Nov 15, 2019 | OPINION=IRITZIAK
Articulo de opinión de Mauricio Roriguez-Gastaminza.
Los resultados de los pasados comicios han dejado de manifiesto varias conclusiones tanto en Euskal Herria como en el resto del estado.
En la CAV, el PNV se ha afianzado, una vez más, como primera fuerza en votos el PSE se ha mantenido, EH Bildu ha incrementado sus votos manteniendo la misma representación, Podemos ha perdido un diputado por Bizkaia y continúa con su sangría de votos y el PP a coseguido un escaño a duras penas. A C’s y a VOX no se les espera en Euskadi, por ahora. Todo esto refleja que en Euskadi se vota diferente, cada vez más, que en el estado español.
En Nafarroa EH Bildu ha conseguido un escaño a costa del PSN. En el resto del estado el PSOE pierde votos y tres diputados, el PP gana en votos y 23 escaños, VOX gana votos, 29 diputados y se convierte en tercera fuerza, C’s se desploma espectacularmente y pierde 47 electos y Unidas Podemos pierde votos y 9 diputados, continuando su “descenso a los infiernos”, olvidado ya su “asalto a los cielos”. MAS PAÏS de Errejón ha conseguido 3 diputados, le ha restado un escaño a Podemos en Málaga en beneficio del PP, no le ha afectado tanto como se preveía.
El hecho más preocupante ha sido sin duda el ascenso del partido fascista VOX, el estado postfranquista español ya puede hinchar el pecho, se ha homologado, por fin, al menos en ese aspecto, a Europa. Triste homologación, por cierto.
Ya sabemos que los fascismos del siglo XXI no son exactamente iguales a los de los los años 30 del siglo pasado, pero si medran entre la ciududanía por causas bastante similares.
En la Alemania de los años 30, la crisis búrsatil del 29 y las reparaciones de guerra después de la derrota de 1918, 6.000 millones de libras esterlinas en oro a la Triple Entente, Gran Bretaña, elevado aumento del paro, hoy en el estado español, paro, precariedad y amenaza de una nueva crisis económica.
Conflicto territorial. Alemania despues del Armisticio de 1918, pierde Alsacia y la Lorena en favor de Francia, la franja de Danzig y la Prusia Oriental para Polonia y varios territorios para Bélgica, Países Balticos y Rusia. Los nazis utilizaron esto para tocar la fibra sensible del pueblo alemán. En el estado VOX ha utilizado machaconamente el Proces de Catalunya para hacer exactamente lo mismo.
Ataques a las minorías y xenofobia. Los nazis utilizaron al pueblo judío como chivo expiatorio de todos sus males, tambíen a los comunistas, gitanos y homosexuales. Los judíos de VOX son los emigrantes que nos quitan el trabajo, las feministas y todo el colectivo LGTBI.
Nos espera una larga travesía por el desierto, pero la gente de izquierda marxista estamos preparadas para una larga lucha, seguiremos incrustados en los movimientos sociales, en las luchas locales y trataremos de contribuir a conseguir una unificació política de todos los movientos en un sujeto político que consiga, por fin, una verdadera ruptura democrática con la actual situación y el pasado franquista. La Historia da a veces unos giros inesperados, ayudada por las masas populares, que pilla a mucha gente con el pie cambiado y con los pantalones bajados.
El pacto de gobierno PSOE- Unidas Podemos. No vamos a hacer un relato cronólogico de las largas negociaciones estos últimos meses entre el PSOE y Podemos. En mi opinión Podemos debería haberse mantenido fuera del futuro gobierno, votar sí a la investidura de Sanchez como mal menor, y ejercer de presión de izquierda en el parlamento. Pero Pablo Iglesias ya nos tiene acostumbrados a sus rebajas, tácticas según él, programáticas para afianzarse en el aparato institucional y no asustar al Ibex 35. Ya no habla del régimen del 78, del refrémdum en Catalunya, de la consulta popular sobre monarquía o república, de una banca pública y de muchas reivindicaciones rupturistas que ya no salen de su boca. Argumenta a sus fieles que hay que ir paso a paso para no asustar a los poderes fácticos, la oligarquía, e ir consiguiendo mejoras para el pueblo.
