Zer gertatzen da Andaluzian? Bat-batean mundu guztia da andaluziarra?
FLOREN RAMÍREZ
En Andalucía estamos presenciando una especie de guerra de banderas que esconde una disputa por la hegemonía electoral y tiene lecturas que van mucho más allá del símbolo en sí mismo. No deja de ser una expresión un tanto peculiar de una cierta vuelta del andalucismo como referente para hacer política en Andalucía. La bandera andaluza, más allá de su uso por una parte de la izquierda más combativa y de su aparición en los actos oficiales, llevaba años guardada en un cajón. Ha sido la bandera de las luchas jornaleras y el símbolo para los restos de la generación que vivió de forma activa las manifestaciones del 4 de diciembre de 1977 y poco más. El PSOE se ha envuelto esporádicamente en ella cuando le ha interesado, y en los últimos años para intervenir de forma reaccionaria en el conflicto catalán. Fue Adelante Andalucía quien hace unos años comenzó a utilizar de forma habitual la simbología andaluza en una operación de rescate de un andalucismo que comenzaba a dar signos de vuelta a la vida entre una generación joven que se estaba interesando por él, y con el convencimiento de que la izquierda más contestataria debía tenerlo como uno de sus referentes ideológicos. Pero de pronto todo el mundo tira de bandera y las certezas se tambalean. La bandera andaluza siempre ha estado asociada en mayor o menor medida a la izquierda. La española ha sido el símbolo de la derecha, de los niños pijos, los toros, la Guardia Civil y la Legión. Pero algo se mueve ahora y no está claro que esto siga siendo así.
En la pasada legislatura autonómica el PP ya comenzaba a dar signos de haber entendido algo fundamental: que no es posible ser una fuerza mayoritaria de gobierno en Andalucía si el partido en cuestión no es percibido como andaluz, como defensor de los intereses de Andalucía. El PSOE ya supo leer esto hace años y repitió gobierno tras gobierno en la Junta de Andalucía en gran parte porque consiguió situarse como el partido andaluz por antonomasia. El PP está jugando en este campo a ser lo que fue el PSOE, a construirse en el imaginario colectivo como máximo defensor de Andalucía y de sus intereses.
Como decía, en la pasada legislatura (en la que recordemos que el PP realmente no había ganado las elecciones y gobernaba con el apoyo de VOX) ya comenzamos a ver un cambio de tendencia en este partido, tendencia claramente construida por una dirección y un político, Moreno Bonilla, que podemos definir de muchas maneras, pero no precisamente como político torpe. De pronto el partido de la estanquera, el partido que se envolvía en la rojigualda en cualquier aparición, muta. Y comenzamos a ver a los consejeros del gobierno andaluz haciendo sus comparecencias públicas con la mascarilla de la bandera andaluza. En los mítines y actos públicos la bandera española empieza a ser una rara avis y es sustituida de forma masiva por la verdiblanca. Todo esto se acompaña de un discurso y formas moderados y una imagen de candidato amable, suavón en una definición más andaluza. Supieron leer que un partido que transmita imagen de españolista y rancio en sus formas y discurso jamás ganaría unas elecciones en Andalucía de la forma aplastante en la que lo han hecho ellos. Ganaron, y mucho me temo que, dado el panorama, si siguen `por este camino tendremos PP para rato en Andalucía.
Entre los últimos acontecimientos podemos destacar la exhumación de los restos de Queipo de Llano de la basílica de la Macarena en Sevilla. Hemos visto cómo el portavoz del gobierno andaluz se pronunciaba en el sentido de que la ley estaba para cumplirla y que, como lo que se había hecho era cumplir la ley, no tenían nada que decir. Declaraciones que contrastan claramente con las de Feijóo que fueron en el sentido tradicional del PP de “dejemos a los muertos en paz”.
¿De la última victoria electoral del PP podemos concluir que el electorado andaluz ha virado a la derecha ideológicamente? Creo que precisamente el inteligente cambio del PP, que hemos definido someramente antes, nos indica que esto no es así, al menos que no está nada claro en estos momentos. Pero eso sería tema para otro artículo y sobrepasa el tema central aquí.
