Las salas que han juzgado los despidos de las plantas alavesas de Tubacex declaran en dos sentencias la nulidad de los 128 despidos
Tras 146 días de huelga y después de que el 22 de junio el Superior de Justicia del País Vasco dejara vistos para sentencia los 128 despidos de Tubacex en sus plantas de Llodio y Amurrio, las dos salas del Tribunal que han analizado el ERE han señalado en dos sentencias que los despidos son nulos. El TSJPV enjuició por separado el ERE que afectó a 26 trabajadores en la firma Aceralava, y el ERE de 102 despidos de TTI. El primer pleito se ha analizado en la sala del magistrado Juan Carlos Iturri, mientras que la vista de TTI se ha desarrollado en sala de presidenta de lo Social, Garbiñe Biurrun. Ambos, han aplicado el criterio de nulidad para los despidos en tiempos de covid al considerar que, como defendían los sindicatos, la crisis era coyuntural y no estructural.
La decisión supone un serio revés para la empresa que se vería obligada a readmitir a los trabajadores y pagarles las cantidades que les correspondieran desde el despido. Tubacex podría presentar recurso contra las sentencias y acudir al Tribunal Supremo, pero eso no impediría la ejecución de la determinación dada a conocer esta mañana.
Criterio alterno del Tribunal
La sentencia ahonda el doble criterio que viene aplicando el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco a la hora de analizar los juicios en tiempos de Covid. Así, a finales de abril el mismo Tribunal avaló la legalidad del proceso de despido colectivo de Aernnova, pero una semana después rechazó el ERE de PCB, filial de ITP Aero. Lo cierto es que los dos jueces que han presidido las vistas sobre Tubacex ya tienen precedentes de sentencias en las que han dado la razón a los trabajadores, tumbando los ERE por considerar que no tiene cabida los despidos en tiempos de Covid. Biurrun, presidenta de la Sala de lo Social, fue la ponente de la primera interpretación sobre los despidos ligados a la crisis por la pandemia. En concreto, declaró nulo el despido de un trabajador de una pyme del sector aeronáutico por considerar que los problemas de la empresa estaban ligados a la coyuntura del Covid. El juez Juan Carlos Iturri, por su parte, fue el que declaró nulo el ERE de PCB, filial del grupo ITP Aero, aferrándose también a que los problemas de la empresa eran coyunturales, derivados de los efectos de la pandemia en el mercado de los aviones y no una crisis estructural. En ambos casos, además, el despido se declaró nulo, no improcedente, lo que supone la obligación de la empresa a readmitir a los trabajadores.
Los representantes de los trabajadores, que recurrieron ambos procesos de despido colectivo defienden que en el caso de Tubacex la crisis es “coyuntural y temporal”, derivada de la pandemia de Covid-19 y que por lo tanto, deben tomarse medidas coyunturales y no despidos. Y recuerdan que en 2018 se firmó un convenio en el que se apostaba por la subida de salarios, sin hablar de situación de crisis.
La dirección ha argumentado que los problemas en la empresa se venían gestando desde hace años y la pandemia no hizo más que empeorarla. La paralización de los mercados generó pérdidas a la compañía dirigida por Jesús Esmorís de más de 25 millones de euros, que llevó a la empresa a plantear los despidos que han afectado a 600 personas en todo el grupo, el 20% de su plantilla repartida en sus plantas de Álava, Estados Unidos, Noruega, Canadá, India, Tailandia, Austria, Italia, Dubai, Arabia Saudí, y Singapur. Estos despidos sólo han tenido contestación en las plantas vascas. De hecho, ELA, que preside el comité, está dirigiendo este largo conflicto como una bandera sindical contra los despidos en tiempos de pandemia.
La empresa ofreció a los trabajadores el mantenimiento del empleo actual durante tres años a condición de que se desconvocara la huelga, pero los trabajadores han puesto siempre sobre la mesa la necesidad de dar marcha atrás en los despidos algo a lo que la dirección se ha negado siempre con rotundidad. Ayer rechazó de nuevo dar marcha atrás en el ERE, antes de arrancar el juicio, al declinar el ofrecimiento de conciliación por parte de la jueza, para sustituir el ERE por un ERTE con el compromiso de no realizar despidos en dos años. A partir de ahora toda la decisión queda en manos de los tribunales.
Riesgo para la continuidad de las plantas
Tras el rechazo de los sindicatos a desconvocar la huelga, que arrancó el 15 de febrero, la dirección advirtió con claridad de que los paros han provocado ya una “pérdida importante de clientes” y costes y penalizaciones “irreparables” que, “sumado a la débil situación del mercado amenaza seriamente la continuidad de las plantas” alavesas. En este sentido señaló que hay encargos perdidos que serán de difícil recuperación y que en esta situación de paros se hace complicado afrontar la recepción de nuevos encargos ya que teniendo en cuenta que no pueden garantizar los plazos de entrega.
En estas circunstancias la situación de las plantas vascas están en un riesgo claro, teniendo en cuenta que Tubacex tiene otras plantas en el grupo que pueden hacerse cargo de los pedidos que hasta ahora se hacían en Álava. En este sentido, reconocieron durante la vista que hay pedidos que se están trasladando a otras plantas porque así se lo están demandado los clientes. Algo que pone a las plantas vascas en grave riesgo de quedarse sin carga de trabajo.
Lo cierto es que la empresa, que ahora está en una situación límite, sí reconoció en un escrito ante la CNMV que espera una clara recuperación de los pedidos en un futuro de la mano del sector del petróleo y el gas.