Anticapitalistas ante la escalada bélica el en el Sahara: con el pueblo saharaui, por su derecho de autodeterminación y el fin de la ocupación

 

Comunicado de Anticapitalistas

La situación que se está viviendo en estos días en el Sahara Occidental es de una enorme gravedad y supone un salto cualitativo y un hecho histórico ante el que no podemos permanecer impasibles.

En estos 45 años, Marruecos no ha cumplido en ningún momento con los Acuerdos de Paz y los Derechos Humanos. La ocupación ilegal del territorio, el bloqueo a la celebración del referéndum, las violaciones de Derechos Humanos contra la población saharaui y el expolio de sus recursos naturales son buena muestra de ello. Desde hace tres años, a estos incumplimientos se suman las obras de una carretera que cruza el paso del Guerguerat, incumpliendo una vez más los acuerdos de 1991, con la intención clara de exportar las mercancías fruto del expolio del territorio ocupado.

Activistas y población civil saharaui protestaban pacíficamente desde hacía tres semanas en dicho paso cuando el ejército de Marruecos les atacó, a lo cual respondió legítimamente el Ejército de Liberación Popular Saharaui para proteger a sus ciudadanos. Esto supone de facto el mayor acto bélico por parte de Marruecos desde el alto el fuego.

Desde Anticapitalistas, mostramos nuestra más enérgica condena este nuevo ataque a los Derechos Humanos y de ruptura del alto el fuego por parte del régimen marroquí, así como reconocemos el derecho del pueblo saharaui y del Frente Polisario, como sus representantes, a la legítima defensa de su población, de su territorio y del derecho de autodeterminación, al que le asiste toda la legalidad internacional y los Acuerdos de Paz.

España no es un agente neutral en este conflicto. España es responsable político de la situación y es además la potencia administradora del Sahara Occidental, como así ha reconocido la ONU. Por tanto, el gobierno español no puede seguir manteniendo una falsa impostura de neutralidad ante la situación de los últimos días. El comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores apelando a que la ONU garantice el respeto del alto el fuego mientras se lleva casi treinta años obviando e incumpliendo el compromiso de realizar un referéndum de autodeterminación como recoge los acuerdos de 1991, es un posicionamiento que de facto le sitúa con el régimen marroquí y contra el derecho internacional.

Esto se suma a otras acciones de este gobierno que en menos de un año ha dejado claro su posicionamiento con el régimen marroquí, siguiendo la tónica de los diferentes gobiernos españoles en los últimos cuarenta y cinco años desde los llamados acuerdos de Madrid. El regalo de material policial, a través de una fundación del MAEC, al régimen marroquí o las visitas de la Ministra a Rabat en plena polémica por la soberanía de las aguas saharauis son una muestra de ello.

En momentos como estos es donde se debería de notar la presencia de ministros de UP, forzando al gobierno a dar pasos para dejar de ser un problema como hasta ahora y convertirse en parte de la solución al problema político en el Sahara. Pero por el contrario, tanto Podemos como IU y sus ministros se han conformado con declaraciones genéricas que no condenan el ataque marroquí al pueblo saharaui. Por ello exigimos al Gobierno español la condena inmediata de la ruptura del alto el fuego por parte de Marruecos, que asuma su papel como potencia formalmente administradora del territorio y se garantice el respeto de los derechos humanos, sociales y económicos del pueblo saharaui como un paso previo a asegurar una solución justa, pacífica, democrática y duradera a este conflicto que pasa ineludiblemente por el respeto al derecho a la libre determinación del pueblo saharaui.

La imposibilidad de alcanzar una solución pacífica y, por ende, el retorno a un conflicto armado es hoy en día un escenario demasiado plausible. En caso de que se produzca las responsabilidades habrá que buscarlas entre quienes no han hecho nada o directamente han puesto palos en las ruedas de un proceso de descolonización incompleto que todavía tiene un referéndum y muchas deudas pendientes. Y que nadie se escude en una comunidad internacional sin nombres y apellidos.

Desde Anticapitalistas reiteramos nuestro compromiso con el derecho de autodeterminación del Pueblo Saharaui y trabajaremos en las próximas semanas, junto al movimiento solidario y al Frente Polisario, en organizar una respuesta ciudadana en nuestro país que presione al Gobierno para cambiar su posición y acabar con el apoyo histórico que todos los gobiernos hasta la fecha, sin excepción, han brindado al régimen marroquí y la ocupación.

COMUNICADO Movimiento Sahara Euskadi

Movimiento Sahara Euskadi junto con la Delegación del Frente Polisario para Euskadi, evidenciando su preocupación por la situación en territorio saharaui, decide unir sus fuerzas y actuar de manera conjunta mediante este comunicado, comenzando así un proceso de adhesiones que se hará público el sábado 21 de noviembre.

En el día de ayer, viernes 13 de noviembre de 2020, las Fuerzas Armadas marroquíes violaron deliberadamente el Acuerdo de Alto el Fuego, vigente desde 1991, entre las dos partes en conflicto. El Reino de Marruecos envió fuerzas militares a través de tres brechas al este del paso ilegal de Guerguerat hacia los civiles saharauis que se manifestaban desde hace cuatro semanas en la zona.

Movilización que denuncia la apertura de la brecha ilegal del Guerguerat, abierta por Marruecos en el año 2001, violando así el Derecho Internacional. Tal y como Naciones Unidas recoge en el Acuerdo de Paz (1988) y los acuerdos militares entre Marruecos y el Frente Polisario se prohíbe la apertura de pasos en el muro militar marroquí.

Ante la ofensiva de las fuerzas marroquíes, siendo esta una ruptura del alto al fuego, el Frente Polisario actuó en legítima defensa para proteger a la población civil saharaui. Esta agresión dió comienzo una serie de enfrentamientos a lo largo del muro marroquí, declarándose así una guerra que se reaviva tras 29 años.

Desde el movimiento de solidaridad vasco:

  • REAFIRMAMOS, nuestra solidaridad inequívoca con la lucha del pueblo saharaui y el Frente Polisario, su representante legítimo.
  • RESPONSABILIZAMOS, al Reino Marroquí de la violación del Alto al Fuego de 1991 y como único responsable de la inestabilidad que se ha generado y que se puede extender a toda la región del
  • SEÑALAMOS, a la MINURSO y las Naciones Unidas por su incapacidad de mantener la seguridad en la zona y no proteger a los y las ciudadanas saharauis que se manifestaban pacíficamente hasta el 13 de noviembre, así como su inacción a lo largo de los últimos 45 años.
  • EXIGIMOS, al Gobierno español que asuma su responsabilidad respecto al último territorio no autónomo del continente africano pendiente de descolonización y lidere, junto a la MINURSO, la celebración inmediata de un referéndum que reconozca el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

Como movimiento de solidaridad constatamos que el pueblo saharaui es un pueblo que aspira a la paz y al diálogo para la búsqueda de una solución a su legítima causa. Esta es una nueva guerra que se le impone a un pueblo cansado, frustrado y hastiado, que ha sufrido un sinfín de promesas incumplidas durante estos 45 años. Lo acontecido estos días no es sino muestra de un compromiso no respetado y la indiferencia de la comunidad internacional ante las reiteradas vulneraciones del Reino de Marruecos a los Acuerdos y el Derecho Internacional. Marruecos y sus valedores han confundido el compromiso del pueblo saharaui con las vías de solución pacíficas con debilidad.

