LA INFLACION Y SUS CONSECUENCIAS

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<CARLOS LASARTE, economista, Antikapitalistak>

La inflación es el incremento de los precios de los diversos productos y/o servicios. Se calcula con una cesta de productos que recoge la cesta media de productos de un país. En esta cesta entran todo tipo de productos. Debido a que hay una serie de productos que registran en sus precios una alta volatilidad, grandes oscilaciones en su precio, tanto para subir como para bajar, en la inflación subyacente se eliminan esos productos para calcular la inflación. Estos productos de grandes oscilaciones de precio son los productos de energía y los productos básicos de alimentación. A esta inflación también se le denomina básica o inflación estructural. La inflación real es inflación de todos los productos, pero la inflación subyacente es la inflación estructural y la diferencia es la inflación coyuntural, producida por la oscilación puntual de los productos energéticos y los de la alimentación básica.

Como José Luis Sampedro dice la inflación es el impuesto de los pobres. Con la subida de la inflación el poder adquisitivo disminuye. Con el mismo importe monetario se pueden comprar menos productos que antes. Para que el poder adquisitivo no disminuya los ingresos, los salarios en la mayoría de la población, deberían subir al mismo ritmo que la inflación. De todas formas, no en todos los casos eso es suficiente. Como sucede en otros temas de esta sociedad capitalista, los más perjudicados son los más pobres, los que perciben menos ingresos. Son estos quienes mayor porcentaje de los ingresos dedican a comprar productos de alimentación y básicos. La inflación de este tipo de productos es muy alta, 15%, frente a la inflación media, 6,8%. Por ello, en estos sectores de menores ingresos no es suficiente el incremento de la inflación general. Quienes dedican una gran parte ingresos, un porcentaje superior a la media de la población, a comprar productos básicos de alimentación necesitan un incremento superior de a la inflación media para seguir comprando la misma cantidad de productos. Incluso, hay productos de alimentación que registran incrementos muy superiores, hasta el 50%. La inflación, como otros temas estadísticos, es el reflejo de una gran cantidad de datos, trabajando con medias. Ello supone que en circunstancias particulares puede que no refleje su realidad concreta. Es sabido que la media de un pollo por persona se cumple tanto si habiendo dos personas cada una de ellas come un pollo, como si una persona come los dos pollos y la otra ninguna.

La reivindicación básica para que los sectores más débiles no tengan esa repercusión negativa es el incremento de los salarios en el mismo porcentaje que el IPC. Técnicamente, incluso, para que la participación de los trabajadores siga siendo la misma que antes, el incremento de los salarios debe ser el incremento del IPC más el incremento de la productividad. Incluso con un incremento del salario igual al IPC, tras el transcurso de un año, durante ese año han perdido poder adquisitivo porque la inflación se produce todos los meses y el incremento salarial tiene lugar a fin de año. Para evitar esta situación se debe reclamar la escala móvil de salarios.: que el incremento salarial se produzca cuando la inflación supere un determinado nivel, 2% o 2,5%, sin esperar a fin de año para que tenga lugar. De esta forma el salario se va incrementando al mismo ritmo que la inflación, sin esperar a fin de año.

La cantinela neoliberal que la subida de los salarios origina una espiral que autoalimenta la inflación se ha demostrado falsa. No tiene base empírica. En las últimas décadas la participación de los salarios en la Renta nacional no ha hecho sino disminuir. Al mismo tiempo, se ha registrado una reducción de los salarios reales, dado que los incrementos salariales han sido inferiores al incremento del IPC y el incremento de la productividad. El informe y propuestas sobre la inflación realizado por Anticapitalistas realiza un análisis detallado de la pérdida de poder adquisitivo de los últimos años y razona la falsedad de explicar la inflación en base al incremento de los salarios. Hasta el FMI, nada sospechoso de izquierdismo, en un reciente estudio, que abarca desde los años 60, afirma que: “Las espirales de precios y salarios, al menos definidas como una aceleración sostenida de precios y salarios, son difíciles de encontrar en el registro histórico reciente. De los 79 episodios identificados con la aceleración de precios y salarios que se remontan a la década de 1960, solo una minoría de ellos experimentó una mayor aceleración después de ocho trimestres. Además, la aceleración sostenida de los precios y salarios es aún más difícil de encontrar cuando se observan episodios similares al actual, donde los salarios reales han caído significativamente. En esos casos, los salarios nominales tendieron a ponerse al día con la inflación para recuperar parcialmente las pérdidas salariales reales, y las tasas de crecimiento tendieron a estabilizarse en un nivel más alto que antes de que ocurriera la aceleración inicial. Las tasas de crecimiento de los salarios finalmente fueron consistentes con la inflación y la estrechez del mercado laboral observada. Este mecanismo no pareció conducir a una dinámica de aceleración persistente que pueda caracterizarse como una espiral de precios y salarios”.

