistas, luchadores contra el aumento en las rentas de viviendas, partidarios del bienestar sindical y antirracistas, sobre todo en las grandes ciudades, la derecha ha retrocedido y se ha mantenido a raya a SD. Allí la resistencia ya ha comenzado.