Solidaridad con Mamadou #MamadouFica (Mamadou se queda)

Portugal

“En carne y hueso con Mamadou Ba”, para oponerse a los perfiles falsos y los bots utilizados por la extrema derecha en las redes sociales, es el nombre de una campaña de solidaridad que en pocos días movilizó a cientos de personas enviando vídeos, textos, canciones u otras formas de participación en una respuesta virtual conjunta al racismo y la persecución de activistas antirracistas en Portugal.

La campaña fue una forma creativa de superar las dificultades actuales impuestas por la pandemia (el país está en confinamiento desde finales de 2020) para responder a una petición que exigía la deportación de Mamadou y que obtuvo 15.000 firmas (muchas de las cuales eran falsas). A diario siguen llegando múltiples contribuciones, tanto de desconocidos como de conocidos artistas, periodistas, políticos y activistas, véase aquí.

Mamadou Ba es un camarada de la Cuarta Internacional en Portugal. Es un activista negro con una trayectoria de décadas. Nació en Senegal y se organiza especialmente en esa comunidad, pero tiene nacionalidad portuguesa. Por su papel como portavoz de la organización antirracista SOS Racismo, Mamadou ha sido a menudo objeto de campañas y amenazas por parte de la ultraderecha, con el apoyo de empresas que fabrican bots y perfiles falsos, manipulación de vídeos y noticias falsas para atacar a los activistas antirracistas, así como a las primeras mujeres negras elegidas como diputadas. Recientemente, una petición exigiendo su deportación alcanzó las 15.000 firmas (muchas de las cuales eran falsas).

Lo que distingue a esta petición en particular de otras es el eco que ha obtenido en los medios de comunicación, que han vuelto a amplificar acríticamente las narrativas de la extrema derecha en un momento en que el candidato del partido de extrema derecha Chega ha demostrado su potencial de crecimiento al obtener más del 11% del voto popular en las elecciones presidenciales del 24 de enero (frente al 1,29% en las anteriores elecciones legislativas, con las que eligió a su único diputado).

Este particular ataque a Mamadou Ba tuvo lugar en el contexto de la muerte de Marcelino da Mata, el soldado más condecorado del ejército portugués, que sirvió en más de 2.000 operaciones en la Guerra Colonial de Guinea, algunas de las cuales fueron calificadas como crímenes de guerra y Portugal fue condenado por las Naciones Unidas por estas operaciones. Era un guineano que luchaba a favor del poder colonial. Da Mata, que se jactaba de sus actos de tortura y era un militante de extrema derecha, falleció el 18 de febrero como consecuencia de una enfermedad covídica, a los 80 años. Otro partido de la oposición de derechas, el CDS-PP, que lucha por su supervivencia ante el ascenso de Chega, propuso un voto de pesar por su muerte en el Parlamento portugués y la expulsión de Mamadou Ba del grupo de trabajo gubernamental sobre el racismo.

Ba fue una de las numerosas figuras públicas que condenaron este homenaje a un criminal de guerra que colaboró con el régimen fascista de Salazar. Pero como activista negro, es contra él que se dirige la mayor campaña de odio.

Aunque la petición de deportación no tenga éxito, eso no disminuye la necesidad de que nos solidaricemos con él en particular y condenemos a los que fomentan el odio racista. Por el momento, la campaña sólo acepta contribuciones en portugués.

Como Mamadou Ba y muchas otras personas, estamos de acuerdo en que Marcelino da Mata es un criminal de guerra que no merece ningún respeto”. Solidaridad con Mamadou #MamadouFica

25 de febrero de 2021

A continuación, publicamos una declaración de SOS Racismo

Nota de repudio

Las posiciones del activista antirracista Mamadou Ba, basadas en el pleno ejercicio de una democracia plural, han sido blanco frecuente de ataques que van más allá de la legítima contradicción, para convertirse en insultos, un ataques difamatorios e incluso amenazas personales.

Esta escalada de odio e intolerancia ha alcanzado recientemente un nuevo nivel tras las declaraciones de Mamadou Ba sobre la visibilidad y los honores de Estado concedidos a Marcelino da Mata.

Siguiendo una opinión que ni siquiera es aislada (varias personas e instituciones han condenado los elogios a Marcelino da Mata), Mamadou Ba ha sido el centro de varias peticiones pidiendo su expulsión del país, una de ellas con unas 15.000 firmas.

Aunque la validez jurídica de estas peticiones sea nula, su repercusión en el espacio público y su proyección en las redes sociales y los medios de comunicación merecen nuestra máxima preocupación. Revelan:

– La permeabilidad del espacio público no sólo a la calumnia y al escarnio, sino, sobre todo, al mensaje que considera la deportación como un castigo adecuado para una especie de delito de opinión;

– El magnetismo ejercido en ciertas instituciones y partidos, desde los más recientes hasta algunos que se proclaman cofundadores de la Democracia Portuguesa, por el ímpulso racista, por el discurso del odio, por la furia nacionalista;

– La forma en que este tipo de peticiones son aceptadas rápida y expresivamente por los mismos que se revuelven ante la acusación de racismo.

Por todo ello, SOS Racismo repudia el contenido de estas peticiones, apelando a la solidaridad de otras personas e instituciones, en el necesario afán de una sociedad democrática, plural y crítica.