Decía el gran escritor de izquierdas norteamericano John Dos Passos, cuyo hermano murió luchando con las Brigadas Internacionales contra los sublevados fascistas en España, decía John Dos Passos , “ Lo que no se verbaliza, lo que no se visualiza, no existe”
Mauricio Roriguez-Gastaminza.
Oct 25, 2019 | OPINION=IRITZIAK
Es, como mínimo, chocante cuando observamos al presidente del Partido Nacionalista Vasco, Andoni Ortuzar, calificar a la derecha del Estado español de «trifachito», como si eso de las políticas de derechas y neoliberales no fuera con ellos. Así que mientras en la política estatal anuncia la llegada del apocalipsis, afirmando encontrarse en las antípodas de estas formaciones, en Europa el escenario de desolación anunciado parece amainarse, donde coincide con la mayoría de propuestas de los populares europeos, llegando incluso a compartir grupo con Ciudadanos y Albert Rivera en el espacio que ocupan los liberales en Bruselas. De hecho, en la última legislatura en el Parlamento europeo, el PNV apoyó más del 75% de las resoluciones del PP, por no hablar de Ciudadanos, junto a quienes sacaron adelante prácticamente un 90% de iniciativas desde la bancada liberal de manera conjunta.
Con lo que aunque, a priori, pareciera que en el imaginario de una gran parte de la ciudadanía los jeltzales y los populares fuesen espacios políticos casi antagonistas, nada más alejado de la realidad que dicha impresión. Al parecer, este hecho diferencial se reduce únicamente al ámbito del ideario territorial, minimizando el debate político a una guerra de banderas; mientras que cuando hablan de la política en mayúsculas, cuando dialogan sobre ofrecer un proyecto para la sociedad, en definitiva, cuando se trata de una forma de ver el mundo y la vida, a ambas organizaciones les une mucho más de lo que les separa.
Como olvidar la abominable fotografía de Arzalluz, Aznar y Pujol, donde la derecha se ponía de
acuerdo para hacer presidente al candidato del PP. Tal es la similitud de los proyectos que defienden, que en los primeros pasos del Estado español en Europa, el PNV se adelantara a los populares siendo la primera formación que pidiera la entrada en el grupo de los conservadores dentro del Parlamento europeo; plaza que se otorgase definitivamente al Partido Popular, ya que solo se daba una entrada por Estado, teniendo que ser además un partido en el que su radio de asentamiento abarcase todo el territorio. Incluso algo que sigue escociendo sobre manera dentro del seno del PNV es que durante los primeros instantes del levantamiento franquista del 36, al margen como siempre de las diferencias en el tema nacional, esa música de fondo que rezaba aquello de dios y el imperio de la ley, no sonaba tan mal entre algunos jeltzales a los que les recordaba bastante a su lema jauna eta legea.
Lo que ya se convierte en excéntrico, bizarro y carente de cualquier tipo de moralidad política, es ver como el señor Ortuzar y el señor Rivera se calumnian constantemente a través de los medios de comunicación, mientras en Europa cohabitan en el mismo grupo parlamentario en su particular orgía liberal. Y eso simplemente se da porque tanto para Ortuzar como para Rivera, por muy diferentes que quieran aparentar mostrarse, la ensoñación del mundo al que aspiran no difiere en demasía. Ese mundo donde lo privado se impone a lo público, donde existan élites y oligarquías encargadas de salvaguardar el poder en manos de una minoría frente a la mayoría, y, por supuesto, un mundo que en definitiva ponga en el centro los intereses y beneficios económicos frente a las personas. Porque no hay nada que una más a los liberales que su verdadera bandera, el dinero.