El pueblo vasco ha sido y sigue siendo un pueblo solidario con la justa causa del pueblo saharaui. Y una vez más, esperamos que esté de nuestro lado y para eso les invitamos a estar atentas a las movilizaciones que se van a organizar en los próximos días en los diferentes pueblos y capitales de Euskadi.

 

Fdo. Movimiento Sahara Euskadi               Delegación del Frente Polisario para Euskadi

M.Limam Mohamed Ali

KOMUNIKATUA Sahara Euskadi mugimenduak

Sahara Euskadi mugimenduak, Euskadiko Fronte Polisarioaren Ordezkaritzarekin batera, saharar lurraldearen egoerarekin kezkatuta, komunikatu honen bidez indarrak batu eta elkarrekin jardutea erabaki du. Horrela, atxikimendu-prozesu bati ekin zaio eta azaroaren 21ean, larunbata, emango da ezagutzera.

Atzo, azaroaren 13an (ostirala), Marokoko Indar Armatuek nahita urratu zuten 1991tik indarrean zegoen eta gatazkan dauden bi aldeek adostutako Su-Eten Akordioa. Marokoko Erresumak indar militarrak bidali zituen Guerguerateko legez kanpoko pasabidearen ekialdera, hiru arrailen bidez, duela lau astetik bertan manifestazioak egiten ari ziren zibil sahararrengana.

Mobilizazio horiek 2001ean Marokok Guerguerat-en legez kanpoko arrakala ireki zuela salatzen zuten, Nazioarteko Zuzenbidea urratuz. Nazio Batuen oniritzia duen Bake Akordioan (1988) eta Marokoren eta Fronte Polisarioaren arteko akordio militarretan jasotzen den bezala, Marokoko harresi militarrean ezin da pasabiderik ireki.

Marokoko indarren erasoaldiaren aurrean, su-etenaren haustura izanik, Fronte Polisarioak bidezko defentsa egin zuen saharar biztanleria zibila babesteko. Eraso honek Marokoko harresian zehar liskar batzuk hasi zituen, 29 urteren ondoren berpiztu zen gerra bat deklaratuz.

Euskal elkartasun-mugimendutik:

  • Herri sahararrarekiko eta haren legezko ordezkari den Fronte POLISARIOarekiko zalantzarik gabeko elkartasuna berresten
  • Marokoko Erresumari egozten diogu 1991ko Su-Etena apurtu izana, eta eremuan sortu den eta Magrebeko eskualde osora zabal daitekeen ezegonkortasunarekiko erantzukizuna
  • MINURSO eta Nazio Batuak inguru horretan segurtasuna mantentzeko eta azaroaren 13ra arte modu baketsuan manifestatzen ziren saharar herritarrak ez dutela.
  • Espainiako Gobernuari eskatzen diogu bere gain har dezala deskolonizatzeke dagoen Afrikako azken lurralde ez-autonomoarekiko erantzukizuna, eta gida dezala, MINURSOrekin batera, saharar herriaren autodeterminazio-eskubidea aitortzen duen erreferenduma berehala egiteko

Elkartasun mugimendu gisa, herri sahararra bere kausa legitimoari irtenbidea bilatzeko bakea eta elkarrizketa nahi dituen herria dela azpimarratzen dugu. Herri nekatu, zapuztu eta gogaitu bati ezartzen zaion guda berri bat da hau, 45 urte hauetan bete gabeko hamaika promesa jasan behar izan dituena. Egun hauetan gertatutakoa, errespetatu gabeko konpromisoen eta Marokoko Erresumak Akordioei eta Nazioarteko Zuzenbideari, behin eta berriz, eragindako urraketen aurrean, nazioarteko komunitateak duen axolagabekeriaren erakusgarri besterik ez da. Marokok eta bere laguntzaileek saharar herriaren bakearekiko eta konponbide baketsuarekiko konpromisoa ahuleziarekin nahasi dute.

Euskal Herria herri solidarioa izan da beti saharar herriarekin eta bere borrokarekin. Beste behin ere, gurekin egotea espero dugu eta, horretarako, datozen egunetan Euskadiko herri eta hiriburuetan antolatuko diren mobilizazioei adi egoteko gonbita egiten dizuegu.

Sahara-Euskadi mugimendua                     Euskadirako Fronte Polisarioaren Ordezkaria

M.Limam Mohamed Ali

Huelga en las subcontratas de Osakidetza

El personal subcontratado de osakidetza de Limpieza, Transporte Sanitario y Restauración convocan huelga y llaman a las plantillas a movilizarse.

ELA, LAB, CCOO, UGT y ESK en representación de las plantillas que prestan sus servicios en las subcontratas de osakidetza en labores de Limpieza, Transporte Sanitario y Restauración Colectiva han convocado 3 días de huelga. La convocatoria será para el día 29 de octubre en el territorio de Araba, el 5 de noviembre en Gipuzkoa y el 12 de noviembre en Bizkaia.

Exigencias de la plantilla

La plantilla quiere denunciar con esta convocatoria la falta de personal, la no cobertura de vacantes y no sustitución de I.Ts y vacaciones, falta de medidas de seguridad y en algunos colectivos precarias condiciones salariales. Un déficit estructural que se recrudece en una situación de pandemia como la que nos está tocando vivir.

Exigimos a Osakidetza y al Gobierno Vasco que asuma su responsabilidad, que de marcha atrás en las decisiones de privatización de estos servicios y que lo asuma de manera directa, manteniendo los puestos de trabajo actuales e incrementando las plantillas, homologando nuestras condiciones económicas y sociales y que prescinda de empresas intermediarias que maximizan su beneficio a costa de precarizar las condiciones laborales y de deteriorar un servicio tan esencial como es la salud de la ciudadanía.

Huelgas y movilizaciones

Llamamos a participar en las convocatorias de huelga y en las concentraciones en los días previos que realizaremos en los centros de trabajo de los tres territorios.

Dichas concentraciones se celebrarán el 28 de octubre en Gipuzkoa y Bizkaia; el 4 de noviembre en Araba y Bizkaia y el 11 de noviembre en Gipuzkoa y Araba.

Las trabajadoras y trabajadores de las subcontratas de Osakidetza también, hasta aquí hemos llegado! A la huelga!

Denunciamos la falta de personal, que no se cubren las vacantes-bajas-vacaciones, falta de seguridad y condiciones precarias. Huelgas el 29 de octubre en Araba, el 5 de noviembre en Gipuzkoa y el 12 de noviembre en Bizkaia.

ELAk igande eta jaiegunetan irekitzearen aurka dauden eragile guztiak batera mobilizatzeko deia egin du

( TOMADO DE https://www.ela.eus/)
2021. urtea atzerapauso larria izango da igande eta jaiegunetako merkataritza-irekierei dagokienez; izan ere, CENen hori adostu zen eta Nafarroako Gobernuak ontzat eman du aurten arte ohikoa zena baino jaiegun bat gehiago irekitzea. Ohiko «interes komertzialeko» 5 jaiegunez gain, uztaileko lehen igandean beste seigarren jaiegun bat gehitu da.