18 febrero 2021

India: “El movimiento de los agricultores es un contragolpe frente al giro a la derecha de la sociedad, a la extrema derecha en el poder”

Copyright By Randeep Maddoke; randeepphotoartist@gmail.com – Provided by eMail from Randeep Maddoke, CC0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=97507123

Protesta Punjaben hasi zen, 2020ko abuztuan, eta India osora hedatu zen. Protesta hori 2020ko azaroaren 26an iritsi zen, nekazariek Delhira egin zuten martxarekin batera 250 milioi lagunek 24 orduko greba egin zutenean. Protesta mugimenduak aurrera jarraitzen du, eta urtarrilaren 26an Delhiko Fort Sarea hartu zuten. Sushovan Dhar, CADTMkoa eta Radical Socialist Indiakoa, aurrekariak azaltzen dizkigu.

Una protesta que comenzó en el Punjab en agosto de 2020 y se extendió por toda la India alcanzó un punto álgido el 26 de noviembre de 2020, cuando la marcha de los agricultores sobre Delhi fue acompañada por una huelga de 24 horas de 250 millones de personas. El movimiento de protesta continúa, y el 26 de Enero, los manifestantes tomaron por asalto el Red Fort de Delhi. Sushovan Dhar, del CADTM y de Radical Socialist India, nos explica los antecedentes.

¿Puede hablarnos de las movilizaciones de los agricultores en la India?

Desde que el partido fascista BJP ganó las elecciones en 2014, esta es la mayor movilización en la India. Supera a todas las demás en términos numéricos y de impacto político. Decenas de miles de campesinos han rodeado la capital india, Nueva Delhi, y planean acampar allí durante semanas o incluso meses hasta que se retiren las leyes anti-campesinas.

Los agricultores piden la derogación de tres leyes del gobierno: La Ley de Promoción y Facilitación del Comercio Agrícola, la Ley de Acuerdo de Garantía de Precios y Servicios Agrícolas y la Ley de Productos Esenciales. Hay una enmienda a la Ley de Productos Esenciales – 14 productos básicos como el arroz, el trigo y el azúcar – que deben ser distribuidos con control de precios por el gobierno.

El gobierno compra los productos a los agricultores a un precio garantizado. Se supone que este precio mínimo de apoyo ayuda a los agricultores a vender sus productos a un precio fijado por el gobierno.

Los manifestantes se oponen al desmantelamiento de esta medida, sobre todo en el norte, en Punjab y en Haryana, porque la ley está desmantelada de facto en la mayoría de las regiones, pero se ha mantenido en estas regiones porque son el laboratorio de la “revolución verde” que quiere el Banco Mundial, para el aumento de la producción agrícola.

También está en cuestión el desmantelamiento del mandi (mercado rural, tradicional, donde se suelen comprar y vender los productos).

Pero hay una crisis más amplia en el sector agrícola desde la imposición de las políticas y la economía neoliberales a principios de los años 90. Un dato llamativo lo ilustra: aparentemente se han producido 400.000 suicidios de campesinos en los últimos 25 años, aunque no hay una cifra verificada, debido al grave endeudamiento de los campesinos. Este endeudamiento se prolonga desde hace treinta años. Se han desmantelado las diversas subvenciones – sobre pesticidas, fertilizantes, agua para el riego, electricidad -.

Tradicionalmente, los campesinos tenían problemas cuando la producción era baja, pero hoy en día también es así cuando es fuerte porque el mercado y el gran capital hacen bajar los precios. En la región que rodea a Calcuta se cultivan patatas a gran escala. En las últimas semanas, todo indica que habrá una cosecha abundante, por lo que los agricultores temen que se produzca una gran caída de los precios.

Los comités creados por el gobierno habían votado a favor de un precio mínimo garantizado, el precio mínimo de apoyo, correspondiente al coste de producción más el 50%. Pero en lugar de aplicar estas recomendaciones, el gobierno suprimió el precio mínimo de apoyo. Estas son las razones de la movilización de los campesinos, en Delhi y en todo el país. Los proyectos de ley sobre la agricultura, así como las nuevas leyes laborales, son intentos de aplicar un programa que cuenta con un amplio apoyo dentro de la gran burguesía. Es la respuesta de la derecha a la crisis agraria.

Nola antolatzen dira?

Duela lau urte, nekazarien koordinazio-batzorde bat egon zen, eta berrehun nekazari-erakundek parte hartu zuten bertan. All India Kisan Sangharsh koordinazio batzordeak martxa handiak antolatu zituen Delhin, Mumbain eta India osoan 2018an. Orain, koordinazio-batzorde horrek antolatzen ditu ekintza gehienak, baina bat-bateko mobilizazio asko ere egiten dira, gizarte zibilaren eta klase ertainen babesarekin, bereziki Punjaben.

Nekazari txiki eta handien koalizio ikaragarria bildu dute, baita nekazaritzako langileen erakunde batzuk ere. Mugimenduaren hedapenean ere arrakasta handia izan dute.

¿Cuál es el significado político de estas movilizaciones?

Es un reto. Hubo movilizaciones sobre la ciudadanía, las leyes discriminatorias, que han unificado al campo anti-Modi, a la izquierda y a los musulmanes, pero también han homogeneizado el apoyo de la derecha y la extrema derecha al gobierno. Hoy, la movilización de los campesinos es un reto para el BJP. De hecho, la gente que lo había votado se está apartando de él. Actualmente hay movilizaciones obreras, pero son demasiado débiles y están demasiado divididas para enfrentarse al gobierno. El movimiento campesino puede dar confianza y fomentar las movilizaciones de los trabajadores, especialmente de las mujeres.

El movimiento no es revolucionario, pero tiene una dimensión anticapitalista, contra las grandes empresas agroindustriales, la agricultura por contrato, el control de las grandes empresas sobre la tierra; empresas como Pepsi, que tienen contratos individuales con los campesinos y controlan el mercado.