Aparte del giro enunciado antes en cuanto a imagen de moderación que huye del conservadurismo rancio tradicional del PP, por cierto muy en la escuela de Javier Arenas a la cual pertenece Moreno Bonilla y otros políticos de esa generación en el PP andaluz, lo que más me interesa en este caso es centrarme en el giro regionalista del PP y las lecturas que podemos sacar de ahí.
Hace unos días presenciamos una aparición pública del presidente de la Junta con el histórico del andalucismo (histórico y nefasto, diría yo) Alejandro Rojas Marcos en el que Bonilla reivindicaba la necesidad de “un poder andaluz que influya en Madrid[01]. Ya antes le habíamos visto reivindicar un “nuevo andalucismo orgulloso” en su toma de posesión como presidente de la Junta[02]. Y ha seguido esta estela declarando oficialmente el 4 de diciembre como el día de la bandera, poniendo sobre la mesa una fecha que por combativa y reivindicada ha estado en el cajón de todos los anteriores gobiernos de la Junta. Por supuesto que no le da a la fecha el significado que le damos desde el andalucismo de izquierdas. Eso sería ya pedir peras al olmo, pero este movimiento incide en el acercamiento a ese carácter andalucista del que quiere imbuir a su partido con el convencimiento de los réditos que le puede dar.
Hay movimiento alrededor del andalucismo y de la bandera andaluza. Nadie excepto VOX parece querer quedarse atrás. Que todo esto que estamos viendo en el PP, pero también en el PSOE o en Por Andalucía en una especie de carrera por colgarse la chapa, sea andalucismo o un mero regionalismo vacío de contenido es otra cosa. Pero lo que sí parece claro es que todo el mundo está nervioso con esto y que es el PP el que va en cabeza de carrera. Todos estos movimientos y nerviosismos en cierto modo vienen también a darnos la razón a quienes llevamos tiempo defendiendo que el sentimiento andalucista no está muerto y que, aunque muchas veces se confunde con lo español (ya hemos argumentado en otros artículos los motivos de esta confusión), es algo con lo que hay que contar para hacer política en Andalucía.
En Adelante Andalucía se entendió claramente el papel central del andalucismo para hacer política de izquierdas aquí y su relación directa con el conflicto de clase. Un andalucismo reivindicativo y combativo que entronca con las mejores tradiciones de lucha en Andalucía. Los acontecimientos descritos anteriormente alrededor de la reivindicación andalucista a la que todo el mundo se quiere sumar indican que debe ser también un andalucismo cargado de ideología y que huya de lo superficial. Hay algunas tendencias peligrosas al respecto que me gustaría señalar desde dentro del proyecto y a sabiendas de los grandes esfuerzos que hemos hecho en el último año, de que estamos casi comenzando el camino y que por lo tanto queda mucho por recorrer y mucho espacio para reflexionar y corregir si se da el caso.
En Adelante Andalucía se empieza a observar una cierta tendencia a la reivindicación andaluza fácil que por fácil se vacía de contenido. La presión mediática, la inmediatez y las prisas electorales posiblemente tienen mucho que ver en esto. Es necesario que nos paremos un poco y carguemos de significado nuestro programa, que tomemos un poco de aire y aprendamos a respirar en un entorno hostil que tiende a sacarnos del camino marcado. Deslizarnos hacia reivindicaciones del tipo “más Andalucía en Madrid”, “combatir la invisibilidad de Andalucía” “o más fondos para Andalucía” acabamos de ver que tiene el peligro de que son perfectamente asumibles y utilizadas por la derecha sin despeinarse siquiera. Y esto es precisamente porque están muy vacías de contenido ideológico, vamos, que sirven para un roto y para un descosido tirando del saber popular. Para construir y levantar una organización como Adelante Andalucía que además de andalucista pretende, según su propia definición, ser anticapitalista, feminista y ecologista estamos obligadas a afinar, profundizar y cargar más de contenido el discurso. Y esto aunque solo sea por pura supervivencia y distinción del proyecto. El tema es que no somos andalucistas sin más, en realidad algunos dudamos de que pueda existir un andalucismo sin más.