ELAk Nafarroako Gobernuak gai honetan jokatzen duen papera salatzen du. Aurten ere patronalaren notario lanak egin ditu: CENek erabakitzen du zenbat igande eta jaiegun ireki, eta Nafarroako Gobernuak baimena ematen du sindikatuekin inolako kontrasterik ere egin gabe.

ELAk Nafarroako Gobernuari exijitzen dio ez dezala Estatuko lege-esparrura jo bere jarrera zuritzeko. Gobernuak argitu behar du igandeetan eta jaiegunetan irekitzearen alde dagoen ala ez. Hau da, azalera handiei bakarrik mesede egiten dien eta merkataritzan lan egiten dutenen lan-baldintzen eta kontziliazioaren kaltetan dagoen neurri honen alde dagoen. Aurka badago, ez da ulergarria araudiaren aldaketa ez eskatzea eta Nafarroak gai horretan dituen eskumenak erabiltzea.

Merkataritza sektorean, langile bakoitzak 270 egun baino gehiago lan egiten dituzte urtean, eta asteko atseden-egun bakarra izaten dute. Erabaki hauekin, lan-egutegi arrazionalagoetara bideratu beharrean, enpresa-erabakiak ontzat ematen ari da Gobernua.

ELAk dei egin die igandeetan eta jaiegunetan irekitzearen aurka daudela dioten enpresariei, euren aliantzak berrikus ditzaten. Agente horien interesa 0 irekieretarantz bideratzea bada, igande eta jaiegun guztiak irekiko luketenekin aliatzea (baimena duten lekuetan hala egiten dutelako), ez dirudi egokiena.

Irekiera horiek benetan murrizteko, ezinbestekoa da enpresa handiak ixtera behartuko dituzten mobilizazio orokorrak egin ahal izateko aliantza zabalak antolatzea. ELAk duela hilabete batzuk mahai gainean jarri zuen igande eta jaiegunak baliogabetzat jotzeko esparru-akordioa. Hitzarmen kolektiboaren efikazia duen akordio bat, sektorearen % 100 behartzeko gai izango dena, baldin eta enpresa-alderdian behar besteko legitimitatea badu.

ELA, beti bezala, merkataritza sektorean igande eta jaiegunetan 0 irekiera egitearen aldekoa da, bertan lan egiten dutenei kalte egiten dielako. Benetako eskaerarik ez dagoen eta enpresa handien interesari soilik erantzuten dion irekierak guztiz alferrikakoak dira. Beraz, sektorean gero eta ezinbestekoa den mobilizazio horren alde lan egiteko deia egiten du ELAk.

Chile despertó: revuelta y nueva constitución

“Trabajadores de mi patria: tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo, donde la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor”.

Último discurso de Salvador Allende

–Desde Santiago de Chile para Antikapitalistak
Marco Álvarez Vergara
Santiago, 26 de octubre de 2020.–

Este domingo 25 de octubre de 2020, antes que cayera el sol, las y los chilenos se enteraban de los resultados del plebiscito, donde la voluntad nacional con un casi 80% decidió “aprobar” un proceso constituyente y que la nueva constitución fuera redactada por miembros elegidos democráticamente. Con el triunfo en las venas, el pueblo copó las plazas y calles para el celebrar, modificando en carme viva el tiempo verbal de una de las principales consignas de la revuelta: “vencimos y es hermoso”[1].

Este triunfo histórico se debe comprender y proyectar como una fase significativa del proceso destituyente abierto por la revuelta iniciada en el 18 de octubre de 2019 ¡Chile despertó! Por consiguiente, este “momento constituyente” es consecuencia de la movilización popular que, hasta la fecha, ha dejado decenas de muertos, heridos graves y más de una millar y medio de presos políticos en el seno del pueblo chileno. Hace una semana en el primer aniversario de la revuelta, interrumpida por la crisis sanitaria aún en curso, quedó establecido con una alta concurrencia en la calles la vocación de no abandonar las banderas de lucha enarboladas desde el octubre chileno.

Chile es un paradigmático país, pues luego de recobrar su “democracia”, siguió anclada a la constitución elaborada por el dictador (1980) que, entre sus principales funciones, es encuadrar el modelo de vida bajo la carencia de derechos sociales. La constitución de Pinochet, escrita con sangre y fuego, este domingo llegó a su fin y, con ello, en algo se reivindica a los ejecutados políticos, detenidos desaparecidos, torturados y exiliados que dejó el periodo dictatorial. La fuerza de las y los vencidos del ayer, sin duda estuvo presente en la caída de esta espuria constitución, que se demoró cuatro décadas en desmontarse. La gente cantaba al unísono en las celebraciones con sabor a jolgorio popular del “apruebo” una canción del grupo Sol y lluvia que dice “no puedo creer la cosa que veo, ya cayó, ya cayó, por la calles de Santiago veo, ya cayó, ya cayó, adiós carnaval, adiós general”.

La revuelta hizo estallar el continuum de la historia, es decir, irrumpió intempestivamente décadas de “normalidad” neoliberal sostenida por los partidos políticos del orden, quienes, han gobernado desde 1990 bajo las sacrosantas leyes del libre mercado. La primera consigna del octubre chileno fue “no son 30 pesos, son 30 años”, reflejando así la impugnación a un modelo en general –el neoliberal, del cual Chile era considerado su “tipo ideal” de país– más que a una demanda en particular. Sin embargo, “En Chile nace y muere el neoliberalismo”, declaró la revuelta en una de sus paredes y, con esto, pasado y futuro se volvieron a articular en un presente cargado de lucha. La dialéctica memoria y utopía se tomó las calles del país y sus potencialidades hoy se revitaliza con el sólido respaldo popular a la demanda de una nueva constitución.

No todo es color de rozas, pues existen razones fundadas para desconfiar en el pacto político institucional que selló los procedimientos para caminar hacia una nueva constitución. Sin duda, que los impugnados partidos de los 30 años no son los idóneos política y moralmente para delinear las reglas del juego a seguir; pero, estos se vieron obligados la noche del 15 de noviembre de 2019 a trazar una hoja de ruta constituyente en contra de su propia voluntad. Por ello, como cuando a los patrones se les arrebata una mejora salarial, este logro no es una virtud del beneplácito patronal, sino uno logro de la acción sindical. Basta de decir que no hemos ganado nada. Cada victoria –por pequeña que sea y siempre manoseada por los sectores hegemónicos– es un aliciente que convoca nuevas victorias dentro de un proceso   permanente de acumulación de experiencias y reivindicaciones.

Gramsci decía que “lo único que se puede predecir es la lucha” y, por ello, la apuesta de los sectores subalternos comprometidos con el derrumbe del neoliberalismo en Chile es mantener latente la movilización popular, darle continuidad a la revuelta, única garante de mantener un escenario abierto e incierto ¿Esta nueva constitución puede terminar siendo un nuevo acomodo institucional de los sectores dominantes? Sí ¿Puede configurar una nueva constitución democrática basada en la recuperación de los derechos sociales? También. La lucha abre interrogantes y no garantiza respuestas, entonces, el futuro se escribe en clave de dispuesta estratégica.    