Hace tiempo escuché a un bertsolari hacer uno de sus habilidosos juegos de palabras. En él venía a decir que si tomamos el término “pa”, del euskera beso, besar, Euro-pa vendría a significar los que besan el euro; una manera ingeniosa de definir lo que los Casado, los Ortuzar y los Rivera practican en Europa. Una Europa que cada vez más toma las riendas de las decisiones de mayor calado, donde los insaciables del «todo vale» inclinan la balanza hacia ese mundo ultra-liberal, en el que el mayor negocio es esa paranoia donde el dinero compra dinero, siendo éste la única bandera en la que algunos de estos eurofachitos se envuelven.
Sep 26, 2019 | OPINION=IRITZIAK
Ante la convocatoria de huelga mundial por el clima del próximo 27 de setiembre, es muy conveniente realizar una evaluación de la auténtica «agenda vasca» que los gobiernos y diputaciones tienen para hacer frente al cambio climático.
Según los estudios científicos realizados, ya sabemos por ejemplo, que en la Comunidad Autónoma del País Vasco se prevé que las olas de calor se multiplicarán por seis y que ello reducirá la esperanza de vida de la población en cuatro años (Consejería de Medio Ambiente del País Vasco, 2017). También sabemos que disminuirán los recursos hídricos, que aumentarán los incendios forestales, que las zonas costeras serán más vulnerables como consecuencia del aumento del nivel del mar, que para finales de siglo el tamaño de las playas se reducirá en un 25%-40%, que crecerá el riesgo de inundaciones (en el Gran Bilbao, por ejemplo, será tres veces mayor), etc.
Para realizar la evaluación a la que nos hemos referido, he aquí una serie de datos y hechos muy significativos:
1. Para poder hacer frente al cambio climático de manera efectiva, para el año 2030 tendríamos que reducir en un 80% los Gases de Efecto Invernadero (GEI) en Euskal Herria. En cambio, en la «Estrategia vasca contra el cambio climático 2050» se propone una reducción solamente del 40%. Y, aun así, estamos lejos de esa cifra pues según datos del EUSTAT, en el 2017 (última fecha de medición) en vez de reducir las emisiones, se incrementaron en un 3,8% en Navarra y en 5,4% en la CAV. Además, nuestras emisiones per capita en la CAV son ya superiores a la media europea: 9,2 Tm en la CAV, y 8,7 Tm en Europa; mientras que la media global es de 4,7 Tm (2019).
2. La transición energética que es imprescindible realizar para hacer frente a la emergencia climática, requiere, entre otras cosas, que el 70-80% de los combustibles fósiles se dejen en el subsuelo. Es decir, que no se extraigan, que no se quemen. Al mismo tiempo esa transición, exige también una reducción muy significativa en el consumo de energía y una apuesta decidida por las energías renovables. Sin embargo:
a. El gobierno vasco concedió a dos empresas privadas permisos durante seis años de sondeo de hidrocarburos en Bizkaia y Gipuzkoa.
b. Además, exceptuando los años de crisis económica, el consumo de energía se ha incrementado constantemente en Euskal Herria (Xabier Zubialde, 2016).
c. Por último, las energías renovables suponen solamente el 7% del total en la CAV (en Navarra un 21%).
3. El sector de transporte emite más o menos un tercio de las emisiones de GEI y, además, esa cantidad va en aumento. Por eso, es uno de los sectores clave para la reducción de esas emisiones. Sin embargo, las instituciones vascas siguen construyendo y planificando vías rápidas que fomentan la utilización del transporte privado. El último ejemplo lo tenemos en la ampliación de la Super Sur promovida por la Diputación de Bizkaia.
4. El sector industrial supone el 28% del total de emisiones de GEI en Navarra y el 21% en la CAV. La refinería Petronor es la más contaminante: en el 2015 emitió 2,27 Tm de CO2 a la atmósfera. Junto a otras 5 empresas de la CAV, emiten un 72% de los GEI. Unas medidas adecuadas para esas pocas empresas reducirían de forma significativa el volumen de emisiones del sector. Pero las instituciones vascas siguen sin hacer nada en ese sentido. Al contrario, han apoyado abiertamente producciones más contaminantes como la planta de coque de Petronor.
