El capitalismo ha entrado en una nueva fase de crisis múltiple: económica, ecológica y geopolítica. Una nueva fase de la crisis prolongada del capitalismo que se traducirá en una degradación todavía mayor de las condiciones de vida de clase trabajadora a nivel global. Una fase que requiere un análisis pormenorizado de las tendencias de fondo, así como de las políticas con las que las clases dominantes intentan surfear la crisis sistémica.
La inestabilidad política y social, así como el auge de la extrema derecha, son factores ya presentes en las formaciones sociales capitalistas. La clase dirigente trata de responder a esta crisis frenando el descontento social, combinando medidas neo-autoritarias con parches temporales que contrarresten la crisis de sus mecanismos de integración y pacificación social. En esa dialéctica se desarrolla una gran crisis de fondo, que ni siquiera las instituciones políticas del capital se atreven a negar. Es el momento, por tanto, de iniciar un nuevo rearme programatico, que permita a la clase trabajadora afrontar la lucha política, que inevitablemente se desarrollará bajo este panorama.
El siglo XXI se presenta como el tiempo de las pandemias, el cambio climático y la globalización capitalista. Y también de las guerras. Asuntos íntimamente ligados. Las primeras no se entienden sin las agresiones a la biosfera que realiza el capitalismo, crecientemente depredador, que a escala planetaria abrazó las políticas neoliberales. Sistema que en este momento está viviendo la fractura del modelo de globalización construido durante décadas, lo que ha comportado el recrudecimiento del enfrentamiento interimperialista y una exacerbación de la competencia entre las distintas fracciones del capital y de los estados que las apoyan. Y como telón de fondo una lucha por la hegemonía mundial. Por todo ello podemos afirmar que el capitalismo tardío está entrando en una nueva fase crítica.
Crisis que incluye la invasión de Ucrania por parte de Putin. Invasión que ha desembocado en una guerra que ya ha comportado graves consecuencias, tanto de orden humanitario dentro y fuera de Ucrania, como políticas -particularmente en la Unión Europea y en las relaciones internacionales- o económicas a escala mundial. Asimismo ha supuesto el resurgir del militarismo y de la carrera de armamentos y un plus prestado e inesperado de legitimidad –que no tiene por su misma naturaleza- de la OTAN
Crisis de la que forman parte los cambios políticos en curso vinculados al neoliberalismo en sus diferentes versiones y su pulsión autoritaria, así como el auge de alternativas y gobiernos reaccionarios que implementan formas muy agudas de neoliberalismo autoritario y de autoritarismo neoliberal. Pero también los titubeantes intentos de salir de la lógica de engendros como el Pacto de estabilidad y crecimiento de la UE.
Crisis que interactúa con la intensificación de los factores que amenazan a la biosfera y en particular su relación con el modelo y crisis energéticos que están en la base del cambio climático, y crisis que adoptó la forma de virulenta pandemia a causa de la intensificación de las relaciones comerciales mundiales que comporta la propia globalización.
Crisis que supone nuevas amenazas y ataque para la mayoría social. Hemos visto resurgir la inflación –que requiere de una explicación de fondo frente a las superficiales que facilita la doctrina convencional- con sus efectos negativos para las clases trabajadoras; inflación que, además, está acompañada de nuevos fantasmas: repunte de la deuda y recesión.
La situación global diseña un marco sumamente inestable que requiere una crítica a la deriva imperialista, militarista y autoritaria. Pero también a la política social liberal del gobierno español –que en el mejor de lo casos implementa medidas compasivas o promete parches paliativos- y a la orientación de la UE por su política de avestruz anti social y belicista subordinada a EEUU.
Inflación, guerra y crisis energética y climática son el tridente que amenazan a la humanidad en el siglo XXI
NUESTRAS PROPUESTAS
I NO A LA GUERRA
- Retirada inmediata de las tropas rusas de Ucrania. Fuera el imperialismo estadounidense y europeo de la región.
- Asegurar la libre determinación del pueblo ucraniano defendiendo su neutralidad y no alineamiento ante todos los imperialismos.
- Derecho de autodeterminación para el Donbass mediante la realización de referéndums reales y democráticos bajo la supervisión de países no alineados en el conflicto.
- Cancelación de la deuda externa a Ucrania, fin de la política de sanciones contra Rusia.
- Desmilitarización y desnuclearización de las fronteras. Fin del envío de armas por parte de países imperialistas.
- No al incremento de la fabricación y comercialización internacional de armamento. Alto a los planes de inversión pública en la industria militar española.
- No al aumento de los presupuestos militares decidido en la reunión de Madrid de la OTAN para sus países miembro ordenado por los EE UU.
- No al incremento del gasto militar en la propuesta de Presupuestos Generales del Estado de 2023 del gobierno de coalición que se dispara un 26,3% de aumento para el Ministerio de Defensa que alcanza la cifra record de 12.825 millones de € y eleva la factura de los grandes
programas de armamento en un 72% hasta alcanzar los 4.900 millones de€.