Debido al desarrollo socioeconómico de Andalucía en siglos anteriores y a la configuración de clases e intereses de clase que terminó fijándose a partir de ahí, el andalucismo en los momentos en los que ha tenido una potencia transformadora ha estado encabezado y protagonizado por las clases populares. No ha habido una burguesía andaluza andalucista porque ello iría en detrimento de sus intereses de clase; realmente, ahora incluso es muy dudoso ni tan siquiera que exista burguesía andaluza como tal. Es en los intereses de clase en los que piensa Adelante cuando se define andalucista, anticapitalista, feminista y ecologista y no en una especie de andalucismo sin definición ideológica. Es en esto en lo que estamos obligadas a profundizar y tenemos que hacer un esfuerzo por transmitirlo adecuadamente aun cuando nos resulte más complicado.
Estamos muy equivocados si pensamos que discursos como los de defender Andalucía en Madrid nos van a dar más votos. Pienso que ni tan siquiera van a servir para esto porque para recoger esos votos ya va a estar el PP. No pienso que el proyecto de Adelante tenga confusión ideológica al respecto, ya que al menos en todos sus documentos la definición programática de clase está bien recogida. El problema parece ser más de falta de desarrollo práctico de lo aprobado. Y es precisamente por ahí por donde deberíamos profundizar.
Tenemos que preguntarnos sobre qué Andalucía queremos defender en Madrid, porque Andalucía en abstracto no puede ser sin caer en el populismo nacionalista. También sobre cuáles son los fondos que queremos para Andalucía, porque entiendo que los Next Generation, tal y como están planteados, van a servir de poco a las clases populares andaluzas y mucho a las grandes corporaciones empresariales. Y a través de preguntas como estas armar un debate programático que nos fortalezca frente al riesgo de diluirnos en la marea regionalista andaluza que parece comenzar a apoderarse del panorama político.
Trato de llamar la atención sobre los riesgos y peligros a los que parece enfrentarse Adelante Andalucía dentro de un panorama político que tiende a intentar resignificar el andalucismo vaciándolo de contenido de clase y poniéndolo al servicio de futuras contiendas electorales. Por supuesto, como he dicho antes, desde dentro del proyecto y a sabiendas de los grandes pasos que hemos dado en el último año y del esfuerzo que han supuesto.
Floren Ramírez es miembro de Adelante Andalucía y militante de Anticapitalistas Andalucía.
Floren Ramirez
2022KO AZAROAREN 12AN |
Zer gertatzen da Andaluzian? Bat-batean mundu guztia da andaluziarra?
Aurreko legegintzaldi autonomikoan, PP hasia zen oinarrizko zerbait ulertu izanaren zantzuak ematen: ezinezkoa dela Andaluziako gobernuaren gehiengoa izatea, baldin eta alderdi hori ez bada andaluziartzat hartzen, Andaluziaren interesen defendatzailetzat. PSOEk hori irakurtzen jakin zuen duela urte batzuk, eta Andaluziako Juntako gobernua errepikatu zuen, hein handi batean, Andaluziako alderdi nagusia izatea lortu zuelako. PP alor honetan PSOE izan zena izatera jolasten ari da, Andaluziaren eta bere interesen defendatzaile nagusi gisa iruditeria kolektiboan eraikitzera.
Esan bezala, aurreko legegintzaldian (gogora dezagun PPk ez zituela hauteskundeak irabazi eta VOXen babesarekin gobernatzen zuela) hasi ginen joera aldatzen alderdi horretan, eta joera hori argi eta garbi eraiki zuten zuzendaritza batek eta politikari batek, Moreno Bonillak, modu askotan defini dezakegu, baina ez, hain zuzen, politikari trakets gisa. Halako batean, urmaelaren partidua, edozein agerpenetan gorri-berdean biltzen zen partidua, muturtu egiten zen. Eta Andaluziako Gobernuko kontseilariak ikusten hasi ginen agerraldi publikoak egiten Andaluziako banderaren maskararekin. Mitinetan eta ekitaldi publikoetan, Espainiako bandera rara avis bat izaten hasten da, eta modu masiboan ordezten du berdizuriak. Horrekin batera, diskurtso eta forma moderatuak daude, eta hautagai adeitsuaren irudia, leuna eta andaluziarragoa. Irakurtzen jakin zuten bere forma eta diskurtsoan espainolista eta zaharkituaren irudia transmititzen duen alderdi batek ez zituela inoiz irabaziko Andaluziako hauteskundeak haiek egin duten modu izugarrian. Irabazi egin zuten, eta beldur naiz, egoera ikusita, bide honetatik jarraitzen badute PP izango dugula Andaluzian.