5. Para que la transición sea socialmente justa, es decir, para que se desarrolle en función de los intereses de la mayoría social, tiene que basarse en una democracia lo más amplia y participativa posible. El propio Ararteko (Transición Energética en la CAV, 2018) recomienda «Incorporar en la legislación vasca medidas para garantizar de forma real y efectiva la participación ciudadana en las decisiones energéticas y climáticas».
En ese sentido, antes de acometer aquellas infraestructuras que tienen grandes impactos medioambientales y requieren de un gasto público importante (TAV, incineradoras de Zabalgarbi y Zubieta, etc.) es necesario promover una discusión lo más amplia posible entre la población y que ésta pueda expresar su opinión por medio de consultas específicas. En cambio, las instituciones vascas continúan por la vía de la imposición aun cuando, por ejemplo, en el caso de la construcción del TAV se hayan emitido un 2,97 Tm de GEI y se hayan malgastado 30 millones de euros por kilómetro construido.
Los datos y hechos citados son sólo una parte de todos a los que nos podíamos referir, pero son lo suficientemente significativos como para considerar que, por desgracia, los gobiernos y las diputaciones de Euskal Herria están muy lejos de un aprobado en la lucha contra el cambio climático. Y esa calificación no varía tampoco con la reciente declaración institucional del Gobierno Vasco sobre emergencia climática del 30 de julio de 2019. Y no varía porque nos remitimos a los hechos y no a las declaraciones, en muchos casos retóricas, y porque los dos partidos del Gobierno Vasco, incluso en el ámbito de la declaración, han votado en contra de la moción propuesta por la Alianza por la Emergencia Climática en varios ayuntamientos (Getxo, Sopela, Berango).
Si queremos que esa calificación cambie tenemos que hacerles oír nuestra voz lo más alto y claro posible. Por eso es tan importante que apoyemos y participemos de forma activa en la huelga y las movilizaciones del próximo viernes 27 de setiembre.
Ago 8, 2019 | OPINION=IRITZIAK
La Señora Chivite del PSN ha sido investida presidente del Gobierno de Navarra con el apoyo y de Geroa Bai (PNV e independientes) Podemos e IU y la abstención de EH-Bildu. No es una buena noticia, que pueda haber cosas peores no convierte un evento en bueno, aunque muchas personas en Navarra transpiren cierta sensación de alivio, por lo menos – dicen- la derecha reaccionaria y autoritaria no va a gobernar. Los especialistas más concupiscentes en utilizar el Gobierno en particular y las instituciones en general en beneficio de ellos mismos y sus amigos y de servir fielmente a las élites económicas, se han quedado con las ganas. Su rabia por ello la destilan en todos los medios de comunicación y, como no, de nuevo recurren a resucitar el espectro del terrorismo, que siguen usando sin recato, a pesar de que nadie sensato cree que sea otra cosa que una pesadilla acabada, tarde y mal puede ser, pero no es, o no debería ser, un elemento activo en el posicionamiento político y menos aún un punto esencial en los acuerdos políticos .
Pero es un día triste para la gente de izquierda, porque ha quedado medianamente clara que «no se puede», que Podemos todo lo que ha podido es pillar «cacho». Una consejería marginal en un gobierno dominado por el social-neoliberalismo progresista y el centro-derecha vasco «democrático y civilizado”, es todo lo que han conseguido los que se reclamaban del 15 M y la nueva política, convertirse en monaguillos en una ceremonia de entierro de sueños, esperanzas y aspiraciones. Poner algunos matices, puntos y comas en los programas que escriben otros, es el destino de los que iban a “asaltar los cielos”.