La revuelta chilena, como todo “tiempo del ahora” cercenador del “tiempo vacío y homogéneo”, ha sido un tiempo nutritivo para el retorno del pensamiento estratégico. Si bien hasta la fecha no se puede hacer una evaluación fidedigna del reimpulso de lo que podríamos denominar un campo intelectual de ruptura con el neoliberalismo, los miles de textos y debates acumulados en el último año preludian el regreso del debate político-estratégico, por lo menos, en algunos sectores de la izquierda antineoliberal chilena; aunque posiblemente, algunos grupúsculos sigan sobreviviendo en mundo “autopoiético” con la teletransportación de consignas anacrónicas. El “momento constituyente” actual, obligará al pueblo y las fuerzas de cambio a inmiscuirse en todas las temáticas que integran el proceso de construcción de una nueva constitución, dicho de otra forma, habrá que sumergirse en la profundidad deliberativa de la carta magna que abarca desde lo filosófico a lo programático. En síntesis, es una oportunidad histórica para dar un salto cualitativo montañoso en la deuda que tenemos con pensar la política desde el arte estratégico.    

Como vemos, este “momento constituyente” impulsa nuevos desafíos para los sectores de ruptura con el neoliberalismo. Es fundamental la confrontación con el relato dominante, que quiere apropiarse del proceso constituyente y, a su vez, separarlo del curso de la revuelta. Defender la relación intrínseca entre nueva constitución y revuelta es apostar por la profundización democrática y popular del proceso constitucional. Asimismo, es fortalecer las posibilidades de permanencia de la revuelta en aras del instante propicio para una bifurcación anticapitalista a la crisis sistémica que vivimos.     

Cualquiera que sea el resultado constitucional, este no hace caducar al neoliberalismo. Por tanto, el desafío es luchar letra por letra para que algunas de estas letras sean aliadas en el objetivo de acabar con el neoliberalismo en Chile y construir el viejo anhelo de una “sociedad mejor”. A 50 años del triunfo de Salvador Allende y la Unidad Popular, un salto histórico dialéctico nos relumbra en estos tiempos de intensa lucha, donde las fuerzas de la historia hoy más que nunca se ponen al servicio de la política transformadora. La nueva constitución, disputando su forma y fondo a través de posiciones y movimientos, abrirá nuevos caminos para el horizonte emancipador. 

Marco Álvarez Vergara

Santiago, 26 de octubre de 2020.

[1] La versión original de esta consigna es “Venceremos y será hermoso”.

Una convergencia de crisis dominada por la pandemia de covid-19

Copyright Dominique Botte

Buró Ejecutivo de la Cuarta Internacional
Introducción

En el año 2020 hasta ahora se ha visto la convergencia de grandes crisis, la más característica es la pandemia covid-19 que, al parecer había alcanzado un pico en el segundo trimestre, está alcanzando una vez más niveles sin precedentes de infección. Esto se ha combinado con los efectos extremos de la crisis climática: incendios forestales en California y Brasil, inundaciones generalizadas en Asia; la ofensiva neoliberal reforzada mientras los gobiernos capitalistas tratan de recuperar las pérdidas del período de confinamiento; reaparición de conflictos localizados como en el Mediterráneo oriental en un contexto de lucha continua por la hegemonía geopolítica. Al mismo tiempo, la incertidumbre del resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses es un factor en la situación internacional. Es demasiado pronto para decir cómo será el mundo a finales de 2020 y hasta qué punto habrá cambiado profundamente.

Los efectos combinados de estas crisis siguen revelando las formas en que los trabajadores pobres y, entre ellos, en particular las mujeres, los negros y las minorías étnicas así como las poblaciones rurales sufren todas estas crisis. Pérdida de vidas, de empleos y medios de vida, de educación, de hogares… se combinan para crear una capa cada vez más empobrecida y desposeída en todo el mundo. Las luchas y los movimientos  se han desarrollado desafiando a gobiernos autoritarios que descuidan la salud de sus poblaciones, impugnando las condiciones inseguras de políticas de «retorno al trabajo» cuyo objetivo es beneficiar a la economía capitalista  y poniendo de relieve el lugar particular que ocupan las mujeres y las minorías étnicas entre los trabajadores esenciales. Éstos estallaron de manera dramática con el movimiento Black Lives Matter en Estados Unidos, que impugnó el racismo y la violencia policial, que rápidamente se extendió por todo el mundo, no sólo como movimiento solidario, sino también desafiando las manifestaciones locales de racismo y violencia policial.

Una pandemia continua

A principios de junio, cinco meses después del estallido de la pandemia de Covid-19, ya había causado más de 400.000 muertes en todo el mundo, con más de 6,8 millones de casos registrados oficialmente en 216 países —y más de 3.000 millones de personas habían sido confinadas en sus hogares hacia abril—.

A medida que la pandemia comenzó a retroceder en Europa, después de haber retrocedido en China y el Lejano Oriente al comienzo de la primavera, pero se mantuvo particularmente aguda en América del Norte y del Sur, se planteó la cuestión de hasta qué punto habría una segunda ola galopante de infección, o si el virus mutaría en una forma más benigna, las incertidumbres seguían siendo muy grandes.

A mediados de octubre de 2020, el número total de muertes en todo el mundo ascendió a 1,2 millones, y confirmó más de 40 millones de casos. Estados Unidos, India y Brasil siguen encabezando las listas de muertes e infecciones, pero la tasa de infección está aumentando en todas partes, de un modo particularmente brusco en Europa, donde el Reino Unido ha registrado más de 43.000 muertes y más de 33.000 en Francia y el Estado español.

En muchos países, el número de personas infectadas, enfermas o muertas es notoriamente subestimado, en primer lugar debido al deseo político de ciertos líderes de negar la gravedad de la situación, y también por la falta de medios para probar, hospitalizar y centralizar el recuento de casos Covid-19.

Frente al desastre sanitario del neoliberalismo globalizado, muchos gobiernos, bajo la presión de la profesión médica y la opinión pública, trataron de recuperar el control tomando medidas contundentes. El resultado fue una clara calma en la epidemia —a principios de la primavera en China y el Lejano Oriente, a finales de la primavera en Europa y Nueva Inglaterra— que condujo a una flexibilización más o menos extensa del confinamiento, con el mantenimiento de medidas de barrera, en sociedades traumatizadas por la violencia de la enfermedad y las medidas gubernamentales adoptadas. En la mayoría de los países de América del Norte y del Sur, la India y otros países de Asia y África la pandemia siguió desarrollándose lentamente, con medidas de protección muy desiguales. ¡Algunos países como Argentina o Filipinas han experimentado un confinamiento ininterrumpido desde marzo!

Con la llegada del otoño al hemisferio norte, una gran segunda ola de infección está tomando forma en Europa y Oriente Medio con nuevas restricciones, desde el aumento de los períodos de cuarentena para los viajeros, hasta la reimposición de medidas de bloqueo y toque de queda fuertemente represivas, a menudo diferenciadas regionalmente, en varios países de Europa.