Nuestra esperanza debe provenir del hecho de que la agenda neoliberal sigue enfrentándose a desafíos desde las bases. La fuerza y la debilidad del movimiento y sus posibilidades de éxito dependen de la inquebrantable determinación de los campesinos del Punjab, en su mayoría dirigidos por diferentes organizaciones que se consideran, políticamente hablando, como el más izquierdista de los partidos políticos existentes.

¿Qué perspectivas plantean los socialistas radicales y los militantes de la Cuarta Internacional?

No se trata de una movilización por el poder del Estado, como afirman los maoístas, pero tampoco es un movimiento de campesinos ricos como afirman otros. Es un movimiento en el que la mayoría está luchando por su supervivencia inmediata y a largo plazo y, para la izquierda, es necesario tomar la iniciativa, construir una batalla contra el neoliberalismo y la extrema derecha en la India.

Nuestra orientación debe ser la de profundizar y reforzar el ejemplo de democracia real mostrado por las protestas de los agricultores. De hecho, incluso más que el soborno del Estado por parte del BJP, es la actual debilidad de la respuesta de la clase trabajadora al movimiento de los agricultores lo que constituye la señal más preocupante en el firmamento.

Lo que diferencia estas protestas de otras protestas contra el régimen de Modi es la participación dominante de las fuerzas de izquierda. Muchas de estas fuerzas pueden caracterizarse como la izquierda no parlamentaria. Si bien este hecho abre posibilidades no vistas en protestas anteriores, el sectarismo ideológico de estas fuerzas también limita el potencial de los actuales disturbios.

Por desgracia, la izquierda institucional es débil y la izquierda radical muy sectaria. Este movimiento es también una oportunidad para reforzar la oposición de los agricultores al orden establecido. Durará varios meses; hay que construir la movilización, para organizar un contrafuego ante el giro a la derecha de la sociedad, a la extrema derecha en el poder. Esta movilización nos da la oportunidad de reflexionar y avanzar en la construcción de una verdadera izquierda, una izquierda radical, una nueva izquierda.

Entrevista realizada por Antoine Larrache

Próximo paso en Cuba: desemplear 300mil personas

(Tomado del Blog Comunistas) Cuba


La solución no es cerrar las empresas estatales en quiebra sino entregarlas a quienes trabajan en ellas. La clase trabajadora no debe pagar la ineficiencia de la burocracia.

Próximo paso en Cuba: desemplear 300mil personas

La solución no es cerrar las empresas estatales en quiebra sino entregarlas a quienes trabajan en ellas. La clase trabajadora no debe pagar la ineficiencia de la burocracia.

por Yaíma Rodríguez

Tras eliminar la mayoría de las gratuidades -al menos sin tocar la salud y educación gratuita y universal-, elevar los precios del sector estatal en cuestiones tan elementales como el transporte público (en La Habana se elevó al 500%), suprimir la subvención de la canasta básica financiada por el Estado y el almuerzo de los trabajadores, ahora el Gobierno anuncia el cierre de empresas, las cuales dantrabajo a 300 mil personas.

El pasado 14 de octubre, el jefe de la “Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo”, Marino Murillo Jorge informaba que “en el sector gastronómico no habrán más subsidios para asumir pérdidas. Si dan pérdidas cerrarán”. Tres meses después, este 11 de enero, el mismo funcionario recordó  “que habrá empresa que no serán rentables”, las cuales “ocupan aproximadamente a 300 mil personas”.

La pregunta que se impone es cuál será el destino de esas 300 mil personas. Ante ello, la mejor respuesta que pudiera dar el Gobierno, sería no cerrar esas empresas sino entregarlas a quienes trabajan en ellas o sea, socializar verdaderamente los medios de producción.

Sin embargo, la medida económica presentada por Murillo, no solo está enfocada en generar eficiencia en el sector estatal, sino también dirigida a crear condiciones para la expansión del sector privado de la economía. No es secreto para nadie que se tiene planificado una política de expansión del sector privado y, por tanto, si este crece, necesita más fuerza de trabajo. Visto de manera ingenua, el Gobierno se desentiende de 300 mil personas las cuales deberían ser acogidas de manera inmediata en el sector privado. Todo debería ser una cuestión de mero trámite.

Pero uno de los principales problemas radica en que el sector privado no ha crecido aún lo suficiente y, debido a la crisis económica, es evidente que habrá de demorarse algo. Salta entonces otra vez la pregunta de cómo vivirán estas 300 mil personas y sus familias en lo que el sector privado decide –y puede- contratarlas. Para la trabajadora, el trabajador y le trabajadore, ese tránsito estará marcados de angustias. Tampoco es que el sector privado esté obligado a contratar a cada una de esos 300 mil desempleados. Como también hay que ver cuál es la oferta de trabajo que propondrá la burguesía a sus futuros explotados.

Por ello, todo apunta a que no es la autogestión lo pensado para solucionar el destino de esas 300 mil trabajadoras y trabajadores.

Encontrarse en el paro es algo traumático. Salvo casos puntuales, cada una de esas futuras 300 mil personas desempleadas tienen familias. Por si fuera poco, vivimos una situación crítica. No solo subieron los precios en el sector estatal, sino que la misma crisis vivida ya durante el 2020 hizo que el costo de los alimentos en el libre mercado se dispararan. Por no hablar de quienes tienen hijos pequeños y necesitan comprarle la ropa y los zapatos para ir a la escuela.