Es cierto que hubo un debate dentro de Podemos, un debate interno en la ahora escuálida organización entre los partidarios de entrar en el Gobierno y los partidarios de un pacto de legislatura, un pacto de legislatura en base a un documento muy decepcionante llamado “Preacuerdo de Programa para una legislatura de Convivencia, Igualitaria, Innovadora Y Progresista” Por el contrario no hubo, dentro de Podemos, ninguna propuesta que respaldara un pacto de investidura, es decir alcanzar un acuerdo de mínimos y pasar a la oposición. En la votación de la Asamblea ciudadana la postura de entrar en el Gobierno gano con más del 75% de los votos (500 y algo contra 100 y poco) a pesar de una entrada en un lugar tan secundario y sobre la base de un acuerdo continuista a la baja de la política llevada a cabo por Geroa Bai en la legislatura que termina. Un gobierno que ha terminado su gestión restableciendo mecanismos clientelares como subvenciones poco transparentes y sin justificación a los sindicatos más colaboracionistas (CC.OO y UGT y las organizaciones patronales, unas subenciones retiradas gracias a la presión de la izquierda en 2015. El acuerdo de legislatura sugiere una recuperación de beneficios fiscales a las rentas del capital y subvenciones a los negocios privados y por supuesto no apuesta por la banca pública, mientras existe una ausencia cuestionamiento de la deuda pública y una actitud pasiva ante concierto económico con el Estado, mientras se apuesta por el TAV y otras obras faraónicas.
Podemos en ese este camino a ninguna parte está acompañado IU de Navarra, que continua su larga marcha hacia la irrelevancia y la prescindibilidad y, es que no es las candidaturas propias extemporáneas (se presento separada de Podemos) el modo de zafarse del abrazo del “prestidigitador” Iglesias, sino levantando una perspectiva política diferente. Mientras EH- Bildu auto encerrada en un laberinto, que le obliga a tomar decisiones que le condenan a seguir entre la espada de una derecha neofranquista y unos “progresistas” de fachada sin políticas de alcance, debido a que su estrategia central sigue siendo presionar a la derecha nacionalista para emprender un “process” vasco. Excluida por decisión de PSN de las negociaciones oficiales para conformar el acuerdo Gobierno, esa exclusión antidemocrática, que tanto Podemos como IU han aceptado, parece ser principal razón por la que se ha desmarcado del Gobierno, a pesar de permitir su investidura con su abstención. y está adoptando una postura menos sumisa que la que mantuvo frente a Gobierno de Uxue Barcos. Claro que esos cambios de actitud parecen más fruto del oportunismo que de una estrategia sólida de definir una alternativa propia y, de hecho, están lesionando su credibilidad entre muchos sectores políticamente activos.
Concluyendo, en Navarra estamos ante un retroceso político se materializa en un acuerdo y unas lista de consejeros que no dejan lugar para ninguna ilusión no solo “transformadora sino de mínimo avance social y democrático, Un Gobierno en el que no podemos confiar los que creemos que es urgente una transformación económico –social y una revolución democrática. De este Gobierno solo se puede esperar continuismos a la baja de la política de Uxue Barcos en la legislatura precedente y marcar rumbo a la derecha, hacia la moderación diletante y al “reformismo sin reformas”. En realidad un rumbo hacia la catástrofe, cuando las consecuencias de la crisis del 2007 siguen presentes y se manifiestan muchos pronósticos de ralentización económica , cuando julio del 2019, mes previo a la investidura del Gobierno PSN- Geroa, ha sido el mes más calido de la historia reciente confirmando la necesidad acuciante de un modelo económico postcapitalista.
Para no vivir de falsos alivios momentáneos tenemos que configurar una nueva alternativa capaz de generar esperanzas y ofrecer soluciones a los problemas de nuestra sociedad. Una alternativa que apueste por mejorar la vida de las clases populares apuntando a las lógicas profundas de una sociedad profundamente desigual y a un Régimen, el del 78, que solo es una democracia recortada y limitada, como Catalunya demuestra sobradamente.
Joserra Loayssa. Miembro de Ahora Navarra-Nafarroa Orain, adscrito a Podemos
Jun 27, 2019 | OPINION=IRITZIAK
Mikel Labeaga
En los últimos meses estamos asistiendo a una recolocación de EH Bildu en el terreno de sus consignas con respecto a la salida a la opresión nacional. La posición de EHBildu, está fuertemente influenciada por el Proces de Catalunya y de los problemas que el mismo está suponiendo al nacionalismo catalán.