Crisis económica

Las consecuencias de la desaceleración de la economía causada directa e indirectamente por medidas para confinar a la población, sin compensación financiera o totalmente inadecuada, en el contexto de una crisis financiera que ya se había estado gestando durante mucho tiempo, están empezando a entenderse mejor: una caída del Producto Interior Bruto (PIB) del 10% de media en los países de la OCDE (Europa , América del Norte, Japón, Corea del Sur, Australia…) en el segundo trimestre de 2020 (en comparación, fue del -2,3% en 2009 durante la crisis financiera anterior); una caída del 25% en India, del 20% en Gran Bretaña, del 17% en México, del 14% en Francia, del 9,5% en Estados Unidos, del 7,8% en Japón. La caída de la producción ya fue del 2 al 3% en el primer trimestre. Sin embargo, los líderes chinos proclaman que la recuperación ya ha tenido lugar en China en el segundo trimestre: +3,2% (frente al -7% en el primer trimestre). En cualquier caso, las proyecciones actuales estiman que el PIB mundial caerá alrededor del 6% en 2020 sobre la base actual, y no volverá a su nivel anterior a la crisis antes de 2023, sin anticipar un posible empeoramiento de la situación de la pandemia.

Hubo decenas de millones de desempleados en China en marzo, hasta 22 millones de desempleados en los Estados Unidos en abril de 2020 —y, si bien se anunció que estas cifras caerían bruscamente en los meses siguientes, parece que los puestos de trabajo que se están volviendo a crear son mucho más precarios y a tiempo parcial que antes de la crisis— y en Estados Unidos se estima actualmente que el número de personas con empleo es de 11,5 millones menos que en febrero. En la Unión Europea, el número de desempleados ha aumentado al 7,8%, ¡con enormes disparidades entre el norte y el sur!

Una nueva trampa de deuda se está acercando a un número creciente de países del Sur cuyas dificultades estructurales están empeorando con la crisis del Covid-19: una reducción de las reservas de divisas, un fuerte deterioro en términos comerciales con la caída del precio de las materias primas acompañada de una depreciación de las monedas de estos países frente al dólar estadounidense. Diecinueve países del Sur ya han suspendido pagos y hay 28 países con un alto riesgo de sobreendeudamiento. Los países del G20, el FMI y el Banco Mundial apoyan indefectiblemente a los acreedores y agravan aún más el endeudamiento de los países del Sur con financiación de emergencia principalmente en forma de préstamos, al tiempo que refuerzan la aplicación de políticas neoliberales de austeridad. Los reembolsos serán mayores en los próximos años y pesarán cada vez más en los trabajadores y las clases trabajadoras. La Cuarta Internacional apoya las diferentes movilizaciones de movimientos que luchan a nivel internacional por la abolición de las deudas ilegítimas.

Estragos por la ofensiva de las burguesías y sus gobiernos

Para los capitalistas y sus gobiernos, es necesario volver al trabajo y consumir lo que cueste en términos de salud y finanzas públicas, pero por otro lado tratan de limitar de una manera más o menos extrema otras libertades en nombre de la lucha contra la pandemia: moverse, reunirse, entretenernos de manera que eviten el gasto de un sistema adecuado de seguimiento de pruebas y de apoyo.

– Se promulgan planes de ayuda masivos para las empresas (a menudo independientemente de su crisis real), incluidas las reducciones de jornada y de impuestos en sectores de actividad que son viables, desde China hasta Estados Unidos y los diversos países europeos.

A su nivel, la Unión Europea ha proclamado un plan europeo de recuperación de 750.000 millones de euros en 3 años, de los cuales poco más de la mitad se encuentra en forma de deuda mutualizada, con una contrapartida de control sobre las políticas nacionales en los próximos años (esto es en parte un efecto propagandístico, ya que representa en realidad el 1% del gasto público).

– Los servicios públicos están sometidos a una presión cada vez mayor; no estamos viendo una reinversión masiva en salud pública, educación, atención para ancianos y niños y el apoyo a las personas discapacitadas u otros sectores que la crisis sanitaria ha puesto en grandes dificultades. De hecho, también estamos asistiendo a una creciente penetración del capital privado en sectores que, al menos en Europa, se han ejecutado como parte del sector público.

– En esta ocasión se están aplicando políticas cada vez más autoritarias. Después de la lucha contra el terrorismo, es la lucha contra la pandemia la que se utiliza para justificar las medidas liberticidas: policía en todas partes; multas prohibitivas para aquellos que no respeten las cuarentenas o las máscaras obligatorias —después de dar mensajes contradictorios acerca de su eficacia—; confinamientos y toques de queda que prohíben la vida social.

Estas políticas se afirman junto con la estigmatización de los jóvenes y los estratos populares, en particular las personas racializadas, ya sean de comunidades de larga trayectoria o de origen migrante más reciente, mantenidas como desconsiderados e irresponsables, como si no quisieran protegerse a sí mismas.

– La legislación laboral está sufriendo duras sacudidas en todas partes, se está perpetuando la flexibilidad impuesta inicialmente en nombre de una situación económica excepcional y se está facilitando el cierre de empresas;

– los derechos sindicales, de asociación y de manifestación han sido estrangulados durante el encierro y siguen siendo limitados, a menudo sujetos a normas cercanas a un estado de emergencia;

– Al mismo tiempo, estamos viendo una represión contra los migrantes, en particular en la frontera sur de Estados Unidos o al otro lado del Mediterráneo.

Pero las convulsiones de esta crisis multidimensional también contribuyen a una competencia exacerbada entre las grandes potencias y entre países: entre Estados Unidos y China -entre estados Unidos de Trump y el resto del mundo, empezando por Irán; con la Rusia de Putin; entre la Turquía de Erdogan y sus vecinos, por ejemplo la disputa con Grecia que se está calentando, con potencias europeas como la Francia de Macron avivando las llamas del conflicto. El régimen corrupto de Azerbayán, que perdía los medios financieros para mantener su despotismo, ha lanzado la ofensiva en Carabah con el apoyo de las fuerzas aéreas turcas y de mercenarios sirios. Intenta de ese modo dotarse de una legitimidad y aplazar cualquier posibilidad de proceso democrático.

Por último, con respecto a la crisis ambiental, aunque la caída de la producción mundial en la primavera puede haber tenido un breve efecto positivo en el nivel de contaminación y el calentamiento climático, sigue habiendo una fuerte tendencia a que aumenten los daños ambientales: los gigantescos incendios de 2020 en Australia, Brasil y toda la región amazónica o Estados Unidos son el resultado del aumento de las sequías causadas por el cambio climático, por la gestión neoliberal del territorio y, a veces, por sistemas de agricultura pirómana.

Efectos sociales y de salud

En cuanto a las políticas de cribado de coronavirus y el tipo de pruebas, las políticas de protección (máscaras, restricciones de acceso, cuarentenas…), la atención hospitalaria y el equipo, la investigación de vacunas: hay una avalancha de competencia y mala gestión liberal, ineficiencia burocrática, con riesgos de nuevos bloqueos traumáticos y nuevas crisis hospitalarias descontroladas mientras el personal sanitario está agotado y a menudo se ve particularmente afectado por el coronavirus.

