MARTIN VILLA Y LOS CRÍMENES DEL FRANQUISMO

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Por fin Martín Villa ha prestado declaración ante la juez argentina Servini por los asesinatos de 5 trabajadores en Vitoria en 1976 y de Germán Rodríguez en Iruña en 1978. Durante ambos sucesos Martín Villa era ministro del Interior y máximo responsable de las órdenes de tirar a matar que recibieron las fuerzas represivas de entonces.

Después de 7 negativas por parte de la justicia española y de los diferentes gobiernos PP y PSOE, hemos conseguido, gracias a una juez honesta, que declare vía online ante la justicia argentina, algo que ni siquiera se ha planteado nunca la “justicia” española. Si es imputado, la juez Servini pedirá su extradición, entonces podremos evaluar hasta dónde llega el tinte progresista del actual gobierno PSOE- Unidas Podemos. Pero desde la Euskal Plataforma contra los Crímenes del Franquismo y desde la plataforma estatal CEAQUA, no nos queremos parar ahí, seguiremos intentando llevar ante los tribunales a todos los torturadores aún vivos, Billy el Niño se nos escapó a lo Houdini escondido en un ataúd, pero quedan muchos torturadores como el capitán Muñecas de la Guardia Civil, de infausto recuerdo en Euskal Herria, que siguen paseándose impunemente por las calles. Paco Echavarría y la Fundación Aranzadi han documentado con gran precisión cerca de 5.000 torturas en nuestra tierra desde 1969 hasta el día de hoy. A ver si el aparato

del estado se atreve a cuestionar la profesionalidad de Paco Echavarría.

 A pesar de la constancia de todos estos datos, la futura ley de Memoria Histórica proyecta el PSOE, no sabemos todavía si con el apoyo de Unidas Podemos, pretende que dicha ley llegue sólo hasta 1977, por lo tanto debemos oponernos a ellas con todas nuestras fuerzas.

Pero la Memoria Histórica es mucho más, significa hacer un juicio público e institucional a todo el régimen franquista, sacar a todas las personas del bando demócrata de las fosas y cunetas donde fueron enterradas después de ser asesinadas por el bando fascista, demoler hasta los cimientos el obsceno Valle de los Caídos y devolver a sus legítimos propietarios todos los bienes robados por la dictadura. Por último, pero no menos importante contar los hechos con rigor histórico, desde las escuelas, institutos y universidades para que la gente joven de hoy y mañana conozca las atrocidades cometidas en nuestra historia reciente.

          Ni olvido ni perdón, verdad, justicia y reparación.

Mauricio Rodríguez-Gastaminza

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