El gobierno de Estados Unidos ha tratado durante mucho tiempo de recuperar el control de Cuba, que mantuvo de 1898 a 1959 en una relación neocolonial. La revolución cubana de 1959 liberó la isla de este control y nacionalizó las compañías petroleras y plantaciones estadounidenses, importantes reformas mejoraron la salud y la educación y Fidel Castro proclamó que el país establecería el socialismo.
Cuba en el corazón de la Guerra Fría
En la década de 1960, Cuba se alineó gradualmente con la Unión Soviética, que proporcionó apoyo económico. Cuba se convirtió en un problema central en la Guerra Fría. La CIA organizó una invasión de Cuba en 1961 y, en 1962, Washington se implicó en un enfrentamiento con la Unión Soviética para que retirara los misiles que había colocado en Cuba, un conflicto que parecía amenazar al mundo con una guerra nuclear. Sin embargo, a medida que se retiraban los misiles, Estados Unidos endureció su embargo al comercio con Cuba, que, a lo largo de décadas, se ha vuelto cada vez más restrictivo.
La caída de la Unión Soviética llevó en 1991 a una profunda crisis económica. El gobierno cubano trató de responder alentando las inversiones españolas en hoteles, las inversiones canadienses en minas, las inversiones francesas en investigación petrolera; otras empresas europeas también han invertido. Periódicamente, Castro abrió mercados para los productos de los agricultores cubanos, pero no logró una reforma agrícola sistemática para proporcionar más alimentos. Cuba cuenta con excelentes sistemas educativos y de salud; sin embargo, la pandemia del Covid se saldó con un colapso del sistema de salud, falta de medicamentos y un empeoramiento de la crisis económica en 2021. El nivel de vida también sigue siendo bajo y los derechos democráticos no existen. Todo esto llevó al 11 de julio.
Tres posiciones principales en los EE. UU.
En los Estados Unidos -aunque todo el mundo dijo que apoyaba al “pueblo cubano”- las respuestas se dividen en tres categorías. En primer lugar, quienes quieren restaurar el capitalismo en Cuba y la dominación estadounidense. Luego, a la izquierda, quienes apoyan al gobierno cubano y otras personas que piden el fin del embargo estadounidense, pero también la democracia en Cuba.
El expresidente republicano Donald Trump, que no es amigo de las protestas en su propio país, dijo: “Estoy 100% al lado del pueblo cubano en su lucha por la libertad”. La comunidad cubanoamericana en Miami y en todo el país organizó acciones para apoyar las manifestaciones cubanas. Muchas y muchos piden el derrocamiento del gobierno comunista y algunos la intervención de Estados Unidos.
El presidente Joe Biden, que reafirma el papel de Estados Unidos en los asuntos mundiales, también afirmó su apoyo a las manifestaciones cubanas: “Estados Unidos llama al régimen cubano a escuchar a su pueblo y satisfacer sus necesidades en este momento vital en lugar de enriquecerse. También describió a Cuba como un “Estado en bancarrota” y al comunismo como un “sistema en bancarrota”, pero no apoyó los llamamientos a la intervención de Estados Unidos. Sin embargo, no levantó el endurecimiento del embargo impuesto por Trump ni autorizó las remesas de particulares a Cuba.
En el otro extremo, algunas y algunos estadounidenses de izquierda han expresado su apoyo al gobierno cubano. El Comité Internacional de Socialistas Democráticos de América (DSA) emitió esta declaración: “DSA está al lado del pueblo cubano y su Revolución [es decir, con el gobierno] en este momento de disturbios. Poned fin al bloqueo”. El apoyo de DSA al gobierno cubano se produce después de su reciente demostración de apoyo al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela.
