EMPRESAS ELECTRICAS ¿EMPATIA SOCIAL?

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Enpresa elektrikoen irabaziek gora egin dute 700.000€ 

Hiru konpainia elektriko handien mozkinak (Espainiako merkatuaren % 85 kontrolatzen dute) haziz doaz, urtean 6000 milioi euroko muga gainditu arte, nahiz eta enpresen eta etxeen eskaria jaitsi egin den eta tarifen eta etxeen sistema gorabeheratsuari eta Espainian energiaren gehiegizko garestitzeari esker.

EMPRESAS ELECTRICAS ¿EMPATIA SOCIAL?
(CARLOS LASARTE, economista, Antikapitalistak)

Todos reconocen que la subida del precio de la electricidad está fuera de toda lógica y no es razonable. También lo hace el Gobierno del PSOE y reconoce su absoluta impotencia cuando recurre a la empatía social de las empresas productoras de energía eléctrica. ¿Cuándo han demostrado un mínimo de empatía? Exclusivamente buscan maximizar su beneficio, sin importarles lo que suceda a la población en general. Los hechos no son pocos:

  • En general, los precios de venta nada tienen que ver con los costes de producción, sino que toda la energía se vende al precio más alto. Incluso aquella electricidad obtenida con medios más baratos. Es lo que llaman “cálculo marginalista” del precio.
  • Venden a 120 € lo que a ellos les cuesta 20 € o menos. Esto es lo que sucede con la energía hidroeléctrica.
  • En ciertos pantanos están desembalsando más agua de la habitual, de lo que harían en circunstancias normales. No les importa las consecuencias que ello puede tener para los habitantes de la zona. Aumentan la producción, de coste barato para venderla muy cara.
  • No contentos con ello, algunas empresas, aplican sobrecostes en la factura eléctrica. Estos sobrecostes no son legales, pero como no hay quién entienda la factura eléctrica lo aplican. Así lo ha denunciado la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC). Pero, haciendo un favor a tales empresas, no dice públicamente quienes son las empresas que recurren a tales prácticas.
  • No dudan en involucrarse en macroproyectos extranjeros. Estos proyectos nada tienen que ver con las aspiraciones populares de la población en general, sino con el beneficio perseguido por los poderosos. Las empresas energéticas del Estado Español lo han hecho fundamental en Sudamérica.
  • Cortes de energía eléctrica a personas vulnerables, que no disponen de recursos económicos suficientes para pagar la factura de la electricidad.

Este incremento de precio no solo afecta a la población más vulnerable y pobre, sino que también repercute en la economía en general. A la población en situación de vulnerabilidad acentúa su pobreza. En la economía provoca inflación y encarece todos los productos y/o disminuye el beneficio que las empresas obtienen normalmente. La inflación, en lo que va de año, ya ha subido el 3,3%. La mayor responsabilidad de esta subida es por el precio de la electricidad. Esto afecta a todas las empresas, y especialmente a las que usan intensivamente la energía eléctrica: industria y distribución de alimentación (por el uso de cámaras frigoríficas), industria en general, etc. A un supermercado pequeño, de unos 500 metros cuadrados esta subida le supone unos 1.500 € mensuales.

Una vez más, se demuestra que la lógica del mercado no beneficia a la mayoría de la población. El neoliberalismo se empeña en decir que el mercado favorece el interés general. El mercado tan sólo favorece a los más fuertes y poderosos. En este caso concreto, a las empresas eléctricas. Las empresas forman un lobby muy poderoso, tanto en el Estado Español como en Europa. Para asegurarse este poder y fuerza utilizan las “puertas giratorias” de la política. Incluyen a expolíticos en sus Consejos de Administración. Para asegurar esa influencia no les importa el color político. Incluyen tanto a políticos que son de derecha, como a aquellos que se dicen de izquierda. Así se aseguran esa influencia, independientemente de quién gobierne. Estas empresas actúan en forma de oligopolio. No son monopolio, porque hay varias empresas. En la práctica actúan como un monopolio, poniéndose de acuerdo entre ellas. Eso es un oligopolio.

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p style=”text-align: justify;”>Está claro que estas empresas desconocen la empatía social, no saben que es. Su única preocupación es el beneficio, beneficio, beneficio. Por todo ello es inútil recurrir al mercado para solucionar este problema. La solución no puede pasar por una reforma del cálculo de precios. La única solución pasa por la constitución de un sector público de producción de energía eléctrica y la nacionalización de las principales empresas del sector. Solo de esta forma se puede atender las necesidades fundamentales de la población en general.

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