Todo esto, sin detenernos en los conflictos y necesidades puntuales, o subjetivas y espirituales de esas cubanas, cubanes y cubanos que se quedarán sin trabajo. No olvidemos que en este análisis solo se tiene en cuenta los conflictos básicos de estas 300 mil personas como una masa y no reparando en todos los dilemas individuales, los cuales como seres humanos, viven estos futuros desempleados ¿Cómo estarán viviendo hoy quienes presumen que mañana se quedarán sin trabajo? ¿Cómo será la espera de quien teme mañana ser despedido y arrojado a la crisis económica más grande que vive Cuba en 30 años? ¿Cómo será ese amanecer de la persona que despierta y ve que ya no tiene a dónde ir?

La clase trabajadora no tiene culpa de las ineficiencias de la burocracia. Si estas empresas que ahora cerrarán no son rentables, no es precisamente porque fallaron las decisiones de las trabajadoras y trabajadores, sino por la mala gestión de la administración.   

Evidentemente, quienes justifican las actuales medidas económicas pueden desayunar, almorzar y comer, como también pagar el ómnibus y no temer que ellos, ni sus padres, se queden sin empleo. Cabe preguntarse si, quienes hoy con tanta fuerza atacan a los intelectuales “pagados por Soros”, lo harán igual contra la decisión de despedir 300mil trabajadores ¡Qué bien prepara su mascarada el pequeñoburgués!

“Y qué estamos haciendo nosotros? Hipotecando la moral de la Revolución! Así no se hizo la Revolución!

Carta abierta en defensa de Comunistas

por María Feldman, estudiante argentina de medicina en Cuba

Como quizá algunos recuerden, en su fundación, formé parte del Comité Editorial de Comunistas. Más tarde, diferencias teóricas –quizá por mi lealtad al peronismo- hicieron que tomara la decisión de separarme, lo cual no ha evitado mis colaboraciones con el blog, como mismo lo he hecho con otras publicaciones. 

El domingo pasado, publiqué en mi perfil de Facebook el Mensaje de Comunistas por Año Nuevo a la clase trabajadora cubana y mundial. Más allá de las diferencias que se pueda tener, me pareció un texto serio, objetivo y necesario de divulgar. Debido a ello, lo compartí en los grupos cubanos –todos en defensa de Cuba- de los cuales formo parte. 

Era obvio que la publicación de Comunistas iba a generar críticas y polémicas, pero, desgraciadamente, lo que recibió fue un desequilibrado ataque político, tanto en Facebook como en los comentarios  que se pueden dejar en el blog.

Expongo parte de los que circularon en las redes sociales: 

“es la derecha adueñándose del discurso revolucionario para confundir, para corroer”; “derechistas disfrazados de comunistas” y uno de los más groseros: “Estos son mercenarios al servicio de los yanquis en máscara comunista! Mentiras a chorros. Asqueroso análisis apelando a Fidel y el Che. Asco de publicación!”

Posteriormente, apareció una difamación tan agresiva en los comentarios del blog que el Comité Editorial decidió borrarlo. Lo que pudiera parecer un ataque de fanáticos, en estos momentos, puede ser la punta de lanza con la cual atacará la censura.

Ya con anterioridad, mentes unidimensionales, incapaces de hacer un análisis dialéctico, habían tildado a Comunistas de revisionista y trotskista (con toda la carga política negativa que esto tiene en Cuba). Ello no asombra: quienes piensan desde el dogma y no desde el marxismo están limitados a repetir consignas y descalificativos. Su escaso bagaje teórico a duras penas les alcanza para producir memes, burlas, incluso ataques personales. Solo merecen la lástima y el desprecio. 

Asombra que sean incapaces de entender que Trotski es un instrumento sin el cual no se puede configurar un análisis marxista del colapso de la izquierda en la década de los años noventa, así como de la realidad cubana. Tan sectarios son quienes ven en el dirigente bolchevique a la única vía para comprender la historia, como tan sectarios son los que aún a estas alturas solo ven trotskistas en quienes estudian y divulgan a Trotski. 

Por demás, estoy segura que en el Comité Editorial de Comunistas nadie se ha ofendido cuando les han llamado trotskista. No hay motivo para ello: les están considerando seguidores de un comunista. Sin embargo, quienes producen el blog, ni mucho menos se quedan en Trotski. Esto es otro aspecto que los aspirantes a burócratas no pueden comprender. Temen a todo lo que piense, pero aún más a todo lo que piense y no esté registrado en sus archivos burocratizados. 

Para mayor confusión de las mentalidades limitadas, Comunistas ha publicado, en menos de siete meses de existencia, dos sendos artículos vindicando a Fidel y, Mensaje de Comunistas por Año Nuevo a la clase trabajadora cubana y mundial, concluye llamando a enfrentar la crisis actual y venidera guiándose por el ejemplo comunista de nuestro Comandante en Jefe Fidel Castro”. 

Lea también⤵

“Fidel Castro, un incómodo para hoy”

“Dólares con el cuño de Fidel”

Mensaje de Comunistas por Año Nuevo a la clase trabajadora cubana y mundial

Ante ello, la socorrida respuesta del dogmatismo ha sido repetir incansablemente –las mentalidades esquemáticas se han caracterizado siempre por memorizar un puñado de consignas- la frase de Fidel correspondiente al discurso de clausura de la Tricontinental en 1966, donde califica al trotskismo como arma del imperialismo. Sin embargo, estos personajes olvidan e incluso silencian a otras frases de Fidel, las cuales hoy, se les atragantarían en el estrecho pescuezo ideológico del dogma, muchas veces encubridor del oportunismo. 