II MEDIDAS ECOLÓGICAS DE URGENCIA
Además de impulsar un horizonte con:
– un nuevo modelo energético basado en las fuentes renovables de propiedad pública y social;
– un modelo económico basado en vectores endógenos y menos extravertido puesto al servicio de las necesidades humanas y principalmente cubierto con las potencialidades productivas propias de cada territorio; y
– un modelo productivo sobrio y auto contenido que cubra las necesidades esenciales y no rebase la biocapacidad del planeta, lo que implica también un modelo de reindustrialización y de agricultura capaz de satisfacer las necesidades de la sociedad de forma suficiente ambientalmente sostenible, lo que supone un replanteamiento en profundidad de qué, cómo y para quién producir.
Y por ello también para llevarlo a cabo la necesidad de promover y asegurar la participación activa de la sociedad en las decisiones mediante la planificación democrática, planteamos las siguientes medidas de urgencia.
1 Transporte público gratuito
En la mayoría de ocasiones, no elegimos movernos por gusto. La mayoría de desplazamientos diarios se realizan para ir a un puesto de trabajo asalariado, o para llevar a cabo otras tareas sobre las que no tenemos libertad de decisión.
La implantación de un transporte público gratuito es una demanda que lograría 3 objetivos: reducir el gasto económico de los hogares, reducir la demanda energética y las emisiones de CO2 asociada al transporte, y mejorar la calidad de vida de la mayoría de las clases populares.
En el corto plazo:
◆ Transporte público gratuito en todas sus modalidades.
◆ Aumento de las frecuencias, mejora del mantenimiento y contratación de más personal.
◆ Paralización de la ampliación de aeropuertos y eliminación de los vuelos domésticos de corta distancia sustituibles por viajes en tren.
En el medio plazo
◆ Plan de ampliación y mejora de infraestructuras de ferrocarril, con especial énfasis en el uso del Cercanías.
◆ Aplicar unos Servicios de Movilidad Garantizados en el conjunto de territorio estatal que lleven opciones de
transporte público allá donde actualmente son inexistentes o muy deficientes.
◆ Reorganizar el urbanismo de las ciudades, quitándole prioridad al coche privado y desarrollando las infraestructuras
que permitan realizar la mayoría de desplazamientos andando, en bicicleta o en transporte público.
2 Garantía del suministro energético en hogares
El aumento de los precios energéticos afecta de forma directa a miles de hogares que ven aumentar sus facturas y tienen que elegir qué gastos básicos recortar. Elegir entre calentar sus casas, pagar el alquiler o comprar suficientes alimentos de calidad. Esta situación
afecta especialmente a mujeres y personas mayores, debido a la división sexual de los trabajos reproductivos y a pasar una mayor cantidad de tiempo en la vivienda.
Esta situación se acentúa en el momento en el que gran parte de las calefacciones y calderas de agua caliente del estado español funcionan con gas natural, siendo este el combustible fósil que más se ha encarecido. Sin embargo, en la mayoría de los casos, tanto estas instalaciones como un aislamiento térmico ineficiente no han sido elegidos por quienes habitan esas viviendas. Al mismo tiempo, ante la urgencia de la transición energética, no podemos desaprovechar la posibilidad de aumentar la producción eléctrica renovable en espacios urbanos por condicionarlo a inversiones y desarrollos de autoconsumo realizados por unas clases populares empobrecidas por la inflación.
En el corto plazo:
◆ Aplicación de un régimen de tarifas energéticas (electricidad y gas natural) en 3 tramos: Básico, Uso, Consumo; siendo el básico gratuito.
◆ Instalación pública de instalaciones de producción eléctrica fotovoltaica en los dejados de los espacios urbanos edificados; modificación de los planes urbanísticos necesarios para ello.
◆ Acelerar los planes de rehabilitación energética de viviendas, empezando por aquellos hogares de menores ingresos.
◆ Plan estatal de sustitución de las calderas de gas natural de viviendas por bombas de calor, u otras opciones adaptadas a las necesidades locales de demanda de climatización y recursos renovables.
En el medio plazo
◆ Desmantelamiento de las redes de distribución de gas natural en las ciudades.
◆ Introducir condiciones sobre la propiedad de las viviendas rehabilitadas para impedir que esto produzca un aumento de los alquileres.
2 Implantación de una red de supermercados públicos y de comedores comunitarios
La actual crisis ecológica y de inflación también afecta especialmente al acceso a los alimentos. La dependencia del sector agroindustrial de unas enormes cantidades de combustibles fósiles en la maquinaria, los
fertilizantes, el transporte y la conservación hace que sea especialmente vulnerable a una situación como la actual. Al mismo tiempo, esta situación se acentúa por las propias consecuencias del calentamiento global, como son episodios prolongados de sequía, desajustes de temperaturas e inundaciones.