Azken gertakarien artean, aipatzekoa da Queipo de Llanoren gorpuzkiak Sevillako Macarena basilikatik atera izana. Ikusi dugunez, Andaluziako gobernuaren bozeramaileak esan zuen legea betetzeko zegoela, eta legea betearazi zenez, ez zutela ezer esateko. Adierazpen horiek argi eta garbi kontrastatzen dute Feijooren adierazpenekin, PPren zentzu tradizionalean hildakoak bakean uzteko izan baitziren.
PPren azken hauteskunde-garaipenetik ondoriozta dezakegu hautesle andaluziarrek eskuinera egin dutela ideologikoki? Uste dut, hain zuzen ere, PPren aldaketa adimentsuak, lehen azaletik definitu dugunak, adierazten digula hori ez dela horrela, une honetan, behintzat, ez dagoela batere argi. Baina hori beste artikulu baterako gaia izango litzateke eta gai nagusia gainditzen du hemen.
PPren kontserbadorismo zahar tradizionaletik ihes egiten duen moderazio-irudiari buruz lehen adierazitako biraketaz gain, Javier Arenasen eskolan, Moreno Bonilla eta belaunaldi horretako beste politikari batzuk Andaluziako PPn kide diren eskolan, kasu honetan gehien interesatzen zaidana PPren aldaketa erregionalistari eta hortik atera ditzakegun irakurketei erreparatzea da.
Duela egun batzuk, Juntako presidentearen agerpen publiko bat ikusi genuen, Alejandro Rojas Marcos andaluziarraren historikoarekin (historikoa eta negargarria, esango nuke). Bertan, Bonillak Madrilen eragina izango zuen botere andaluziar baten beharra aldarrikatzen zuen [01]. Lehenago ere ikusi genuen andaluziar berri harro bat aldarrikatzen, Juntako presidente kargua hartu zuenean [02]. Eta bide horri jarraitu dio abenduaren 4a ofizialki banderaren eguna dela esanez, eta mahai gainean data bat jarriz, borrokalaria eta aldarrikatua izateagatik Batzordearen aurreko gobernu guztien tiraderan egon dena. Jakina, datari ez dio ematen ezkerreko andaluzismotik ematen diogun esanahia. Hori zumarrari udareak eskatzea izango litzateke, baina mugimendu horrek izaera andaluzista horretara hurbiltzea azpimarratzen du, bere alderdiari eman diezazkiokeen etekinen konbentzimenduarekin eragin nahi baitio.
Mugimendua dago andaluzismoaren eta Andaluziako banderaren inguruan. VOXek izan ezik, inork ez du atzean geratu nahi. PPn ikusten ari garen hori guztia, baina baita PSOEn edo Por Andalucian ere, txapa zintzilikatzeko lasterketa moduko batean, dela andaluzismoa, dela edukirik gabeko erregionalismo hutsa, beste gauza bat da. Baina argi dirudi mundu guztia urduri dagoela honekin eta PP dela lasterketa buruan doana. Mugimendu eta urduritasun horiek guztiek arrazoia ematen digute, nolabait, andaluziar sentimendua hilda ez dagoela defendatzen denbora daramagunoi, eta, nahiz eta askotan espainolarekin nahasten den (beste artikulu batzuetan argudiatu ditugu nahasmen horren arrazoiak), horrekin kontatu behar da Andaluzian politika egiteko.
Aurrerantzean, Andaluziak argi eta garbi ulertu zuen andaluzismoaren eginkizun nagusia hemen ezkerreko politika egiteko eta klase-gatazkarekin duen harreman zuzena. Andaluzian borroka tradizio onenekin bat egiten duen errebindikazio eta borrokarako andaluzismoa. Mundu guztiak batu nahi duen aldarrikapen andaluziarraren inguruan deskribatutako gertaerek adierazten dute ideologiaz betetako eta azalekotik ihes egiten duen andaluzismoa ere izan behar duela. Badira joera arriskutsu batzuk, proiektuaren barruan aipatu nahi nituzkeenak, azken urtean egin ditugun ahalegin handiak kontuan hartuta; izan ere, ia hasi gara bidea egiten, eta, beraz, asko dago egiteko, eta leku asko dago hausnartzeko eta zuzentzeko, hala badagokio.