Un trotskista tan conocido como Eric Toussaint, miembro incluso del Buró del Secretariado Unificado de la IV Internacional era atendido por el Partido Comunista de Cuba al más alto nivel. En Cuba se han publicado libros Ted Grant y Allan Woods, quien fuera el dirigente fundador de la corriente trotskista The Militant y su continuador ahora con la Corriente Marxista Internacional, respectivamente. Por si no bastara, una de las más importantes mujeres revolucionarias cubanas, Celia María Hart Santamaría, era trotskista, hija de Haydee Santamaría y Armando Hart, quien consideraba a Fidel como su tío.

A los oportunistas aspirantes a funcionarios les queda muy fácil descalificar hacia la derecha, pero cuando apareció una publicación explícitamente marxista, sin ningún vínculo oficial, criticando a la burocracia, a la burguesía, a la censura y apostando por la sociedad civil, no pudieron más que responder con burlas.

Hoy esas burlas han pasado a ser peligrosas acusaciones.

Nadie imaginó que Cuba empezaría así la década del veinte. Fue esta crisis lo que motivó a un grupo de jóvenes coordinar una publicación mediante la cual expresarse. Pudimos haber enviado nuestros artículos a cualquiera de los medios no estatales que hoy abundan, pero quisimos construir un blog desde donde hablaran exclusivamente los marxismos revolucionarios.

Comunistas es producto de la Revolución socialista. El Comité Editorial nunca ha tenido más financiamiento que sus propios bolsillos, los cuales, en cierto momento, fueron casi por completo de estudiantes. 

Desgraciadamente, en mi país la censura existe. Se ha entronizado con tanta fuerza que en no pocos espacios está mal visto hablar públicamente de la censura. Incluso, de la pasada. 

Si la censura se lanzara contra el blog del cual fui parte, literalmente, estarían atacando a jóvenes comunistas y comunistas que no tienen ningún reparo en asumirse comunistas. De hacerlo, los censores estarían cometiendo un acto de canibalismo ideológico.

Uno de sus miembros, un joven estudiante de historia que vive en el interior del país, tiene en la pared de su cuarto, pegada con precinta, una foto de Fidel Castro sacada de una revista. Él mismo hizo con una vieja camiseta, la bandera roja de la hoz y el martillo. Es de una ideología tan bolchevique y dictadura del proletariado que siente repulsa hacia toda socialdemocracia. Su economía es tan humilde que muchas veces solo puede comer pan por la noche. 

De diferentes maneras, esa escena se repite en cada miembro del actual Comité Editorial de Comunistas. La mayoría ni siquiera vive en La Habana. 

¡Estos son los mercenarios al servicio de los yanquis en máscara comunista!

¡Es tan difícil asumir que estamos viviendo en una Cuba donde se ha decido llevar a cabo fuertes recortes de subvenciones, alza de precios, devaluación de la moneda, todo esto en medio de una programada expansión del sector privado de la economía! Y sin embargo, a diferencia de muchos silencios, Comunistas no solo lo ha dicho, sino también analizado.

 Ayer Marino Murillo anunció que no se cubrirían “ineficiencias”, que “habrá muchas empresas que no serán rentables” y estas “ocupan aproximadamente a 300 000 personas”. 

Al parecer -desgraciadamente-, no se equivocaba el Mensaje de Comunistas por Año Nuevo a la clase trabajadora cubana y mundial, cuando decía que “despedir masivamente es otra de las formas más directas que tiene el Gobierno para estimular el crecimiento de la burguesía. La segunda variante sería esperar a una voluntaria migración del sector estatal al privado. Algo lejos de suceder, pues el alza salarial ha hecho que 29.000 personas hayan ido a solicitar trabajo en el sector estatal”. Ojalá que quienes atacaron a Comunistas, vuelvan a leer su más reciente publicación a la luz de la esta nueva realidad. 

No sé hasta dónde pueda ayudar en algo esta carta abierta, aún más viniendo de una chica argentina pero estoy segura de que ignorar tanta propaganda, es permitir que se vaya creando un peligroso estado de opinión. Lo peor sería que algunas mentalidades comenzaran a vincular a Comunistas con el tan socorrido golpe blando. 

Este blog se defiende con sus propias ideas, pero era necesario alertar y decir unas cuantas verdades.

Por último, termino suscribiendo las consignas de Comunistas:

¡Viva la clase trabajadora cubana, argentina y mundial!

¡No a ningún tipo de restauración capitalista!

¡Hacia el Comunismo!

Algún lugar de Cuba, noche del 13 a la madrugada del 14 de enero, 2021

¡Apoyo total a las movilizaciones contra la autocracia de Lukashenko!

(Declaración del Buró Ejecutivo de la Cuarta Internacional)

1. A pesar de una represión extremadamente brutal (ya más de 12.000 detenciones, centenares de heridos y al menos cuatro muertos), la rebelión de masas de la población bielorusa está entrando en su novena semana extendiéndose socialmente y más allá de la capital, Minsk, sin lograr por el momento transformarse en una huelga general. Desde el fraude en los resultados de las elecciones presidenciales del 9 de agosto, en este país de 9,5 millones de habitants, ubicado entre la Unión Europea y Rusia, cada semana cientos de miles de manifestantes pacíficos, en particular mujeres, han estado exigiendo:

• La marcha de Lukashenko (quien organizó su investidura el 23 de septiembre en medio del mayor de los secretismos, bajo la protección del ejército y la policía, que bloquearon el centro de la ciudad);

• Elecciones libres y limpias;

• El fin de la violencia policial y la puesta en libertad de los presos politicos.