A pesar de seguir manteniendo en su ideario y oferta política la definición de que Euskal Herria necesita de todos los instrumentos políticos y económicos para defender el derecho a decidir y la territorialidad del pueblo vasco basados en parámetros de bases democráticas y de respeto de la pluralidad, EHBildu opta por una gran dosis de “realismo político” y se incorpora a la Ponencia de Autogobierno del Parlamento Vasco.
Esta Ponencia está planteada como una nueva relación de Euskadi con el Estado Español, algo así como una revisión avanzada del Estatuto de Gernika.
Esta revisión para EH Bildu (Y pactado con el PNV) tendría un prólogo donde se reconocería a Euskadi como sujeto político, pero que en su desarrollo sería una propuesta de reforma estatutaria, de reforma del Estatuto de Gernika. Es decir, de un estatuto, que según el GV aún no han transferido 33 competencias.
Nos encontramos ante el modelo de “programa máximo versus programa mínimo”, por lo que la independencia y la soberanía nacional quedarían para más adelante, sin día fijo. En cambio, lo realmente importante para el periodo sería el acuerdo, en clave de construcción de país, entre PNV-EH Bildu que plantearía la aceptación de un modelo de reforma estatutaria, donde el sujeto de decisión sería el Parlamento Español, por muy referéndum de carácter habilitante que desde EHBildu se plantee para iniciar todo el proceso legal de reforma estatutaria.
Así, EHBildu basa su propuesta política en dos visiones ilusorias:
– Por una parte, considerar al PNV como una organización de corte soberanista. La realidad es que dicho partido se conformaría con una transferencia de las competencias de gestión que aún no le han sido transferidas del Estatuto de Gernika.
– Y por otra, una visión de modelo de país compatible con el PNV, desde claves de clase serian antagónicas. Para evitar un modelo de confrontación EH Bildu rehace sus definiciones de una Euskal Herria Socialista, por formulaciones ambiguas.
“Reforzar el control público y social de los sectores estratégicos.
Política fiscal y social.
Demandamos una fiscalidad progresiva, lucha efectiva contra el fraude fiscal, y el desarrollo de un gasto social que permita garantizar la universalidad y la calidad de los servicios públicos de cuidados, salud, educativo y el acceso a la vivienda.
Sistema Sanitario. Apostamos por un sistema sanitario público de calidad, universal y gratuito para toda la población.
Servicios públicos de cuidados.
Marco Vasco de Relaciones Laborales y protección social.”
En esta propuesta de EH Bildu, vemos que se retoma una vieja idea de la izquierda abertzale: “Frente Nacional” contra la posición de las alianzas de izquierdas. Esta idea supuso en su momento una clara división de las organizaciones que la componían.
Situándonos en el debate de la alternativa para los derechos nacionales, la posición de EH Bildu, supone a corto plazo, de hecho, un abandono de la idea de soberanía nacional y de la ciudadanía de Euskadi como sujeto de decisión.
Compartimos con EH Bildu la formulación de que no nos encontramos en el mejor momento para la defensa de los derechos nacionales porque nos encontramos ante un reforzamiento del nacionalismo español y a una ciudadanía y aparato del estado absolutamente centralista. La ruptura con el Estado exigiría una correlación de fuerzas muy superior a la actualmente existente por parte de los sectores que reconocen los derechos democráticos y los poli-sujetos políticos.
Y, es precisamente, esta constatación la que nos hace ver de forma muy diferente las tareas para el periodo.
Desde el punto de vista de quienes creemos en el derecho de decisión se trata, no de adaptarse al modelo del régimen del 78 y a su modelo de Estado, sino de buscar los aliados para hacer saltar ese modelo. En el conjunto del Estado hay sectores que se enfrentan claramente a dicho régimen y a los partidos que lo sustentan. Por ello, es necesario buscar las alianzas capaces de abrir un frente político que se enfrente a las políticas de recortes sociales, democráticos y nacionales. Un frente político que haga suyas las reivindicaciones de clase y asuma como suyas las de los derechos nacionales.