Por lo tanto, hemos visto a los países ricos (empezando por los Estados Unidos) ser mucho menos eficaces en la lucha contra la epidemia que algunos países considerados pobres (Vietnam, Cuba…) pero con una tradición de atención sanitaria comunitaria.

¡También hemos visto las fuertes desigualdades sociales, raciales, de edad y de género frente a la pandemia! Empleados de base en los sectores de la salud, la limpieza y el transporte, a menudo altamente feminizados y racializados; trabajadores precarios e informales que no pueden permitirse el lujo de detener su trabajo, a menudo muy expuestos a enfermedades pero perdiendo la mayor parte de sus ingresos; las clases trabajadoras, a menudo racializadas, que sufren las consecuencias de las condiciones de vida superpobladas y la comida basura; migrantes y trabajadores en el extranjero; campesinos e indígenas de los países del Sur; personas vulnerables mayores de 65 años y, en general, personas que sufren de enfermedades crónicas: a pesar de que figuras públicas, artistas y líderes políticos también hayan sido sorprendidos por el Covid19, ¡el coste más elevado ha recaído en quienes son víctimas de la pobreza y las opresiones múltiples!

En particular, las mujeres han concentrado los riesgos y el sufrimiento en la carga de sus tareas profesionales y familiares y en la violencia machista que han generado y amplificados la pandemia y los confinamientos.

Ante los desastres sociales provocados rápidamente por los cierres y los confinamientos, muchos gobiernos —pero no todos— rompieron temporalmente con el dogma de la austeridad presupuestaria y distribuyeron ayudas sociales básicas: de nuevo, desde China hasta los Estados Unidos, incluidos varios países europeos. Estas asignaciones de unos pocos cientos de euros, pagadas en un solo pago o mensualmente, han servido como un amortiguador social mínimo, e incluso han ayudado a hacer que algunos de los sectores populares sean un poco más comprensivos con los líderes políticos, como sucedió con Bolsonaro en Brasil.

Sin embargo, estas políticas de nuevas redes de seguridad social son coyunturales y claramente no constituyen un punto de inflexión neokeynesiano para sectores significativos de la burguesía. La explosión de la deuda pública tendrá consecuencias duraderas y graves, ya que servirá como pretexto para profundizar las contrarreformas estructurales encaminadas a los contratos de trabajo, los derechos sindicales y los sistemas de seguridad social. Los gobiernos están pagando la deuda pública religiosamente y se están preparando para presentar el proyecto de ley neoliberal (especialmente en lo que queda de los servicios públicos) reafirmando el discurso de la competitividad. En ninguna parte los gobiernos utilizan las rentas altas y las grandes fortunas que, de hecho, han fortalecido sus activos. En ninguna se han nacionalizado las compañías farmacéuticas en un momento de gran necesidad.

Los efectos de la pobreza digital se han intensificado durante la pandemia:

– el acceso a la enseñanza en línea –las luchas de los profesores en todos los niveles por la enseñanza en línea para reducir los riesgos de la enseñanza presencial en los centros educativos no adaptados al distanciamiento físico y al respeto de las medidas de barrera han logrado algunas victorias; tienen que ir acompañados de la lucha por los estudiantes en cuanto al acceso a Internet, dispositivos y espacios de trabajo;

– el acceso a los servicios gubernamentales y de las autoridades locales es cada vez más tan sólo por Internet;

– Las compras por Internet han aumentado masivamente dejando en graves apuros a quienes no tienen las herramientas necesarias para acceder a ella (internet, tarjeta de crédito) y aumentando la explotación de quienes trabajan en la distribución (Amazon, por ejemplo, o el servicio postal).

El resultado a nivel político y en términos de luchas

La legitimidad de los poderes políticos y la lógica dominante de los beneficios se ve cada vez más erosionada en este contexto general, se ha visto que no ha podido hacer frente a tal catástrofe. Los trabajadores, especialmente los trabajadores «de abajo» y «en primera línea», han sido revalorizados simbólicamente… Pero con los temores combinados a la enfermedad, el desempleo y la represión, el camino de la lucha es, para muchos, muy difícil en este momento. La resistencia no ha logrado crecer en número y seguir adelante con los destellos de la esperanza en junio.

En muchos países (si no en la mayoría) los principales sindicatos se han sumergido por completo en la crisis de la pandemia. No sólo se han vuelto aún más reticentes y renuentes a cualquier conflicto importante, a menudo ni siquiera tienen nada que decir sobre la política de crisis de las clases dominantes. Sin embargo, siguen desempeñando un papel importante en las luchas defensivas diarias de la clase trabajadora. Por lo tanto, en el futuro será importante en muchos países —más aún que en el pasado— participar en una política de lucha de clases en los sindicatos y generalizar las limitadas iniciativas que adoptan los sindicatos o las corrientes con un enfoque más combativo.

Muchos de los movimientos sociopolíticos balbuceantes o latentes de antes de la pandemia se han visto sofocados por la intensificación de la represión en Hong Kong, Argelia y Egipto. Los movimientos sociales y democráticos también han sido suspendidos bajo la epidemia en Chile, Irak, Francia, Cataluña… ¿Son posibles resurgimientos rápidos en estos países?

Sería necesario analizar con mayor detalle lo que ha sido de las estructuras ascendentes basadas en la solidaridad popular acumulada durante la pandemia, que podría desarrollarse en varios países.

Afortunadamente, varios movimientos de masas se han estado afirmando desde el final de la primavera, sobre diferentes bases pero con un contexto común de lucha por la democracia y contra el funcionamiento competitivo de la sociedad:

– El movimiento contra el racismo y la violencia policial, que comenzó en Estados Unidos, sigue siendo muy fuerte —en Europa, también en solidaridad con los migrantes sobre una base más limitada pero esencial (como las recientes manifestaciones en Alemania);

– El resurgimiento de la revuelta en el Líbano contra la corrupción del régimen confesional, empezando por la explosión del puerto de Beirut;

– El levantamiento en Mali;

– El levantamiento en Bielorrusia contra el gobierno de Lukashenko y sus elecciones constantemente amañadas;

– El levantamiento de la juventud tailandesa contra la realeza desacreditada;

– La victoria electoral en la primera vuelta del MAS en Bolivia como resultado de la movilización masiva;

– La revuelta popular en Chile ha forzado un referéndum el 25 de octubre sobre la constitución de la dictadura de Pinochet: el rechazo sería una victoria significativa.

Queda por ver qué nuevo ascenso puede tener lugar, integrando las lecciones de la pandemia, por los movimientos contra el cambio climático y la contaminación masiva, y más en general por las luchas ecologistas. ¿Qué resurgimiento de los movimientos feministas, que se han hecho valer a la vanguardia de las luchas en los últimos años?

El potencial de luchas y levantamientos sigue ahí contra un orden dominante que, frente a una crisis de ganancias y creciente deslegitimación, está tratando de fortalecerse con un autoritarismo generalizado, pero con ciertos líderes que a veces son muy aventureros, incluso desde el punto de vista de la burguesía. Pero este potencial ha tenido dificultades para expresarse hasta ahora debido al miedo a la pandemia y la confusión de medidas para revertirla. Hasta ahora no ha sido posible cambiar el equilibrio de poder y hacer que una alternativa al capitalismo sea más creíble.