Esta impresionante movilización de la Resistencia popular ganó impulso tras las primeras manifestaciones posteriores al anuncio de los resultados oficiales de las elecciones se topó con el terror gubernamental. Pero sus raíces son más profundas: durante más de cinco años —en el contexto de la crisis ucraniana y de las sanciones contra Rusia— el deterioro económico y social del regimen autocrático de Lukashenko, su política neoliberal en el terreno laboral (incluida la substitución de los convenios colectivos por un sistema de contratos totalmente individualizados) y la persecución de los desempleados, la congelación salarial desde 2015, el aumento de la edad de jubilación, la negación de la dignidad de los trabajadores frente a la pandemia… La población bielorusa se ha levantado contra un régimen que trata a las gentes como mercancías de usar y tirar, esto es, los tortura y les miente acerca del coronavirus.

2. Tras alcanzar el poder en 1994 con un discurso populista, cuando la población se estaba movilizando contra las privatizaciones, Lukashenko formó un regimen autoritario para alcanzar la restauración capitalista. Es un sistema perculiar de capitalismo semiperiférico, en el que el poder politico y económico no se basan en lo esencial en el gran capital privado, sino en un aparato de Estado burocrático-paternalista del que Lukashenko constituye un símbolo (sin que le pertenezca). Pero destinando una parte substancial de los recursos estatales a mantener la industria, el sector agrario, las infraestructuras y la población, este régimen ha subordinado los elementos del capital privado a sus cargos públicos, limitando (a diferencia de Rusia) el crecimiento de las desigualdades. De ahí que sea la nomenklatura, entremezclándose con el capital privado, la que subyuga y explota a los trabajadores tanto desde el punto de vista económico, administrativo, politico y cultural-ideológico. Es este sistema el que entró en un un estancamiento creciente desde 2013 y que hoy se ha sumergido en una crisis multidimensional.

3. Proclamada a finales de los años 90, la Unión de Rusia y Bielorusia, que representó un intento de reintegración del espacio postsoviético durante la última década, finalmente se convirtió en una forma de dependencia económica del país en relación con Rusia mientras se mantenía la autonomía del régimen bieloruso. Quedó claro que la Rusia de Putin entiende la intergración de países postsoviéticos tan sólo como una oportunidad para la expansión del gran capital ruso y su papel clave en la privatización de antiguas empresas soviéticas. Para Lukashenko dicha integración, no sólo significaría la pérdida de control sobre la propiedad, sino también la pérdida del poder político, que habría pasado a los burógratas y a la alta gerencia rusa.

El modelo económico y político de Lukashenko en Bielorusia tenía que maniobrar constantemente entre la Unión Europea y Rusa para sobrevivir. De ahí que Occidente, a pesar de su incomodidad ante el autoritarismo de Lukashenko, le tenía en buena estima por su deseo de mantener su independencia de Rusia y su resistencia ante la expansión de bases militares rusas a Bielorusia. Este estatus neutral de Bielorusia permitió a Minsk convertirse en la principal plataforma para las negociaciones entre Rusia, Ucrania y la UE en 2014. Para Putin, por otro lado, Lukashenko seguía siendo un líder que jamás permitiría a su país un acercamiento a la OTAN y mantuvo buena parte de la economía bielorusa orientada hacia Rusia. Por consiguiente, Lukashenko no contaba con la confianza ni de Rusia ni de Occidente, pero a su vez les satisfacía al mantener la estabilidad de la posición actual de Bielorusia.

Las protestas de masas que se iniciaron en Bielorusia tras las elecciones presidenciales del 9 de agosto tienen, ante todo, causas internas. Durante los últimos años hemos visto como Lukashenko fracasaba totalmente en la resolución de esta crisis por sí solo y se volvía hacia Rusia en busca de ayuda. Asesores políticos y representantes de agencias especiales de seguridad rusas han llegado a Bielorusia y Putin ha expresado abiertamente su voluntad de mandar a la policía antidisturbios rusa para ayudar a Lukashenko. Ahora, si Lukashenko consigue mantenerse en el poder, su dependencia política de Rusia se va a incrementar dramáticamente y se volverá extremadamente impopular en su país.

Tras conversaciones recientes entre Putin y Lukashenko, se hizo evidente que Moscú ve la crisis en curso en Bielorusia como un modo de llevar adelante una transformación gradual desde arriba del modelo autoritario. Es una cuestión de modificaciones de fachada (reforma constitucional) con el objetivo de facilitar la privatización de las grandes empresas estatales bielorusas por parte del gran capital ruso. La UE en su conjunto está dispuesta a aceptar dicho modelo, ya que no puede ofrecer a Bielorusia ninguna alternativa distinta y teme provocar que Putin cree otro punto de conflicto (político y posiblemente militar) en Europa del Este.

En última instancia, tan sólo el pueblo que se ha levantado para protestar está interesado en una transformación y una democratización profunda del país.

4. Si bien tras las “elecciones” presidenciales de 2001, 2006, 2010 y 2015 —cuyos resultados siempre habían sido contestados por la oposición (según una declaración reciente por parte del presidente del Comité Ejecitivo Regional de Grodno, no hay “método alguno de recuento electoral”)— hubo protestas reprimidas, la nueva ola de movilizaciones se inició en 2017, cuando el régimen intentó imponer un nuevo impuesto por decreto a los desempleados, a los que se acusaba de “parasitismo”. No sólo en Minsk, sino también en ciudades de otras regiones, miles de manifestantes cantaban “¡No al decreto n.3. Fuera Lukashenko!”, forzando al régimen a substituir el impuesto por una reducción en las ayudas gubernamentales. Esto se reveló como el primer retroceso del régimen.