Esta colaboración solo puede venir de la defensa de modelos políticos comunes y no de adaptación a frentes en las nacionalidades a los partidos que han sido y son sustento del modelo del 78. No hay marco común posible con las posiciones de negociación estatutarias en el marco de la constitución.
Los modelos comunes suponen la adaptación de las reivindicaciones y consignas a una “guerra de posiciones” que vayan configurando una mayoría social que vea en ese frente común la solución a sus derechos comunes.
En primer lugar, no se puede plantear las reivindicaciones de un programa de ruptura con las políticas de recortes de derechos sociales en el conjunto de las nacionalidades desde un punto de vista nacional. Debemos implementar una política auténticamente internacionalista con el conjunto de los pueblos del Estado Español.
En segundo lugar, debemos defender un modelo de Estado que rompa con todas las medidas antidemocráticas del Estado, no solo las represivas, sino también aquellas que evitan incluir el modelo republicano del Estado. Desde Antikapitalistak reivindicamos una confederación de repúblicas que rompa con la monarquía y abra las nacionalidades y regiones a un modelo de colaboración entre los pueblos para su desarrollo y libertad en igualdad, que suponga la eliminación de las políticas de agravio comparativo que desde los partidos constitucionalistas han inyectado en zonas del Estado.
Para nosotros y nosotras el modelo confederal es el que mejor puede compaginar solidaridad internacionalista con derechos nacionales y el que permite ganar la lucha por los derechos nacionales a sectores de la propia nacionalidad que no ven con buenos ojos salidas de creación de Estados Separados.
En el pueblo vasco no solo existe una sola identificación nacional ni un único sentimiento identitario, sino que se dan varias formas de entender el propio marco nacional al que se pertenece. Desde gentes que se identifican sólo con una pertenencia a la nación vasca hasta gente que se reclama de una doble nacionalidad, vasca y española.
En este sentido, dado el nivel de confrontación, no va a ser una tarea fácil buscar una salida política al modelo de estado, que permita una identificación del conjunto de la población, o de un porcentaje ampliamente mayoritario. Sin embargo, es una necesidad en la política de una organización que quiera dirigirse al conjunto de los/as ciudadanas y trabajadoras de Euskal Herria.
Está claro que la opción centralista, o el propio estado de las Autonomías, no satisfacen a la mayoría de la población vasca y que, desde todas las opciones nacionalistas, al igual que desde las opciones soberanistas, no se reconoce la actual situación como un modelo que permita al pueblo vasco su desarrollo.
La formulación confederal resultaría más satisfactoria para quienes desde cualquiera de las posiciones ideológicas reivindicamos la soberanía plena de nuestro pueblo ya que equivale a elevar el autogobierno a un grado superior de soberanía. Pero no sólo por eso. Además, permitiría combinar la independencia y cooperación de los pueblos confederados con la de una doble identidad colectiva, la particular y la confederada. De esta manera podría ser una fórmula cómoda para los/as vascas/os preocupadas/os por no romper los lazos con el resto de los pueblos del Estado Español, entendida por los mismos, como parte de su propia nacionalidad.
En este sentido, la defensa de la de la Confederación de Repúblicas como salida programática no supone ni debe suponer una negativa para poder sumarse a campañas de denuncia de los recortes a las competencias estatutarias ni a la creación de plataformas unitarias pro-derechos democráticos que reivindiquen los derechos que como pueblo tenemos. Es decir, nuestro derecho de decisión.
El derecho de decisión es una consigna que puede cobrar carácter de ruptura con el régimen del 78 y con la Constitución monárquica, y como tal, solo podrá lograrse por medio de la movilización de nuestra sociedad.
La reivindicación del derecho de decisión no tiene nada de descafeinado, nada del rebaje o adaptación de nuestras posiciones a un programa nacionalista. Es una exigencia absolutamente radical en su formulación y en los métodos para lograrla.
Así, el derecho de decisión puede trazarse como puente de unión entre la lucha nacional en su conjunto y la de otros pueblos y las clases trabajadoras del resto del Estado.
Mikel Labeaga