Aurrerantzean, Andaluzian Andaluziako errebindikazio errazerako joera antzematen hasi zen, eta, erraza izanagatik, edukiz hustu zen. Presio mediatikoak, berehalakotasunak eta hauteskundeetako presek zerikusi handia izan dezakete horretan. Pixka bat gelditu eta gure programa esanahiz bete behar dugu, arnasa hartu eta arnasa hartzen ikasi behar dugu, markatutako bidetik ateratzeko joera duen ingurune etsai batean. Madrilen Andaluzia eta Andaluzia bezalako aldarrikapenetara lerratzea, Andaluziaren ikusezintasunari aurre egitea “edo Andaluziarako funts gehiagotara lerratzea, ikusi berri dugunez, arriskua dago horiek guztiz onargarriak direla eta eskuinak erabiltzen dituela, mespretxatu ere egin gabe. Eta hau aurrea da.Eta hori, hain zuzen ere, eduki ideologikoz oso hutsik daudelako da, tira, herri-jakintzari tiraka puskatzeko eta jostura kentzeko balio baitute. Adelante Andalucía bezalako erakunde bat eraiki eta eraikitzeko, zeinak, bere definizioaren arabera, andaluzista izateaz gain, antikapitalista, feminista eta ekologista izan nahi duen, diskurtsoa findu, sakondu eta edukiz gehiago kargatzera behartuta gaude. Eta hori proiektuaren biziraupen eta bereizketa hutsagatik baino ez bada ere. Kontua da ez garela andaluziarrak besterik gabe; egia esan, batzuek zalantzan jartzen dugu andaluzismoa besterik gabe existitu daitekeenik.
Andaluziak aurreko mendeetan izan zuen garapen sozioekonomikoa eta klase-klase eta -interesen konfigurazioa zirela eta, hortik aurrera finkatu zen, eta andaluzismoa, potentzia eraldatzailea izan duen uneetan, klase herrikoiak izan dira buru eta protagonista. Ez da andaluziar burgesia andaluziarrik egon, hori bere klase-interesen kalterako izango litzatekeelako; benetan, orain oso zalantzazkoa ere bada, ezta Andaluziako burgesiarik dagoenik ere. Aurrerak pentsatzen duen klase-interesetan definitzen du bere burua andaluzista, antikapitalista, feminista eta ekologista, eta ez definizio ideologikorik gabeko halako andaluzismo batean. Horretan sakondu behar dugu, eta hori behar bezala transmititzeko ahalegina egin behar dugu, are zailagoa gertatzen zaigunean ere.
Oso oker gaude Andaluzia Madrilen defendatzea bezalako diskurtsoek boto gehiago emango dizkigutela pentsatzen badugu. Uste dut horretarako ere ez dutela balioko, boto horiek jasotzeko PP egongo baita. Ez dut uste Aurrerako proiektuak horren inguruko nahasmen ideologikorik duenik, bere dokumentu guztietan behintzat klasearen definizio programatikoa ondo jasota baitago. Arazoa, antza, onartutakoaren garapen praktikorik eza da. Eta, hain zuzen ere, hortik sakondu beharko genuke.
Geure buruari galdetu behar diogu zer defendatu nahi dugun Andaluzian Madrilen, Andaluzia, abstraktuan, ezin baita izan populismo nazionalistan erori gabe. Baita Andaluziarako nahi ditugun funtsak zeintzuk diren ere, uste baitut Next Generationek, planteatuta dauden bezala, ezer gutxirako balioko dietela Andaluziako herri-klaseei eta asko enpresa-korporazio handiei. Eta honelako galderen bidez eztabaida programatiko bat sortzea, panorama politikoaz jabetzen hasi dela dirudien Andaluziako marea erregionalistan diluitzeko arriskuaren aurrean sendotuko gaituena.
Aurrera Andaluziak aurrean dituen arrisku eta arriskuei buruz ohartarazten saiatzen naiz, panorama politiko baten barruan. Panorama horrek andaluzismoa etsitzen saiatzen da, klase-edukiz hustuz eta etorkizuneko hauteskunde-borroken zerbitzura jarriz. Jakina, lehen esan dudan bezala, proiektuaren barrutik eta azken urtean egin ditugun urrats handiak eta egin duten ahalegina jakind
Floren Ramirez Adelante Andaluciako kidea da, eta Andaluziako antikapitalisten militantea.
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