Cuando se inició la pandemia de la Covid 19, si bien Bielorusia tiene un sistema de salud pública superior al de muchos países desarrollados (5,2 médicos por cada 1000 habitantes, comparado con los 3,9 de la Eurozona y los 2,6 de Norteamérica), el sistema burocrático fue incapaz de adaptarse a la crisis. El régimen se refirió a la pandemia en términos de “neurosis”, fue incapaz de proveer equipo y suministros médicos para los trabajadores sanitarios y faltaban ambulancias, mientras que Lukashenko se refierió a la primera víctima mortal (un actor conocido) en los términos “pobre bastardo” que no podía “resistir”. Y el personal sanitario que se atrevía a hablar de la pandemia fue reprimido. Fue entonces cuando se inició la autoorganización de la población: la campaña porCovid19 fue capaz de suplir la incapacidad del Estado, proporcionando equipo y trabajadores voluntarios, creando una red de coordinación en cada región. El régimen osciló entonces entre la represión y la colaboración con dichos voluntarios, cuya iniciativa “puso de relieve la necesidad del cambio”, tal como señaló el coordinador de la campaña PorCovid19.

Temiendo que “vendrán a por mí con horquetas” (26 de abril de 2020), Lukashenko decidió advertir a sus principales oponentes liberales —Viktor Babaryko (director general de Belgazprombank), Valery Tsepkalo (antiguo embajador, primer ministro y administrador del Alto Parque Tecológico de Bielorusia) y Sergei Tikhanovsky (empresario, bloguero y administrador del conocido canal de YouTube Un país en el que vivir)— de que no se presentaran a las elecciones presidenciales. Como buen macho, creía que una mujer candidata sería “incapaz de cargar con esta responsabilidad y se hundiría” y obtuvo la validación de los centanes de miles de firmas, permitiendo a la mujer de Sergei, Svetlana Tikhanovskaya, que se presentara. Esta profesora, una mujer normal que decía no aspirar al poder, cuya imagen se correspondía con la de la mayoría de los votantes, apoyada por la esposa de Tsepkalo y directora de campaña de Babaryko, fue capaz de reunir decenas de miles de personas en sus mítines preelectorales en todo el país. Y su resultado oficial —10,9%— no podía ser admitido por nadie.

La represión extremadamente violenta de los primeros actos de protesta popular los días 9, 10 y 11 de agosto hicieron el resto: como dijo el sociólogo bieloruso Andrei Vardomatsky, “cuando alguien dispara a tu ventana, el conjunto del edificio lo ve”. Contra la injusticia y el terror, la extensión del movimiento de protesta fue inmediata: el régimen de Lukashenko ahora tan sólo es capaz de mantenerse gracias a las fuerzas represivas. ¿Cuánto puede uno reinar “sentándose sobre las bayonetas”?

5. Al responder con el terror, el régimen de Lukashenko intentó evitar concentraciones de manifestantes. De hecho, empujó a los manifestantes a concentrarse ante sus hogares, en los patios de sus edificios y en los pueblos de las afueras, multiplicando por consigueinte las protestas y promoviendo formas de autoorganización en torno a las relaciones vecinales —muy fuertes, puesto que el sistema burocrático de gestión de los edificios y los servicios sociales es deficiente y fuerza a los barrios a resolver por sí mismos problemas urgentes—. Con el papel de las redes sociales y los canales de internet —populares entre la gente joven y la principal fuente de información en un país en el que el régimen controla y censura los medios— el resultado ha sido la aparición de una gran red de protestas locales espontáneas que no tienen ningún centro y ninguna dirección clara, sino una “dirección fluida”: nada más ser represaliada una persona que aparezca como “líder”, otra ocupa su lugar con naturalidad a nivel local. Lo que caracteriza al movimiento es una gran creatividad, las gentes movilizadas inventan constantemente nuevas formas de control, de lucha pacífica, y todo ello circula, se expande y se enriquece a través de las redes sociales.

A partir del 10 de agosto los trabajadores se incorporaron a las movilizaciones en tanto que tales. Sanitarias (en su mayoría mujeres, doctoras y enfermeras) de los heridos tomaron las calles para protestar contra la tortura. Hubo paros en gran número de empresas (a veces con el apoyo de los propietarios en el sector privado) y, sobre todo, en al menos una docena de grandes empresas de propiedad estatal, conduciendo a concentraciones de trabajadores en las fábricas, a veces polémicas con los gerentes y con los representantes locales del régimen e incluso con Lukashenko (echado por los trabajadores de la Planta Automobilística de Minsk al grito de “fuera” el 17 de agosto), aparecieron comités de huelga, pero parece que en ningún lugar ha habido intentos de huelga con ocupación. Al contrario, los trabajadores salieron de las fábricas para manifestarse. Y con represión (a veces con despidos masivos en la Televisión estatal o el Teatro Nacional de Minsk, o amenazas de despido, detenciones seguidas de encarcelamientos de “líderes” reales o imaginarios), la debilidad o la ausencia de sindicatos reales, y a veces las “recomendaciones” de los directores de ir a la huelga de celo (esto es, trabajar  cumpliendo la normativa, de un modo invisible, atomizando a los trabajadores), el movimiento huelguístico retrocedió, los proletarios se disolvieron en un gran movimiento de protesta. Las fábricas no se han convertido en el centro de la revuelta y el proletariado (¿todavía?) no ha logrado afirmarse como clase en torno a sus propias reivindicaciones en el seno del movimiento democrático que lucha contra el régimen.