En esta situación, las ideologías más reaccionarias y autocráticas, conspirativas y racistas se afirman en la extrema derecha, se estructuran y, para atacar a los oprimidos y explotados en lucha, encuentran relevos o incluso conductores con líderes políticos que ganan o se aferren al poder como Trump, Putin, Bolsonaro, Xi Yiping, Modi, Duterte, Rohani, Nethanyahu, Erdogan, Orban, Kacz… mientras que los líderes más «presentables» sólo pueden alentarlos al llevar a cabo ataques contra principios democráticos, a menudo sin precedentes en sus países durante décadas.

Las elecciones del 3 de noviembre en Estados Unidos serán un evento decisivo: si conducen a una reelección (probablemente ilegítima) de Trump, podrían hacer que la situación sea aún más tensa, con una polarización en la que la extrema derecha ganaría una ventaja y los riesgos de revuelta masiva crecerían. Por otro lado, si Trump fuera derrocido, un eslabón importante en la cadena de la extrema derecha y los gobiernos autoritarios sería eliminado y, sin tener ilusiones en lo que Biden representa o pretende, esto representaría un soplo de aire fresco para las personas explotadas y oprimidas en la lucha en todo el mundo.

Conclusión

El movimiento obrero, los movimientos sociales (y nosotros mismos) están desarmados, divididos entre la necesidad de cuidar de la salud, de protegernos de la pandemia, por un lado, y, por otro, de la oposición a las medidas de restricción de la libertad impuestas por los gobiernos que han destruido la protección social y los sistemas de salud pública.

¡Los y las revolucionarios y activistas anticapitalistas se enfrentan a grandes tareas! Debemos ayudar a forjar y fortalecer los frentes unitarios de los explotados y oprimidos contra los gobiernos autoritarios y los programas ultraliberales.

En la situación de emergencia que estamos viviendo, es esencial en todas partes reinvertir masivamente en los servicios públicos universales, empezando por los sistemas de salud, y relanzando masivamente los programas de asistencia social y vivienda financiados mediante impuestos a los ricos y los beneficios y el bloqueo de dividendos. Es necesario socializar las industrias farmacéuticas y de otros intereses generales como la energía, el sistema bancario y la distribución de agua. Los sistemas de producción deben reconvertirse para satisfacer inmensas necesidades sociales en lugar de las industrias mortíferas de armamento, productos químicos contaminantes, artículos de lujo, etc. La agricultura debe reorientarse hacia sistemas sostenibles de cultivo del suelo y de los recursos naturales. ¡Hay que detener las políticas discriminatorias, abrir fronteras para proteger a las poblaciones en peligro de extinción y poner en común los intercambios humanos en lugar de ponerlos en competencia y provocar guerras!

Debemos conceder un lugar central a la auto-organización de la población y de los trabajadores de la salud y los cuidados. Las medidas más eficaces para luchar contra la pandemia son las que serán mejor aceptadas porque serán definidas por las propias personas con los trabajadores de la salud y los cuidados. Se trata de recuperar el control sobre nuestras vidas.

En este camino, en las luchas, en la resistencia contra el capitalismo destructivo, por la democracia y por una política económica alternativa y sostenible, está la posibilidad de cambiar las relaciones de poder nacionales que hoy son desfavorables y hacer más concreta una alternativa ecosocilista para la humanidad.

19 de octubre de 2020

Monarkia kanpora, fuera la monarquía

A estas alturas, cualquier sociedad que se precie de ser avanzada debiera tener más que interiorizado que la pertenencia a un linaje endogámico no puede ser, como sucede con la monarquía española, la premisa para la obtención de ninguna responsabilidad institucional del ámbito de lo público.

Iosu del Moral-Mikel Labeaga
Militantes de Antikapitalistak Euskal Herria.

18 OCT 2020 06:30

Es más que probable que Enrique III de Navarra y IV de Francia, también conocido como el Grande o el Bearnés, escuchara desde su cuna algunos susurros en euskera provenientes del entorno de su madre, Juana III, la última de las regentes del viejo reino de Nafarroa. Juana de Navarra, que encargó traducir del latín la primera de las biblias al euskera,  donde aparece por primera vez escrito el nombre de Euskal Herria, por cierto tratándose además de un texto de corte protestante y reformista, daba a luz allá por el siglo XVI al primero de los borbones en sentarse en el trono de Francia. De ahí que quizá no hubiera sido necesario traducirle a su hijo Enrique la expresión en euskera Monarkia kanpora. Al que no cabe duda de que hay que traducírsela, aunque en sus visitas vaya de falso políglota integrador, es a su lejano descendiente Felipe VI, a quien una amplia mayoría del pueblo vasco le demanda, Felipe kanpora, monarkia kanpora. Fuera Felipe, fuera la monarquía.

Pero al margen de vítores y reclamaciones, no es menos cierto que debiéramos comenzar por realizar un exhaustivo ejercicio de autocrítica, donde tanto desde el pueblo vasco, como desde el resto de pueblos del Estado, reflexionásemos conjuntamente sobre el fracaso que supone como sociedad que en pleno siglo XXI la jefatura del Estado se encuentre todavía en manos de una familia corrupta que lleva siglos sustentando un poder de manera ilegítima. Por no hablar del  anacronismo, no solo en un sentido temporal sino intelectual, que supone para cualquier comunidad moderna permitir que, hoy en día, una familia que tiene más analogías con los Soprano que con aquellos personajes de las fábulas y los cuentos infantiles, herede de forma dinástica un cargo público de tal importancia. A estas alturas, cualquier sociedad que se precie de ser avanzada debiera tener más que interiorizado que la pertenencia a un linaje endogámico no debiera ser la premisa para la obtención de ninguna responsabilidad institucional del ámbito de lo público.

Un vodevil que presenta, por un lado, al padre, el emérito, un tipo al que se le da de maravilla  aparentar ser una especie de payaso bonachón y que en realidad es un listillo que levita en ese limbo entre lo inmoral y lo torpe, donde se dedica  a quehaceres de dudoso carácter ético, por no hablar de actividades directamente de índole mafiosa. Y digo torpe, pues teniendo la vida a nivel material más que resuelta, hay que ser lerdo para buscarse cualquier tipo de problema por ser incapaz de contener un sentimiento de avaricia sin límite alguno. Por otro lado, el hijo, que como buen Borbón, y muy al estilo de otro de sus predecesores, el rey felón, se muestra como una persona mesurada, honrada y hacendosa, pero que al parecer en el fondo esconde un increíble parecido con el modus vivendi de su progenitor. Algo que incluso a los propios monárquicos les debiera poner los pelos de punta, al no poder distinguir entre la Zarzuela y cualquiera de los centros operativos  de una organización criminal debido al hedor a corruptela que emana desde su interior.

