La represión intensa no impide la movilización. Macron debe ceder | Pronunciamiento del Nuevo Partido Anticapitalista (Francia)

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(Photo by – / AFP)

Estos últimos días, el poder había buscado hacer crecer en todos/as un sentimiento de pánico, hablando de la “voluntad de matar”, por el miedo que le daba afrontar hoy una nueva jornada de fuerte movilización. Incluso había prohibido algunas manifestaciones, como la marcha por la justicia climática de Rouen. Todo esto en vano, pues a pesar de una represión jamás conocida, el movimiento de los chalecos amarillos atravesó en esta cuarta jornada una vez más todo el país.

125 mil personas según cifras oficiales, aunque ciertamente eran muchas más, bloquearon las carreteras y se manifestaron en todo el país, algunas veces en convergencia con las marchas por la justicia climática. Estas también han reunido 25 mil personas. El movimiento es masivo, poderoso, signo de que les primeros anuncios del gobierno a inicios de semana no fueron suficientes para apagar la cólera.

Enfrentamientos con las fuerzas de represión tuvieron lugar en París, pero también en Burdeos, Toulouse y Marsella. De esta situación marcada por fuertes violencias (en este momento, unos sesenta manifestantes heridos están internados en hospitales parisinos) el gobierno tiene toda la responsabilidad, pues no tiene otra respuesta desde el inicio del movimiento que la huida hacia adelante represiva: hoy, hay cerca de 1,400 detenciones, de las cuales cerca de mil están en prisión preventiva, esencialmente en París.

Después de esta “Acta IV”, muchos manifestantes se dijeron “hasta la semana que viene”. El movimiento de los chalecos amarillos no está cerca de parar, mucho menos ahora que la juventud estuvo fuertemente presente en las manifestaciones de este fin de semana, después de una semana de movilización y de represión. Estos próximos días, para responder a la urgencia social, democrática y ecológica, todos los descontentos deben converger. Es la hora de la movilización general con los chalecos amarillos: el movimiento sindical, la juventud en lucha contra la selección universitaria, los barrios populares… El bloqueo del país, sobre todo a través de la huelga, es más que nunca necesario contra el gobierno que no responde más que por la violencia y la humillación.

Frente a este movimiento profundo contra la vida cara, Macron debe ceder: poner fin a los impuestos injustos, hacer pagar a los ricos, aumentar los salarios y los ingresos. En la noche de esta nueva jornada de movilización que consagra el hecho de que Macron y su política son ilegítimas, nosotros podemos hacerlo recular.

Montreuil, sábado 8 de diciembre de 2018

Nuevo Partido Anticapitalista

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