Frente a una represión brutal de los manifestantes, las mujeres en tanto que tales organizaron numerosas “cadenas solidarias”, ofreciendo flores a las fuerzas y desbordarlas con su masividad, muy pacíficamente, lo cual paralizó a este sector muy “macho” antes de que las autoridades ordenaran reprimir a las mujeres e incluso a sus hijos. En cualquier caso, las reivindicaciones de derechos para las mujeres (¿todavía?) no han aparecido en estas iniciativas.

6. Mientras los candidatos de la oposición a las presidenciales rechazados por el régimen (V. Babaryko, V. Tsepkalo y S. Tikhanovsky), así como Andrei Dmitriev (candidato por “Decir la verdad”, que oficialmente obtuvo el 1,21% de los votos) defendían programas económicos liberales, orientados en particular hacia la “libertad de empresa” del sector privado y la necesidad de “dejar de subvencionar a empresas deficitarias”, este tema prácticamente desapareció de la campaña presidencial de Svetlana Tikhanovskaya (sin ser rechazado por la candidata). Desde el 9 de agosto tampoco han aparecido en la revuelta contra el régimen. Los manifestantes tan sólo plantean las tres reivindicaciones democráticas.

Los partidos liberales de oposición, marginados desde 1994 y privados de cualquier representación significativa en las instituciones del régimen, son, de facto, muy débiles. Lo mismo sucede con los partidos que se dicen de izquierdas (a menudo con una mezcla de nostalgia por el viejo régimen del llamado “socialismo real”), reducidos a clubes de debate.

Finalmente, siendo obligatoria la afiliación sindical, el movimiento sindical oficial no tiene nada en común ni tan siquiera con el sindialismo altamente burocratizado, sino que actúa como una correa de transmisión para Lukashenko y posiblemente como un marco de ascenso social para sus cargos. Hay que subrayar la ruptura que supuso a este nivel la represión de las poderosas movilizaciones obreras y sindicales de principios de los años 90 en la misma época en la que puso fin a las terapias de shock neoliberales: las “protecciones sociales” de este capitalismo estatalista estaban orgánicamente ligadas a la atomización y a la supervisión burocrática de los trabajadores. Los sindicatos independientes —Como el Congreso Bieloruso de Sindicatos Democráticos (BKDP), afiliado a la Confederación Sindical Internacional— tolerado mientras que era a su vez reprimido, son muy débiles y no están muy presentes en las grandes empresas. La sociedad moldeada por Lukashenko es, por consiguiente, una sociedad atomizada. Esto es lo que ha cambiado en los últimos meses, especialmente desde el principio de la revuelta popular. Los llamamientos a la solidaridad con los trabajadores y el pueblo de Bielorusia desde las redes de la Confederación Europea de Sindicatos —especialmente desde la CGT (Francia), recientemente afialiada a la ETUC— marcan un posible punto de inflexión importante.

Independientemente de sus límites, estamos asistiendo a una intensa politización en el seno de este movimiento de masas, un aprendizaje de la autoorganización cívica que pone a la orden del día la aparición de una estructuración política totalmente nueva. Este movimiento por la democracia deberá construir, tarde o temprano, un proyecto de sociedad. Si logra “desembarazarse” de Lukashenko y su régimen burocrático se dividirá y quizás emerjan las condiciones para la cuestión de clase y de género y debates acerca de qué construir en su lugar. Entonces el papel de la clase trabajadora (cuyas huelgas incipientes forzaron a Lukaschenko, durante un tiempo, a limitar la represión, mostrando por consiguiente su poder), el papel de las mujeres (cuyas manifestaciones de los sábados sentaron las bases para la continuación de las manifestaciones de masas de los domingos) y las cuestiones ecológicas (Bielorusia ya ha conocido un grave inicio de cambio climático, conviertiéndose el sur del país en una zona esteparia cuando hace tan solo cincuenta años estaba cubierta de bosques pantanosos) estarán en el centro del debate.

7. De modo que las cuestiones democráticas, de salud, feministas, de clase y ambientales que alimentan la politización actual de la sociedad bielorusa permiten el surgimiento de un frente ecosocialista, la izquierda internacional (sindical, política, asociativa) debe ser capaz de desarrollar lazos de solidaridad concreta, desde abajo, con el movimiento democrático bieloruso en su conjunto.

La solidaridad no significa el alineamiento con tal o cual decisión de quienes hoy dicen simbolizar el movimiento: el consejo de coordinación en torno a Svetlana Tikhanovskaya (que la represión ha debilitado severamente) o los antiguos partidos políticos que se han incorporado al movimiento mientras callan acerca de su verdadero programa y objetivos —privatizaciones pro o antirusas, antisociales y antidemocráticas—. Este asunto está emergiendo cada vez más a la luz, en un momento en el que la situación económica se está deteriorando: será necesario oponerse tanto a la retórica pseudoproductiva de Lukashenko como a la retórica pseudodemocrática de sus oponentes.

La solidaridad significa una defensa democrática contra la represión, defensa de un derecho pluralista a la libertad de expresión y el apoyo a las manifestaciones y las huelgas que están teniendo lugar. Solidaridad también implica independencia de las maniobras de los gobiernos de otros países y del capital financiero internacional, que intentará sacar tajada de las movilizaciones de masas en Bielorusia.

¡Solidaridad internacional de los trabajadores con el movimiento democrático de Bielorusia!

¡Abajo Lukashenko y su régimen!

¡Elecciones libres en Bielorusia!

¡Libre autoorganización del debate sobre el futuro de Bielorusia!

¡Hacia una Bielorusia ecosocialista: ¡lazos internacionales entre sindicatos, movimientos de mujeres, la juventud y los trabajadores!

26 de septiembre de 2020