Viniendo de un dictador, es normal que a nadie le extrañara que Franco, en una decisión totalmente unilateral, designase a Juan Carlos su continuador al frente del Estado y de las fuerzas armadas como garante del movimiento nacional católico. Quizá extrañe algo más, no ya que nadie nos haya  consultado sobre el traspaso de la jefatura del Estado por parte del padre al hijo, algo que por otro lado era de esperar,  sino que la gente no se hubiera mostrado indignada ante un golpe tan antidemocrático como el del nombramiento de Felipe como sucesor del anterior monarca. Hablar de democracia monárquica lo único que genera es una especie de oxímoron donde, a partir de ahí, todo lo demás carece de sentido y, como consecuencia, un sistema de dichas características se vea tarde o temprano irremediablemente abocado a convertirse en un  proyecto frustrado.  

Sin duda uno de los grandes obstáculos de este dilema radica en aquellos cínicos que banalizan el uso de términos como democracia o libertad hasta convertirlos en significantes vacíos. Falsas democracias que adolecen de un pánico a la hora de preguntar, desde su libertad virtual, qué frena las aspiraciones de cambio real. Ante esta perspectiva, es tiempo de aunar fuerzas y de que todas las gargantas antimonárquicas y republicanas de Euskal Herria y del resto del Estado griten al unísono Monarkia kanpora, fuera la monarquía. Un proceso emancipador que deje atrás una institución arcaica y caduca a través de algo tan poco democrático, al parecer, como preguntar al pueblo por medio  de un referéndum. Consulta que, automáticamente, derivase hacia un nuevo proceso constituyente o hacia lo que todavía es más interesante, hacia nuevos procesos constituyentes en los que, definitivamente, las diferentes sensibilidades del Estado decidiesen de forma soberana y democrática la forma de organizarse, entre ellos y en relación al resto, en una especie de red de repúblicas confederadas.

Huelga ante la falta de soluciones a la situación crítica en Osakidetza

(ESK BERRIAK)
Las huelgas se realizarán el 29 de octubre en los centros de trabajo de Araba; el 5 de noviembre en los de Gipuzkoa; y el 12 de noviembre en los de Bizkaia.

Los graves problemas estructurales que vive hoy la sanidad pública de nuestro país nos llevaron, allá por el mes de junio, a poner en marcha una dinámica de movilizaciones que culminaron el pasado día 3 de octubre con una manifestación multitudinaria en Bilbao. Las movilizaciones han contado con un amplio respaldo tanto por parte de la plantilla, como de la ciudadanía en general.

A día de hoy, más allá de discursos propagandísticos por parte del Gobierno Vasco, ni el Departamento de Salud ni la propia Osakidetza han puesto encima de la mesa medidas tendentes a aliviar las graves deficiencias que sufre la sanidad pública vasca, deficiencias que llevamos años denunciando.

Problemas estructurales y de calado en Osakidetza

Nos hallamos ante problemas estructurales y de calado, que vienen de lejos y que Osakidetza no ha tenido ninguna voluntad de solucionar en estos últimos años. Buen ejemplo de ello es lo que sucede en la Atención Primaria. Las trabajadoras y trabajadores salieron a la calle de manera masiva el año pasado y secundaron tres jornadas de huelga para exigir soluciones a la situación extrema que soportan a dirario. Un año después, ha quedado en evidencia que, más allá de la buenas palabras, el Gobierno Vasco no ha puesto en marcha soluciones a esas graves deficiencias.

La inversión en sanidad pública en el ámbito de la CAPV está por debajo de la media europea y su evolución ha sido descendente en los últimos años. Esa desinversión ha tenido, sin lugar a dudas, un papel fundamental en la grave situación que vive nuestra sanidad pública, que es especialmente palpable en Atención Primaria, pero también está presente en el resto de ámbitos como hospitales y en la red de salud mental: escasez de medios humanos y materiales, sobrecarga sistemática de trabajo, altas tasas de temporalidad, agotamiento físico y emocional, recortes de derechos laborales, privatización de servicios, desprotección y descuido de la salud laboral, etc…

Estas graves carencias, que vienen de lejos, se han visto agravadas por la actual crisis sanitaria, pero ni han nacido con el virus ni van a desaparecer si no se adoptan soluciones estructurales y de calado.

Pasar inmediatamente de la propaganda a los hechos

Queremos subrayar que no es el momento de realizar declaraciones de buenas intenciones, ni de discursos propagandísticos que no solucionan absolutamente nada. Es el momento de actuar, de poner en marcha medidas inmediatas y de futuro, que reviertan las graves consecuencias que han provocado las políticas de recortes de los últimos años.

Exigimos al Gobierno Vasco que convierta la sanidad pública en una prioridad. Tal y como ha demostrado esta pandemia, una sanidad fuerte y con recursos humanos y materiales suficientes es imprescindible para el bienestar colectivo; sus carencias estructurales tienen consecuencias no sólo en el bienestar de las personas, sino que condicionan nuestro desarrollo social, incluido el económico.

Soluciones

Es urgente pasar de las palabras a los hechos y poner en marcha soluciones que garanticen el futuro de la sanidad pública:

  • Una partida presupuestaria para la sanidad pública que se equipare a la media de la UE, destinando un 25% a la Atención Primaria.
  • En materia de empleo:
    • Aumento de la plantilla, con la incorporación a la plantilla estructural de los empleos ocultos en fraude.
    • Consolidación de trabajadoras/es eventuales que estabilicen la plantilla y eviten la fuga de profesionales formados por Osakidetza con dinero público.
  • La reversión de todos los recortes: recuperación del poder adquisitivo, Itzarri, desarrollo profesional, primas de jubilación anticipada y negociación de un nuevo acuerdo regulador caducado desde el 2009.
  • La reversión de los servicios privatizados con el mantenimiento del empleo.
  • Medidas para garantizar la salud y la seguridad de la plantilla, tanto ante el coronavirus, como en su labor diaria: material de protección suficiente y adecuado para todas las categorías; valoración de los riesgos laborales en los distintos niveles asistenciales y adopción de medidas preventivas y de protección; evaluación de riesgos psicosociales, incluyendo los derivados de las cargas de trabajo, y adopción de medidas correctoras.

Huelgas en Araba, Gipuzkoa y Bizkaia

Para lograr que de manera inminente se tengan en cuenta estas peticiones, los sindicatos SATSE, ELA, LAB, SME, CCOO, UGT, ESK, SAE y UTESE hemos decidido convocar tres jornadas de huelga en Osakidetza: el 29 de octubre en los centros de trabajo de Araba, el 5 de noviembre en los de Gipuzkoa y el 12 de noviembre en los de Bizkaia. El Gobierno Vasco no nos ha dejado otro camino que el de la movilización.

Europako funtsen tranpa/La trampa de los fondos europeos

Dokumentu argigarri honetan, Europatik datorkigun Next Generation Planaren atzean dagoena azaltzen da. Bertan ELAk, Eusko Jaurlaritzak dirulaguntzak multinazionalei bideratuko dizkiela eta murrizketak inposatuko direla salatzen du, besteak beste.


El documento adjunto destapa lo que esconden los fondos europeos tras el programa denominado Next Generation Plan. Desde ELA denunciamos que el Gobierno Vasco planea destinar los fondos europeos a las multinacionales y oculta que conllevarán recortes.