Todo ello ha propiciado un aumento generalizado de los precios de los alimentos durante los últimos años. Esto afecta especialmente a las clases populares en el momento en el que apenas existen alternativas reales de abastecimiento de alimentos a gran escala más allá de las grandes cadenas y superficies de comercialización, como supermercados. Estas grandes empresas velan por maximizar su beneficio, sin importarles los impactos que pueda tener una subida de precios, en muchos casos injustificada. Por este motivo, esta situación pone sobre la mesa la urgencia de establecer modos alternativos de abastecimiento de alimentos, no mercantilizados y que velen por satisfacer las necesidades básicas de toda la población. Es ahí donde se inserta nuestra demanda de supermercados públicos y comedores comunitarios. Los comedores comunitarios, además supondrían un ahorro colectivo de trabajos reproductivos, favoreciendo una liberación de tiempo.
En el corto plazo:
◆ Crear una red de supermercados públicos, abastecidos siempre que sea posible por cadenas de suministro locales y aseguren un abastecimiento básico de alimentos a toda la población.
◆ Aplicar un control de precios sobre los alimentos básicos.
◆ Desarrollar una red de comedores de gestión pública- comunitaria, accesibles por cualquier persona y que favorezcan una implicación colectiva en las tareas.
En el medio plazo
◆ Reforma agraria hacia técnicas agroecológicas que reduzcan la dependencia de combustibles fósiles y fertilizantes.
◆ Regulación de todas las cadenas de comercialización alimentaria para asegurar circuitos locales de distribución
III FRENTE A LA INFLACIÓN
Junto a las medidas antes enunciadas de asegurar el transportepúblico, el acceso a la energía y la creación de redes alternativas de suministros en alimentación y otros,
1 La clase trabajadora necesita un cambio de 180 grados en las políticas salariales y laborales
- Una política salarial que garantice, como mínimo, el poder adquisitivo, especialmente de todos los salarios por debajo de una cantidad que podríamos estimar en 2.000 euros mensuales. Acompañada de la aplicación de la escala móvil de salarios para combatir la pérdida incesante de poder adquisitivo de los ingresos por el trabajo, lo que supone que los salarios se actualicen automáticamente mensualmente con respeto a la inflación registrada. El aumento debe ser lineal e igual para todos/as como resultado de repartir en la plantilla el incremento de la masa salarial total del colectivo correspondiente a la subida del IPC. Con ello se defendería el poder adquisitivo de todos/as y disminuiría la brecha salarial.
- Apostar por transporte público colectivo gratuito, para garantizar que las necesidades de movilidad no mermen el sueldo de los trabajadores y también para facilitar el descenso del consumo energético. Como medida inmediata las compañías energéticas deberán que proporcionar combustible gratuitamente a las compañías públicas de transporte y a precios baratos a las concesionarias de servicios locales, regionales o interregionales.
- Una política de estabilidad en el empleo, que permita dar seguridades y poder proyectar una vida coherente y libre, castigando la celebración de contratos temporales (mayores cotizaciones e indemnizaciones que el empleo indefinido), prohibiendo el despido en empresas con beneficios, causalizando el despido y aplicando indemnizaciones disuasorias.
- La aplicación de medidas de reducción del tiempo de trabajo y el reparto de todos los trabajos, dentro de una política encaminada al pleno empleo. Por ello abogamos por la jornada laboral semanal de 30 horas.
- Una política social desarrollada en materia de pensiones e ingresos universales garantizados.
- Paralización inmediata de todos los desahucios. Obligación de alquiler social, en la misma vivienda, por parte de los grandes propietarios a las inquilinas en situación de riesgo de exclusión residencial. Limitación de los precios del alquiler que impida nuevas subidas, así como la prohibición de las subidas de las hipotecas y regulación que ajuste los precios del alquiler a la situación socio-económica de las familias. Activación inmediata del parque público de vivienda a partir de las viviendas de la Sareb.
- Expropiación del parque de viviendas en manos de bancos, fondos buitre y grandes tenedores para el parque público de vivienda bajo control social.
2 Impulsar política económica e internacional diametralmente opuesta a la existente
- Una política que impulse la iniciativa e inversión pública y la cooperación con la economía social y solidaria, donde los servicios de interés general lleguen de manera universal, de manera gratuita o a precios muy asequibles como es el caso de la vivienda.
- En concreto es estratégica la inversión y subvenciones públicas, acorde con lo anteriormente afirmado, en industrias como la ferroviaria y la naval.
- Una reforma fiscal soportada sobre las rentas de los beneficios y la gran propiedad.
- Una suspensión selectiva de las deudas que se consideren ilegítimas.
5. Confrontar con cualquier salida militarista a la crisis. Ello que implica a) que los Presupuestos Generales del Estado en lugar de incrementar el gasto militar –como se ha hecho- reduzcan el mismo; y b) poner coto y fin a la producción y comercialización internacional de armas. Acompañado, a su vez, de dos medidas políticas de gran impacto económico: a) la salida de la OTAN acabando con los compromisos de gasto que comporta en armamento y despliegue de efectivos; y b) el cierre de las bases militares de potencias extranjeras en territorio del Estado español revocando los tratados que las amparan.