Diversos estudios realizados muestran que con la inflación cambia el reparto de la Renta Nacional a favor de los capitalistas y perjudicando a los trabajadores. Según un estudio del servicio de estudios de CCOO del incremento de precios el 85% es para incrementar los beneficios de las empresas y tan solo el 15% para incrementar los salarios. Michael Roberts, economista inglés, analiza los datos disponibles en Estados Unidos y llega a una conclusión prácticamente similar. Prueba de ello es que las empresas energéticas están registrando este año un incremento del beneficio entre el 30 y el 50%.

Los más perjudicados con el incremento de la inflación son los más débiles. En el caso de un país ya hemos mencionado que son doblemente perjudicados, por ser la inflación superior en los productos básicos de alimentación y porque para ellos supone un mayor porcentaje de gastos de los ingresos. También los países más débiles económicamente, son los que más sufren las consecuencias negativas de la inflación. Una gran parte del gasto de estos países es en productos de alimentación y éstos son los que más han subido. Además, se está registrando un incremento de los tipos de interés y una apreciación del dólar. Todo ello tiene como consecuencia que los países más débiles se vean en grandes dificultades para atender las necesidades de su población. Si antes del inicio de la pandemia estos países atravesaban grandes dificultades, estando muchos de éstos al borde la quiebra, con el agravamiento de la situación económica van a estar mucho peor, agravándose su situación.

RESPUESTA: SUBIDA DE LOS TIPOS DE INTERES

La respuesta que están teniendo los diversos organismos gubernamentales, Reserva Federal, Banco Central Europeo (BCE), es la subida de los tipos de interés. Esta es una respuesta que es adecuada cuando la inflación se produce por empuje de la demanda. Si en los años 2000 y 2007, si hubiera estado en vigor la peseta, hubiera sido razonable que el Banco de España subiera los tipos de interés. Ello hubiera traído como consecuencia un crecimiento menor, en vez de incrementos del PIB, del 5%, éste hubiera crecido al 3 ó 2%. Con ello la burbuja inmobiliaria no se hubiera hinchado tanto y las consecuencias finales, cuando estallara la burbuja, no hubieran sido tan importantes. Al no llegar tan alto la caída hubiera sido inferior. En este caso al producirse la inflación por el incremento de la demanda, se frena la demanda por la subida de los tipos de interés, disminuyendo así la inflación. En ese momento era imposible tomar esa medida porque ya estaba en vigor el euro, y esa competencia recae en el BCE.

Pero esta inflación se produce por escasez de oferta, por las dificultades de suministro y de logística, por las dificultades de suministros de minerales raros, imprescindibles para los chips informáticos. En un principio fue originado por el cierre comercial de China, y la situación se ha visto agravada por la invasión rusa de Ucrania. Por eso, la subida de los tipos de interés supone matar al enfermo para bajarle la fiebre. La subida del tipo de interés reduce la demanda, pero no soluciona los problemas de suministro y la escasez de materias primas, por ello no lo soluciona. En una situación de estancamiento, la subida de tipos de interés solo supone frenar la actividad económica, provocando una recesión económica. Ello no hará sino agravar las dificultades económicas que ya estamos soportando.

En la década de los años 70 y 80 se produjo una situación similar. Conocida como “estanflación” (estancamiento+inflación) se salió de ella con el incremento de los tipos de interés, una gran pérdida de los derechos y salarios de los trabajadores, para beneficio de los capitalistas. Eran los años en los que se pusieron en marcha las medidas neoliberales. Reagan y Tatcher lideraron la adopción de tales medidas. Estas medidas neoliberales no se limitaron a Estados Unidos y Gran Bretaña, sino que fueron adoptadas por todos los países: pérdida de derechos de los trabajadores, privatizaciones, reducción de los servicios públicos, etc.     

ALTERNATIVA

Tampoco podemos olvidarnos del cambio climático y de sus consecuencias. Hemos llegado a esta situación por la búsqueda, a costa de la sostenibilidad, del máximo beneficio. Es imposible que con la anarquía del mercado y la maximización del beneficio se puedan adoptar las medidas necesarias para solucionarlo. Es necesario una planificación democrática que tenga como objetivo central la satisfacción de las necesidades de la población.

Se puede cambiar la situación. Hay medios técnicos y productivos para atender las necesidades de la población. Solo hace falta que el objetivo sea satisfacer las necesidades de la población y no la obtención del beneficio económico. Hace falta socializar, ncionalizar los medios de producción, poniéndolos al servicio de la población, y no de una oligarquía.  Ésto no nos lo van a regalar, sino que solo se conseguirá con la movilización y la lucha. Es el único camino.

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